lunes, 27 de abril de 2015

Comentario: Mad Men 7x11 - Time & Life

"You are all fired"

Si en algún momento jugaron con la posibilidad que Mad Men tuviese un final feliz, piensen que la única persona que en este episodio más o menos obtuvo lo que quería fue Lou Avery.
La semana pasada comentaba/me quejaba sobre la falta de “finalidad” que se sentía en este grupito de episodios de Mad Men, como todo parecía más de lo (siempre bueno) mismo. Ingenuo de mi. Claro que había un plan, uno de esos que no nos vemos venir y que nos dejan con la satisfacción de las buenas historias, pero con el gusto amargo de lo que significan para los personajes. 
Y sabemos que hay un plan, porque tantas cosas sueltas que estaban pasando hasta ahora, desde las novedades de Ken hace unas semanas, a el vacío profesional de Joan, las ambiciones de Peggy, el acoso que ambas sufrieron en la reunión con McCann… todo conduce a este episodio, y calculo, a los dos que siguen. 
Cuando todo parecía indicar que, al menos para Don, era inevitable la caída predestinada en la secuencia de títulos, en su lugar los manejos de McCann organizan una especia de “caída hacia arriba”, pero que significa en efecto, una caída de todos modos. Remitiendo a tantas cosas del pasado que seguro se me escapa alguna, la frase más repetida del episodio fue “lo hicimos antes”, y sí, lo hicieron antes, más famosamente en Close the door, have a seat, al final de la temporada 3, pero esta vez, ya no hay nada para hacer. Ni la idea, ni el “pitch” de Don para venderla alcanza. De hecho, Don tiene dos pitches fallando estrepitosamente: la presentación a McCann, y el terrible, amargo anuncio al resto de la agencia. Ni siquiera Meredith está dispuesta a tomar un segundo más de esta pila de mierda. 
Lo que sucede, nos dice Don, no es el final,  es un comienzo. Pero nadie se lo cree. El tema subyacente en todo el episodio es el de legado, el de descendencia, de lo que viene después de ese fin, ya sea para Peggy y ese fantasma que no se va y nunca se va a ir, o a Pete por partida doble/triple, con su historia con Peggy, su “falla” con Tammy y el peso de su linaje de familia. Pero también el de Roger, que contaba con la agencia como la única continuación de su apellido, y el del pobre o afortunado Bert Cooper que no llegó a tener que enfrentar esta realidad. Para Joan, que cuando creía que finalmente estaba haciendo lo que quería y era buena haciendo, se lo sacan claramente de las manos. Y claro, para Don, que “nunca hizo nada” y hasta el desagradable de Lou se da el gusto de refregarle en la cara que él si ha hecho algo. 
Si miran las fotos del elenco de la temporada 1, se van a encontrar con los protagonistas de este episodio: Don, Peggy, Pete, Joan, Ken, Roger… es una historia “de agencia”, pero la agencia es su vida, y no es casual que este grupo volvamos. La sensación de final es fuerte, fuertísima, y por primera vez se siente de esa manera. Ni divorcios, muertes o despedidas tuvieron el impacto que tienen los desarrollos de estos 45 minutos. Como el personal de Sterling Cooper, sabemos, que no importan lo que nos digan, que llegó el final. Creo que todos necesitamos un trago. 


Algunas observaciones al margen:

  • El título del episodio es tan polisémico que no me alcanzan los caracteres. Irónico que se vayan justo cuando en el 2015 pusieron una representación de Don en la puerta.
  • ¿Qué tan atrás viene esta historia? Aparte de lo obvio (la creación de SCDP), recuerden la historia de Betty como modelo de Coca Cola. Jim Hobart estaba detrás de eso para llevar a Don a McCann. La mención de Coca Cola a Don en la mesa de conferencias no es casual
  • Hablando de SCDP, en una forma de enferma ironía, el episodio está dirigido (impecablemente) por Jared Harris, Lane Pryce. 
  • Podría escribir una nota igual de larga solamente sobre el momento de “darse cuenta” de Peggy. Me conformo con decir qué satisfactorio que me pareció que la circularidad remitiera a Pete (que tiene un momento de caballerosidad inesperado) y a la amistad de Peggy y Stan.
  • Tal vez Joan finalmente haya encontrado algo bueno en su vida. Tal vez.
  • Harry… bueno, los mercenarios siempre encuentran la oportunidad en el rio revuelto, no?
  • Confirmamos que Marie Calvet corrió a los brazos de Roger, efectivamente. El diálogo de Roger y Don al respecto no tiene precio. Más callbacks al pasado de la serie…
  • Más allá de su enganche temático con el resto del episodio, toda la historia de Pete y Trudy es la definición misma de “White people problems
  • Dos episodios más. Mozo, make it a double.