martes, 4 de agosto de 1987

Hasta la vista, prejuicios

El manuscrito original
Lo que sigue es una nota que fue escrita en 1987, se presenta como documento histórico sin edición de contenido, sólo se corrigió la ortografía y algunas cosas de puntuación. Sepan ponerlo en contexto y comprenderlo.

“Hasta la vista, baby...” una sensual voz nos despide desde la radio para convertirse de inmediato en otra insoportable canción funk-bolichosa. No ha pasado medio minuto de la sensual despedida cuando un agrio locutor nos informa que estamos escuchando “...el puesto número 2 del ranking Americano, Jody Watley, Buscando un nuevo amor”. Sin más apagamos la radio, pero la sensual despedida permanece en nuestra cabeza, ahora acompañada de un agrio interrogante ¿qué clase de gusto repodrido tienen los yanquis? ¿cómo “eso” puede estar número 2 (y número 1 si no fuera por U2?)¿Qué le encuentran a “eso”? Tratamos entonces de recurrir a nuestra objetividad de análisis, encendemos la radio, escuchamos tratando de adivinar. Aceptamos que la chica es sensual (recordemos la “sensual despedida”) pero también lo son varios centenares de cantantes negras, con una sensualidad que se remonta a las primeras épocas de Diana Ross; tampoco es la voz: la morocha no canta mal pero hay cientos de cantantes que la superan ampliamente, en otras palabras, la voz es vulgar, una más del montón. ¿Es acaso la producción? No, obviamente, no. La canción está bien producida pero no es nada nuevo ni original o innovativo: es la misma vieja fórmula inventada por Prince y continuada por Jam & Lewis, por lo que por momentos se parece a los calamitosos bódrios de Janet Jackson (a quién tampoco comprendemos cómo alguien le puede comprar un disco). ¿Es acaso que cientos de lascivos machos han quedado enamorados de la Watley? Difícil. Con sólo ver el clip notamos que la chica es rica y el video sensual, pero no supera la belleza de la perfecta Grace Jones o la sensualidad de cualquier video de Madonna (además para eso se inventó Samantha Fox).
Este simple descarte de hipótesis nos deja solamente la canción. ¡¿La canción?!, nos preguntamos. ¿Cómo podría ser posible si ya habíamos llegado a la conclusión de que era “funk-bolichoso-peligrosamente-parecido-a-Janet”. All right, pero nos estamos olvidando de la letra, que analizada fríamente no es más que otra historia de chica sucia, del tipo “me metiste los cuernos, yo te los meto más”... Pero de repente, , como un mensaje divino nos llega la respuesta, desde los mismos labios de Jody, en el estribillo, el “gancho” de la canción:



...but now you are like the rest
unworthy of my best
HASTA LA VISTA, BABY”

Terrible, atrapante, sintético: PERFECTO.
¿Perfecto? Acaso acabo de utilizar el término “perfecto” para definir “eso”? Si, lo hice y con ese simple hecho he comenzado un nuevo camino que vaya a saber a dónde me llevará.
Han pasado dos horas desde que escuchamos la sensual despedida por primera vez, y por trigésimo séptima vez resuena en nuestra cabeza. Hemos sido víctimas de una metamorfosis (que según nuestros amigos nos ha convertido en algo peor que una cucaracha), y de sentir asco por la canción, hemos pasado a sentir simpatía. A la media hora ya reconocemos que la canción nos gusta y a los quince minutos prendemos la radio desesperados esperando a que aparezca (cosa que sabemos no es difícil ya que estamos en domingo de rankings).
Han pasado dos días desde la revelación y no hacemos más que bailar frenéticamente al ritmo de Looking for a new love (que ahora tenemos prolijamente grabada). Pero hay algo que permanece en nuestras mentes: ¿es que acaso la se ha convertido en nuestra canción de cabecera no era la misma canción que era peligrosamente parecida a Jan...?¿Y acaso a ella no la habían producido Jam & Lew... si,si, esos mismos que produjeron ese disco de Human League que tanto nos gusta. ¿Es que acaso no hemos prestado la debida atención a Janet porque es la hermana de... y que tal vez sus canciones son bue.... No, no y no. No es posible, jamás nos puede gustar eso. A la media hora estamos cantando “Now, control this!”.
Ya ha pasado casi una semana desde que nos concientizamos que “Looking...” había escalado los charts y mientras hacemos gym-dance a enganche especial de Looking for a new love con Nasty, y le damos un beso a nuestro nuevo LP de cabecera, Crash, por la liga, un nuevo negro pensamiento invade nuestras neuronas : ¿no es este acaso el sonido de Minneapolis, el que antes habíamos calificado de “funk-bolichoso”, la vieja fórmula inventada por Prin...? y ¿no será que al fin y al cabo es bueno?. No, no es posible, comienzan a correr unas lágrimas por nuestras mejillas. No puede ser que nos guste él, aquel al que tanto habíamos criticado, al que tanto odiábamos. A las dos horas estamos desesperados por conseguir Parade en oferta.
¿Y a qué viene esta historia, entonces? Se trata simplemente de una pequeña parábola. ¿Y cuál es la moraleja? Nunca digáis de esta agua no he de beber (sin haberla probado antes).
Y ahora, repitan conmigo:

...but now you are like the rest
unworthy of my best
HASTA LA VISTA, BABY”
 


Nota: este relato es absolutamente ficticio, cualquier similitud con la realidad actual del autor de la nota es mera casualidad.