jueves, 19 de diciembre de 2013

Maestría en sexo: Sobre la primera temporada de Masters of Sex


Los investigadores sobre la respuesta sexual humana Virginia Johnson y William Masters tuvieron éxito sin precedentes con sus estudios y publicaciones, y luego de 40 años de relación profesional y personal contrajeron matrimonio en los años setenta. En los 90, Masters la dejó a Virginia y se casó con una novia de su adolescencia.
Uy, perdón, SPOILER ALERT!


Esta introducción, verídica y verificable para cualquier persona con acceso a internet es para comenzar a hablar sobre una de las propuestas de televisión más interesantes que se estrenaron en el 2013, Masters of Sex. También es para adelantar el obstáculo principal que una serie de estas características presenta: como crear tensión o suspenso sobre una historia sobre la que ya conocemos el desenlace.
Los creadores de la serie, basada en la biografía de Thomas Maier optaron por focalizarse en dos cosas: el cómo se llegó a ese final que es de público conocimiento y la caracterización que nos muestra por qué esos personajes llegaron a hacer lo que hicieron. Y en ambos casos, salvo por algún tropezón, lo logran. William “Bill”  Masters, reconocido médico obstetra e investigador, sobreviviente de una niñez difícil y tan famoso por su seco temperamento como por sus logros profesionales, a mediados de los años 50 finalmente puso en marcha su sueño profesional: investigar la fisiología de la sexualidad humana. Entre sus primeros colaboradores estaba Virginia “Ginny” Johnson, dos veces separada y madre de dos chicos, carrera profesional incompleta y con una clara separación entre sus corrientes sexuales y afectivas, lo que la hacía, de hecho, una adelantada a su época. Lo que parece una historia exagerada de personajes complementarios es sumamente fiel a la realidad reportada por Maier, y el casting de un inglés como Michael Sheen para hacer de Masters, con la reserva británica como estandarte; y de la etérea y terrenal  a la vez Lizzie Kaplan como Johnson es especialmente ajustado.
Lo demás junta elementos ya probados (la ambientación de época de Mad Men, la “sexualidad Showtime” de Nip/Tuck o Californication), un elenco secundario estelar (Beau Bridges y Allison Janney se roban la serie por sobre los protagonistas) y un cierto sentimiento de extrañeza sobre la evolución de la relación entre Bill y Ginny, tan fluida en lo científico y sexual, tan trabada en lo afectivo. De hecho, este tira/afloje es uno de los puntos mejorables de la serie (¿cuantas veces se puede alejar a Ginny del estudio por echarla/renunciar/etc en solo 12 episodios?). O también puede ser el subtexto general sobre la pacatería de época sobre lo sexual, que en el caso de los protagonistas parece invertirse para tratarse sobre una “pacatería sobre las relaciones”: el sexo sin complicaciones es fácil, lo difícil es incorporarlo a un contexto multi dimensional.
La serie sale airosa también de otros obstáculos, a saber: como representar de manera realista el paso del tiempo (estos doce episodios resumen más o menos un año tiempo real, M&J estuvieron juntos 50. La serie fue renovada para una segunda temporada, y ya se habla de 6, así que se espera que haya saltos más abruptos) y cómo lidiar con los personajes accesorios de los que no se tienen tantos datos o que rechazaron que se usaran sus nombre reales. Para esto se crearon una serie de “personajes Frankenstein” que resumen situaciones de varias personas reales, y en algunos casos, las enriquecen. Así que si se morían por conocer a Margaret, Ethan o  Jane siento informarles que los únicos con contrapartida en el mundo real son Bill, Ginny, Libby y la madre de Bill.
De hecho, algunos de estos personajes por momentos se hacen más interesantes o con más potencial que los protagonistas, supongo que por intención de “estirar” el concepto, ya que en los dos últimos episodios es centro vuelven a ser M&J, pero nos quedamos con un poco de ganas de la Doctora De Paul, por dar un ejemplo (magistral trabajo de los guionistas en hacer crecer el personaje y de Julianne Nicholson al ponerle el cuerpo).
Como buena serie, y como buen fin de temporada de serie, nos quedamos con ganas de más, con la sensación de que las cosas se cortaron justo cuando se estaban poniendo interesantes. ¿Carrie y Brodie? Muy del año pasado. El 2013 es para Bill y Ginny (y tal vez también Elizabeth y Phillip)