jueves, 28 de junio de 2012

Love in an elevator: Los ascensores como una forma de arte



La foto que ilustra esta nota es una de esas tomas que resumen un programa de TV, una película, una situación. Sin palabras nos dicen todo lo que nos tienen que decir.
Para los que no tuvieron la suerte de verla, es la toma que cierra el que a mí entender es uno de los mejores episodios de todo Mad Men: The Beautiful Girls. Antecedente directo de muchas de las líneas argumentales que luego se desarrollarían en la temporada 5, es probablemente uno de los episodios mejor dirigidos y mejor diseñados (hay otra escena, un poco antes de esta, donde todas las mujeres clave del programa – Joan, Peggy, Sally, Betty, Faye y Megan– están por primera y única vez en la misma habitación, cada una habitando su mundo propio al mismo tiempo que el compartido que también es imperdible, pero que no se encuadra dentro de lo que quería contar hoy).
Traigo esta toma porque lo que la hace funcionar es que está encuadrada en un ascensor, y como Matthew Weiner comenta, el ascensor fue un protagonista excluyente en esta temporada. Hay algo acerca de los ascensores como recurso dramático que sirve como disparador múltiple: el confinamiento, la intimidad o la falta de intimidad según  quienes estén adentro. Y como se menciona en el artículo, el efecto “telón” que las puertas de un ascensor automático tienen tanto para quien está adentro como para quien esta afuera del mismo.
El ascensor también puede ser una metáfora, de subida o bajada social, de ascenso al cielo o descenso al infierno, puede funcionar como metáfora sexual. O el hueco de un ascensor vacio puede ser tan polisémico que si buscan las interpretaciones que hay dando vueltas al episodio de esta temporada Lady Lazarus, cuando se abren las puertas sin el ascensor y Don mira por  el agujero al vacio, pueden pasarse una larga temporada.
Pero toda esta conversación sobre ascensores en series de TV me remitió a otro gran uso de los ascensores que tengo en la memoria: en Moonlighting.
A veces nos olvidamos lo importante que fueron Maddie y David en la conciencia popular hace unos 25 años, lo icónico de la serie, como no habría “Die Hard” si  Bruno no hubiese pasado primero por la tele. Y uno de los motivos por lo que es importante es por los riesgos que tomaba, desde esa mezcla de drama y comedia que ahora damos por descontada pero que era impensable en los ochenta, hasta esos diálogos a quemarropa y superpuestos de los cuales gente como Aaron Sorkin ha hecho una carrera. Y porque el ascensor del edificio de las oficinas de Blue Moon Detective era tan protagónico como Willys y Sheppard. Confesiones, remates de chistes, puertas que no se abren cuando debieran o que lo hacen demasiado rápido, quedarse con la última palabra, perseguir a alguien antes que se escape… todo por un pasillo desembocando en un ascensor.
Esto era claramente un recurso de la serie, y para ilustrarlo, abajo les dejo el video oficial de la canción de la serie, donde aparte de unas escenas de la misma, la mejor manera que encontraron de decirnos ‘este es el video de la canción de Moonlighting’ es usando las puertas del ascensor como recurso.

¿Cuáles son sus usos de ascensor favoritos en series y películas? Son las del cine catástrofe? ¿El que lleva al piso  7  ½ de Being John Malkovich? ¿Los huecos de ascensor donde murieron Rosalind Shays en LA Law o el Dr Drake Remoray en Days of our lives dentro de Friends? ¿El ascensor de sangre de El Resplandor? ¿La escena del ascensor de Inception? ¿O algún otro ascensor que ahora se me está escapando? 

miércoles, 27 de junio de 2012

Nora Ephron: Una apreciación



Todos tenemos una película favorita. No la que consideramos "la mejor" o "la número uno". Es esa a la que no nos podemos resistir. La que sí está en la tele TENEMOS QUE VERLA, la que tenemos en casa probablemente en múltiples formatos. La que le conocemos los diálogos de memoria. La que compartimos con amigos, novios, familia, lectores. Esa película es para mí Cuando Harry conoció a Sally, y es por esta película que descubrí quien era Nora Ephron y porque le dedico esta columna, una apreciación y una despedida. Nora le puso las palabras a Harry y a Sally, pero no sólo eso: según todos los involucrados, Nora ERA Sally. Y hay pistas de que es así en varios lugares.
Verán, aparte de guionista de excepción y astuta directora de comedias románticas, Ephron era una brillante escritora y columnista. Su trabajo apareció en algunos de los principales medios periodísticos de Estados Unidos desde mediados/fines de los sesenta. Allí fue donde conoció a Carl Bernstein (sip, uno de los periodistas del escándalo Watergate), con quien se casó y tuvo dos hijos.
El amigo Carl la hizo varias veces cornuda, y Nora aparte de divorciarse escribió una simpática novela, mezcla de apenas disfrazada autobiografía y libro de recetas de cocina llamada “Heartburn” (literalmente, ‘acidez estomacal’). La protagonista de Heartburn, la “Nora vicaria” se llama Rachel Samsat y es una proto versión literaria de Sally Albright (y hasta cierto punto de Marie, el genial personaje de Carrie Fisher en la película), habiendo hasta ciertas cosas puntuales como frases enteras y la manera de pedir en los restaurantes que salieron de ahí.  Rachel, por supuesto, fue luego  famosamente encarnada en el cine por Meryl Streep en la película del mismo nombre, conocida en Argentina como “El difícil arte de amar”, con un desagradable Jack Nicholson impecablemente tomándole el pelo al desagradable Carl Bernstein.
En los 2000, y en vista de la fama de Nora como guionista y directora, varias de sus columnas más actuales fueron publicadas en forma de libro en dos colecciones I feel bad about my neck y I remember nothing, que no puedo más que recomendarles, y que sin son fans de Nora o de Sally no se pueden perder para tener una idea de que paso con Sally “después”.
Meryl y Jack como casi Nora y Carl en Heartburn
Ayer, un poco en serio, un poco en broma, se comentaba sobre que iba a hacer ahora Meg Ryan, quien colaboró en cuatro proyectos con Ephron (tres de ellos los discutiblemente más populares de ambas: Harry/Sally, Sleepless in Seattle y You’ve got mail), pero otro detalle es que Ephron tenía un imán para el talento asociado y generaba largas y fructíferas relaciones con ellos. La primera que me viene a la mente, más que Ryan, es Meryl, quien protagonizó la primera película que Ephron escribió (junto con su hermana y frecuente colaboradora Delia) Silkwood. Si no vieron esta película, tienen que hacerlo ya. Meryl, como ya dijimos, fue una casi-Nora en la pantalla en Heartburn y protagonizó la última película que escribió y dirigió, Julie & Julia. Meryl era además amigota, y formaba parte de esa elite de la costa este norteamericana, junto con la ya mencionada Fisher y Penny Marshall. Otras chicas del club: Carly Simon, que hizo la canción de Heartburn (Coming around again, tan difundida en ciertas radios)  y la bella banda de sonido del debut como directora de Nora, This is my life. Esta película estaba a su vez protagonizada por otra amiga, Julie Kavner (si, la voz de Marge Simpson) y ambas fueron frecuentes colaboradoras secundarias con Woody Allen. Nora de hecho tiene un pequeño cameo en Husbands and Wives como actriz, haciendo de una ácida intelectual (no es difícil imaginarse que se comportaba de esa manera en la vida real) en una fiesta que baja de un plumazo a la astrología y a la nueva novia del personaje de Sydney Pollack con dos o tres bien puestos sarcasmos.
Nora con Julie Kavner
Ayer también un amigo me comentaba el impacto que la muerte de Ephron había tenido en la comunidad gay, y consultaba si se estaba perdiendo algo. Creo que no, que los motivos por los cuales siempre tuvo tanto seguidor fue por los un motivo de sentimentalidad (digamos, falta de miedo por conmoverse con una película, aun si se trata de la mas básica de las comedias románticas) y algunos de los mejores personajes femeninos que se hayan escrito, fueran de la vida real como Karen Silkwood y Julia Child, como ficticios, como Sally Albright - neurótica pero confiadamente discutiendo sus orgasmos en público-,  con los que era tan fácil identificarse.
No estoy obviando que mucho de su carrera, especialmente como directora, dejó bastante que desear, pero creo que nadie puede quitarnos esas geniales palabras que siempre puso en boca de sus personajes.
Y del mismo modo que en algún momento memorice los diálogos de Harry y Sally (de todos los personajes de Harry y Sally, valga la aclaración), si algún día me toca representarla, todos saben que haría una fantástica Marie: “I know, I know, he’s never gonna leave her”.


lunes, 25 de junio de 2012

Spinning Around: sobre los Spinoffs de las series



Cuando una serie es un éxito, es muy difícil no tentarse de intentar prolongarlo indefinidamente o “estirarlo” lo más posible.  Por eso tenemos series que duran en el tiempo cuando la chispa creativa esta largamente extinguida, o aparece lo que es el tema de esta nota: el spinoff.
Un spinoff (de “spin –off” , desprender de ) es una serie que toma algún aspecto de la original (un personaje o personajes secundarios, una temática similar, el mismo “universo” o uno de los protagonistas que sigue por su cuenta cuando la serie madre termina). Los grados de éxito son muy variados, y generalmente poco tienen que ver con la calidad o el éxito del producto original, si no con que tan independientemente realizada este la idea de la serie ‘secundaria’.
A los fines de esta nota no voy a tener en cuenta los fenómenos tan de los últimos años que son las franquicias, como CSI y Law & Order, porque si bien parten de un concepto similar (y sin lugar a dudas comparten un universo), son menos integralmente un spinoff que una serie que explota temas y estilos similares a un original. Tampoco las franquicias del estilo Star Trek, que en realidad no califican como spinoffs por ser nuevos conceptos basados en uno original pero que no son desprendimientos propiamente dichos.
El fenómeno de los spinoffs comenzó en los 70 y curiosamente el primer registro mental que tengo no viene de las series norteamericanas, si no de las inglesas: se trata de George & Mildred, una serie que seguía las desventuras del matrimonio del título, que eran los caseros del departamento donde vivían los protagonistas de Man about the house (aquí se la conoció como Un Hombre en la casa). Estos disfuncionales personajes resultaron ser lo suficientemente interesantes como para ameritar una serie propia que siguió años después que la serie original desapareciera. De hecho, cuando Man about the house fue exportada a Estados Unidos como Three’s company, con muchísimo éxito, George & Mildred  también tuvo su spinoff/exportación bajo el nombre de The RopersThree’s company es un buen ejemplo además de otro tipo de spinoff, el que suele ser un fracaso: continuar la serie con parte del elenco, así fue como salió el sonoro fracaso Three’s a crowd.
Laverne + Mork + Fonzie. Cerebros explotan

Hay otros dos casos importantes de los 70: El show de Mary Tyler Moore y Happy Days. El programa de MTM dio varios spinoffs, y también dio con un secreto: el spinoff que cambia completamente el tono de la serie. Si bien MTM dio a Rhoda y Valerie (comedias similares, con fuertes protagonistas femeninas), también dio lugar a Lou Grant, serie “de periodistas” con toques policiales, dramática y de una hora de duración.  Lo de Happy Days es más complejo. HD fue un éxito tan masivo que cualquier cosa asociada con el mismo estaba destinada a ser éxito. Adicionalmente, algo del mejor talento televisivo de la época estaba asociado tanto al producto original como sus desprendimientos, así que había ciertos reaseguros. El primero fue la inolvidable Laverne & Shirley, que duro 8 temporadas, logro superar en ratings a la original y dejar un buen recuerdo acerca de todos los involucrados. L&S transcurría en el mismo periodo de tiempo que Happy Days (los fines de los 50) pero se diferenció que al mejor estilo Mad Men se permitió avanzar el tiempo de a un año por temporada. El otro desprendimiento de Happy Days es un tanto más confuso: se trata de Mork & Mindy. Porque confuso, dirán. Bueno, como les decía, Happy Days transcurría en los 50… y Mork & Mindy en “la actualidad”. No importó, M&M se transformó en un hit monstruoso, lanzando al estrellato a Robin Williams.
Los 80 fueron la era de la power-soap, y como era de esperar, ambas icónicas series, Dallas y Dinastia, tuvieron sus spinoffs.  Dallas fue primero, con Knots Landing (que en Argentina, por misteriosos motivos, se conoció como “California Country”). Knots Landing fue un ejemplo de cómo manejar exitosamente un spinoff: si bien sacaron a unos Ewing lo suficientemente relevantes como para que el público los siguiera, crearon todo un elenco alrededor que sostuvo la serie por 14 años, continuando aun cuando la original ya había terminado. El spinoff de Dinastia fue The Colbys, que era prácticamente un clon de la serie original (no en vano se la conoció inicialmente como Dinasty II). Duró solamente un par de años, y las similitudes permitieron que los rescatable del elenco  fuera reabsorbido por la serie original. La falla en este caso fue que el concepto de “universo compartido” fue llevado tan lejos que era difícil entender que pasaba en una serie sin ver la otra.
Aaron Spelling, el ideólogo detrás de tanto Dinastia como los Colby, no escarmentó, y tampoco le fue mal: cuando en los 90 se encontró con el super éxito de Beverly Hills 90210, ni lerdo ni perezoso hizo su propio spinoff, Melrose Place, basado en una premisa un poco leve de conexión, pero que cuando encontró el tono adecuado, tuvo sus propias alas. De hecho, una vez que Melrose se independizó, pasó a ocupar un universo tan diferente que una de sus protagonistas, Laura Leighton, hizo de dos personajes completamente diferentes (y protagónicos) en cada una de las series. Melrose a su vez dio su propio spinoff: Models, inc. El fracaso fue estrepitoso y  tanto una pre-Matrix Carrie Ann Moss como la ex Dallas Linda Gray prefieren que no se vuelva a mencionar el tema.
En los 90 tenemos también al que probablemente sea el spinoff más exitoso de la historia: Frasier. Frasier Crane era un personaje secundario pero muy querido del elenco de Cheers. Cuando esta serie terminó, tomaron sólo a este personaje, lo mudaron de ciudad, le construyeron un nuevo elenco secundario y sostuvo su serie por 11 años (Kelsey Grammer de esta manera hizo del Dr Crane durante 22 años contando a ambas series). Algo similar intentaron hacer con Joey al terminar Friends. Tanto personaje como público se merecían algo mejor.  

No califican como spinoffs, pero casi, los universos compartidos de ciertos productores ejecutivos, concretamente David Kelly y Shonda Rhymes. Kelly en un momento tenía dos series en el aire, ambas de abogados y que transcurrían en la misma ciudad The Practice y Ally McBeal. Pero con dos inconvenientes: estaban en canales diferentes y una era un drama de abogados serio y la otra algo así como una comedia. De a poco, un juez que aparecía en una de las series podía aparecer en la otra, y finalmente los elencos se cruzaron. El hijo bastardo de ambas es una tercera serie también en el mismo universo: Boston Legal.
Shonda Rhymes es la creadora de Grey’s Anatomy, y ahí sí hizo un spinoff hecho y derecho en la forma de Private Pratice, y siguió el ejemplo de Dallas/Knots Landing dejando que cada una siguiera su camino, con bastante éxito. Ahora lanzo una tercera serie, Scandal, que supuestamente no tiene relación con las otras dos, pero que algunos ya intuyen pertenece al “shondaverse”.
Y cerrando donde empezamos, volvemos a Inglaterra, donde los spinoffs siguen gozando de buena salud, con Torchwood siendo un exitoso desprendimiento de Dr Who, y mis favoritas Life on Mars y Ashes to Ashes, que no sólo son la continuación una de la otra, sino que para el final de Ashes se cierra la historia que empezó en Life (y tal vez se abre la posibilidad para una tercera. Pero estas dos merecen su nota propia en el futuro cercano)
¿Cuáles serian los spinoffs que les gustaría ver de las series actuales? Sally Draper en los 70 suena como una premisa a prueba de balas. Las aventuras de Mike de Breaking Bad no serian mala idea tampoco. Los frecuentes invitados en The Good Wife serian excelente material de spinoff también, y tal vez alguna de esas series moribundas de la NBC podrían dar a luz a nuevos retoños. 

miércoles, 20 de junio de 2012

Prometheus: La imaginación al poder.



Don’t count on me, I engineer
On every move we make from here
I’ll take the lead, you take the pain
You see, I engineered this game
Holly Knight - Poeta contemporánea. 
Cuando era pre adolescente estaba fascinado con los libros de Erich Von Daniken, cosas como “Recuerdos del futuro” o “El oro de los dioses”, donde el autor alemán sostenía que ciertos hallazgos arqueológicos indicaban tempranas visitas de extraterrestres a a nuestro planeta, si no que nos habían creado de cero. Independientemente del estado “científico” de sus teorías o que con los años se fue poniendo más y más esotérico, lo atractivo para mi mente de 11 o 12 años eran las posibilidades: ya completamente inmerso en el mundo de las historietas y algo de ciencia ficción (otro día voy a hacer un posteo rompe credibilidad donde me desenmascaro como no-fan de la ciencia ficción), la más leve prueba de contactos con otras formas de vida inteligente, que los rastros aparentemente estuvieran AHI no podía menos que abrir por completo mi imaginación, mi fértil imaginación en el momento de mayor fertilidad. Si en ese momento hubiese visto Prometheus, sería mi película de cabecera. Nunca me costó demasiado indentificarme con las protagonistas femeninas de la ficción, pero en este caso, hacerlo con la Dra. Elizabeth Shaw, protagonista del mismo, hubiese sido facilísimo.
Obviamente, mi bien temperado cinismo más el subtexto religioso de su ciego creer hoy me hacen mantener cierta distancia, pero claramente puedo entender sus motivaciones, sus tan criticadas motivaciones: la Dra Shaw, como Von Daniken o como yo a los 11 años,  cree. Cree en los “ingenieros”, y cree en ir a buscarlos. Aunque las respuestas que encuentre...
Verán, Prometheus es la película que significa el regreso de un director (Ridley Scott) al universo que ayudó a crear (el universo de esas criaturas que se conocen simplemente como Aliens y la malvada corporación Weyland), y probablemente una de las obras de ficción más obsesivamente micro analizadas de los últimos tiempos. Micro analizada para, con cierto aire de superioridad decir, al modo de personaje de la cultura popular, “It sucks!”. Pensamiento fanboy en su expresión más clara. 
Entiendo que se trata de un director  a veces de culto volviendo a la propiedad de culto que lo disparó en la conciencia popular, y con guiños por todos lados a ese culto. Y que los cultos tienen fanáticos, y que los fanáticos carecen de objetividad. Pero si esa misma gente que se bancó Alien: Resurrection o Aliens vs Predators calladita se relajara un poco, se daría cuenta que están haciendo algo mal.
Porque en mi punto de vista, Prometheus es la imaginación. Es dejarse llevar por las ideas en pantalla, más ideas por segundo de las que hay en decenas de otras películas enteras. Ideas además tan bellamente llevadas a la materialidad, que no podemos más que mirarlas y disfrutar. 
¿Qué el guión tienen más agujeros que un colador? Si, seguro. Aun así, la película no falla en brindarnos una historia completa, un par de personajes memorables y suficiente “continuidad” para los que tienen retención anal que la ubica exactamente en el universo al que dice pertenecer, sin quitarle nada a las cuatro películas “canónicas”que la precedieron. Y de paso, dándole caramelos a nuestros ojos y combustible a nuestras imaginaciones, con probablemente el mejor uso del 3D que recuerde para crear algo NUEVO. Si, probablemente Jon Spaihts y Damon Lindelof  fallaron con el guión, pero Prometheus es la plasmación en la pantalla de la imaginación de Ridley Scott y por sobre todas las cosas, de H.R. Gigier y esa estética tantas veces imitada, tan pocas veces igualada. 
Una de las cosas más criticadas son las motivaciones de todos los protagonistas. Creo que no hay mucho que decir, salvo que todos podemos identificarnos con la codicia que mueve a más de la mitad de la (admitidamente, muy grande) tripulación; que hemos visto el hambre de perpetuarse o arrebatar el poder de Weyland y Vickers centenas de veces en la ficción o en nuestras vidas cotidianas. Pero lo que parece molestarles más a la mayoría es la necesidad de creer de Shaw. La misma gente que toma cinco películas filmadas a lo largo de 30 años como las sagradas escrituras tiene problemas para entender que hay gente que simplemente tiene fe. 

Y ya que estamos hablando de Shaw, hablemos de lo que Scott y Noomi Rapace hicieron, que es crear una substituta de Ripley para el nuevo siglo y hacerla que se sostenga por sus propios medios. Acuérdense por un momento cuando intentaron hacer lo mismo con Winona Rider. Ahora tómense algo fuerte para olvidarse.
Ripley es, claro, uno de los personajes más queridos no solo de la historia de la ciencia ficción, si no de la historia del cine todo. Un ícono feminista, una mujer poderosa, desafiante y al mismo tiempo humana. Y es Sigourney Weaver también. Nadie va a ser nunca Ripley, nadie la va a reemplazar, y justamente lo que la película nos indica es que le queda a Ripley lidiar con las desastrosas consecuencias de la misión del Prometheus. 
Pero no despreciemos a Shaw por eso, no despreciemos a Shaw por tener un crucifijo o un novio. No despreciemos a Shaw por salir a salvar el (los) mundo(s) con unos brochecitos en el estómago. Antes de canonizar a Ripley, acordémonos que es la mujer que casi pone en peligro TODO por salvar a un gatito o que enfrentada con la misma situación que Shaw decidió suicidarse, mientras que la práctica Elizabeth se hizo la conveniente operación que (piensen por un momento) contradice tantos de sus principios básicos. Es esta  gráfica operación a vientre abierto y sus (no) secuelas que molestan a tanta gente, los mismos que no tienen problema en pensar en formas de vida sintéticas humanoides o viajes interestelares por cifras que se multiplican por 10 a la 14, pero no pueden concebir una máquina cirujana. 
Esta no es una defensa absoluta de la película: también me pregunté donde estaba el personaje X en el momento Y, también cuestiono mucho de lo que rodea al personaje de Vickers (Charlize Theron, que termina el 2012 consagrada como la Cold Bitch más perra del cine), también tengo preguntas sobre la programación de David (y de Ash, y de Bishop y Call para el caso. Estos bichos se merecen su propia película tipo Avengers), sobre los maniquíes sin líneas de diálogo que forman la tripulación y muchas otras cosas. Pero este es  simplemente un llamado a dejarse llevar un poco, nuevamente, a dejar brotar LA IMAGINACION. Y a relajarse y gozar. Y acordarse que el cine es imagen, entretenimiento, iniciador de conversaciones, no un juego de “yo tengo razón y vos no”. Para eso esta la triste vida real. 

lunes, 18 de junio de 2012

Comentario: Nurse Jackie 4x10 - Handle your scandal


"For the love of god, go fuck yourself!"

Hablemos sobre la necesidad de una quinta temporada de Nurse Jackie. Según lo veo, claramente, no la necesitamos. Y no porque la serie esté en sus últimos cartuchos, al contrario, probablemente esta cuarta temporada haya sido la más sólida de la serie. Y justamente por eso, ¿para qué arruinarla?. El episodio de esta semana fue un más que satisfactorio cierre de la temporada, y de la serie como un todo. Si la última toma de Jackie que tengo que ver es la de la pintura de “Dios” en la azotea de All Saints, me doy por contento. 
Nurse Jackie fue desde el principio la historia de una mujer que no sabía o no quería saber todo lo bueno que tenía. Un marido que la adoraba; dos hijas, una un poco problemática, pero nada serio; y una posición profesional envidiable. Un líder no es al que ponen a que ocupe ese lugar: un líder es el que toma ese lugar, el los demás ven en ese lugar, el que sabe que hacer con el poder que le dieron. Y Jackie siempre fue la líder de All Saints De los enfermeros, pero también de los médicos. La que todos seguían, para bien, o más que seguido, para mal.
Pero Jackie no solo sabía, o no lo podía ver. En su nube de adicciones, no supo valorar todo esto. Y para cuando quiso hacerlo, por lo menos en lo personal, ya era demasiado tarde: años de auto boicot dieron el resultado esperable. 
Pero en lo profesional, Jackie era la número uno, y todo lo que necesitó fue la oportunidad para darse cuenta, para ejercer ese liderazgo, para, por primera vez en su vida, tener el CONTROL. En algo por lo menos. Si después de todo lo que le pasó en la temporada, pero especialmente en la última media hora, Jackie no volvió a consumir, fue porque en algún lugar, encontró ese control que la venía eludiendo. Y cuando encontró eso, todo lo demás cayó en su lugar, aunque sea ese cachito que llegamos a ver con Grace. 
Y justamente si ese liderazgo y ese control venían funcionando, el secreto estaba en la propia inconsciencia de tenerlo. Y si no, pregúntele a Cruz, que perdió todo el control que creía tener. O que perdió todo, punto y aparte. El control de su hospital, el control de su cuerpo (lindo toque que no era pánico si no un problema cardíaco en serio. Doctor, cúrate a ti mismo!), y el control de su vida familiar, por supuesto. 
Y si cerramos la historia de Jackie y la de Cruz, también cerramos a su manera la de O’Hara (el nacimiento a último minuto podría haber sido un cliché barato, afortunadamente no lo fue), la de Gloria (salvando las papas, una vez más) y cerramos la de Zoe.
Como Peggy entrando a Sterling Copper en Mad Men, Nurse Jackie empezó con Zoe, verde e ingenua entrando a All Saints. Zoe, la que en este episodio es la que dirige a los nuevos enfermeros, y la que le dice a Cruz lo que los demás, detrás de su enojo, no pudieron. Zoe, finalmente reconocida por Jackie y O’Hara como una par. Nuestra nenita creció, no se me ocurre final más redondo.
Esta no es una despedida de Jackie, obviamente voy a seguir mirando. Pero no lo necesitaría. Por una vez, una serie me dio todo lo que esperaba. 

sábado, 16 de junio de 2012

No hay personajes secundarios.



Comentando con una amiga que esta viendo Sopranos por primera vez (y ya que estamos, la gente que ve algo que me gusta tanto por primera vez me genera una mezcla de sana envidia y adrenalina. Tengo ganas de gritarles "No sabes lo que pasa con esa aventura de Peggy y Pete!" "Y Joan dentro de 5 años" " Y donde están en realidad Sam y Alex" "Y no me hagas empezar con la ultima toma de Tony, Carmela y Anthony Jr!". Me voy de tema.) le decía que una de las cosas que siempre disfrute fue como un jugador menor, alguien que tiene simplemente una aparición casi de extra, puede terminar siendo clave al argumento. La recepcionista en un restorán en el piloto termina siendo Adriana La Cerva, protagonista casi excluyente de la temporada 5 y ganadora de un Emmy por ese papel. Una extra que ganó un concurso entre la gente de New Jersey es Ginny Sack, por quien casi (o no tan casi) se mata a un capo. "Mafioso #2" es Vito Spatafore, con su propia, polémica historia y pieza clave en el conflicto entre Tony y Phil Leotardo que prácticamente define y cierra la serie.
La moraleja que David Chase nos está dejando es: no hay personajes secundarios. En todo caso, hay guionistas que saben o no saben que hacer con ellos.
¿Qué hace que un jugador secundario termine en primera? Difícil de saber. Capricho de guionistas o productores ejecutivos. Mérito del actor. Clamor del publico. O alguna combinación de todos los anteriores.
Hay casos donde conocemos la historia (David Chase la vio a Drea de Matteo en el piloto de Sopranos y dijo "ahí está la novia de Christopher"). Otras donde alguien dice “vayan por ahí” y el público apoya (un personaje de un episodio de Cheers termina apareciendo por el resto de la serie, y luego la propia serie del mismo personaje, Frasier, por diez años más). En otros casos no será estrellato o premios, pero trabajo asegurado por diez años o más (Gunther y Janice en Friends).
Claro que están las coincidencias que no son tales: nadie se cree que Jessica Pare fue contratada para ser recepcionista y luego "la descubrieron": desde el minuto uno Weiner la sabia con destino de Megan Draper. Pero seguramente es cierto que Lane Pryce no estaba planeado como personaje por tres temporadas.
Otro caso son los actores invitados, desde el efecto Spelling con Joan Collins y Heather Locklear transformándose en las verdaderas protagonistas de Dinastía y Melrose Place, hasta el personaje de Andy en Weeds, que de una aparición terminó de sólido coprotagonista. Y no nos olvidemos de David Kelly que hizo una carrera de poner a los segundones como protagonistas en series como Ally McBeal, con Lucy Liu siendo más protagónica que una aburrida Courtney Thorne-Smith que termino yéndose, o cuando los locos tomaron el manicomio transformando The Practice en Boston Legal (también un rejuntadero de actores invitados). 
Y está la inversa: tanto Sopranos como Mad Men tienen una larga historia de protagónicos que no son tales, ya sea porque terminan "sleeping with the fishes" o porque de un plumazo, cambio de cliente o de agenda, no los vemos más (gracias por participar Paul Kinsey, Sal Romano y tantos otros). Por eso la ansiedad cuando la perdimos a Peggy hace un par de episodios. Si bien Miss Olson es tan central para el programa que toda la serie - salvo por la escena de Don en el bar con los cigarrillos y el mozo, empieza con Peggy entrando en escena - no sería ni la primera ni la última vez que de la nada se borra a un personaje.  
También ahí es donde nos da bronca cuando los guionistas no encuentran que hacer con un personaje. El ya mencionado Kelly es probablemente el peor ofensor, "aburriéndose" de sus personajes, y en muchos casos matándolos en el guión. Ahí no es el actor ni el público: es el guionista que se queda sin ideas. El compromiso de una serie semanal de 22 episodios por temporada no se lleva adelante así nomás. 
Es divertido entonces mirar una serie y imaginar para donde van las cosas. Dónde ese  novio de un episodio de Phoebe termina siendo “el séptimo Friend”, cuándo el abogado de Charlotte termina siendo su marido y padre de sus hijos, quién de los invitados a un asado de Tony terminan teniendo una historia gay paralela. Y también quién va a delatar a la familia al FBI y terminar con cinco balazos, falsificando cheques y ahorcándose en la oficina o decidiendo que se va a vivir a Atlanta para tener “un nuevo comienzo”.
Y acuérdense, ese personaje que detestamos es culpa de un guionista vago. Ese otro que desaparece misteriosamente no tuvo una disputa contractual sino un equipo creativo que se dejó estar. Y esa que estamos sufriendo no se acostó con nadie, es solamente el juguete de uno que en lugar de ser consistente va siempre por lo nuevo. 

martes, 12 de junio de 2012

Comentario: Nurse Jackie 4x09 – Are those feathers?


"I am. I'm the one in charge."

¿Sabían o apostaban los responsables de Nurse Jackie de una potencial quinta temporada? Difícil de saber. Como suele pasar en este tipo de series, cuando hace seis meses tuvieron que planear el final, tuvieron que plantearlo como EL FINAL.
Eso explica varias cosas que suceden en este episodio, tanto buenas como no tan buenas. Por el lado bueno, hay un remitir a toda la historia, desde el principio que es sumamente recompensante para los que vimos desde el s01e01: el “reflejo” de Coop, el vecino Dios, Grace y la escuela religiosa. Otras cosas son consecuencia de ese recorrido: Jackie finalmente confiando en Zoe para que ejecute una de sus barbaridades habla de lo madura que está esa relación, que siempre fue sumamente asimétrica. 
Por el lado no tan bueno, hay cierta cosa maníaca y que efectivamente va en dirección a “final de temporada” ( y a “episodio de dos partes”). La cosa maníaca, ojo, también puede ser un recurso estilístico, porque sirvió para culminar con ese momento tácito desde siempre, pero ahora claramente articulado: ¿Quién está a cargo? Jackie está a cargo.
De la misma manera que Gloria ha demostrado, especialmente desde su destierro, que era el cerebro de All Saints, la líder formal en toda la dimensión del liderazgo, la líder informal siempre fue Jackie. Nunca más claro que cuando todo el cuerpo de enfermeros están esperando que se rebele por los despidos del episodio pasado con una de sus “tácticas Jackie”. Más preocupada por su situación coyuntural, Jackie se contiene. O actúa por intermediarios, como el ejemplo de Zoe mencionado más arriba. Hasta que un Cruz incapacitado, un hospital en llamas y la necesidad de tener, por lo menos por una vez, y por lo menos en algo, el CONTROL, hace que Jackie se haga cargo.
Gloria, mostremos como se hacía antes. Todos, sigan a Jackie. 
Claro que esto le va a explotar en la cara la semana que viene. No importa, por el momento, le mostró a todos, y especialmente a Cruz, quien está al mando. 
Algunas observaciones al paso:
  • De la misma manera que no me gustaba la dirección en la que iba la historia de la familia Cruz, no me gusta en la que va la historia de O’Hara y Coop. ¿Es el padre? ¿Eleanor es capaz de sentir algo romántico por Coop?. Por favor, no y no. 
  • Hablando de Coop, siempre fue de pocas luces, pero por momentos sufre del Síndrome de Joey Tribbiani, que lo hace más tonto con cada episodio que pasa. 
  • Las reacciones de Gloria y Eddie ante su despido e indemnización son geniales. Y un gusto que estas historias continúen.
  • Otro detalle, sutil: la nueva Jackie que abre su casa y de alguna manera su vida a esta gente que fueron sus compañeros de trabajo por una década. Zoe está viviendo con ella, Gloria y Eddie pasan a desayunar, la ofrece para el baby shower de O’Hara. Son cosas que dan cuenta de un equipo pensando en personajes, no solamente en situaciones. 
  • Si los ataques de pánico de Cruz son para humanizar al personaje, pueden ser un recurso  interesante. Si fueron sólo una excusa para “Jackie in charge”, es barato. Algo me dice que el que viene es el último episodio de Cruz...
  • Thor mide 6’4”, igual que yo. 6’5” con botas. I (corazoncito) Thor. 

lunes, 11 de junio de 2012

Comentario: Mad Men 5x13 - The Phantom

"The world cannot support that many ballerinas".


Hablemos de finales de temporadas. En una época eran intrascendentes. Como ya les comentaba por otros lados, como el negocio televisivo eran las repeticiones y no el primer aire, eran un episodio más, a menos que hubiese cambios de elencos y esas cosas. En casos extremos, es cuando había nacimientos y casamientos.
En los 80, las power soaps, Dallas y Dinastía, impusieron el cliffhanger: dejar al público con las ganas y esperando tres meses para la resolución de los argumentos.  En general ahora casi todas las series hacen alguna variedad de esto, más que nada creando un nuevo status quo para la temporada que sigue.
En las series de cable, como casi siempre se terminan de filmar antes de que salgan al aire, en algunos casos sin saber siquiera si tendrán otra temporada, lo que se hace es un cierre del arco o arcos principales que se desarrollaron durante el año.
Hablemos ahora de los finales de temporada de Mad Men. La temporada uno término con Peggy a punto de dar a luz y la famosa presentación de Kodak Carrousel, mostrando los superpoderes de Don Draper en todo su efecto. La segunda temporada tuvo antes de terminar el desvío por Los Ángeles y culminó con la crisis de los misiles, Sterling Cooper siendo vendida y el embarazo de Betty. La tercera finalizó famosamente con la formación de SCDP, y un episodio antes, la separación de Betty y Don.  La cuarta tuvo una previa con el affaire Lucky Strike, “la carta” y en el último episodio, “me caso con Megan”. Podríamos decir que tenemos siempre un desarrollo personal importante para Don (salvo en la uno que fue Peggy.  Podríamos argumentar que Rachel Menken fue el de Don) y uno relevante para la agencia.
Esto nos lleva al final de esta temporada. Estrictamente hablando, podría haber terminado en cualquiera de los dos episodios anteriores: las salidas de Peggy y Lane eran en si lo suficientemente relevantes como para dar el corte. Faltaba tal vez algo personal sobre Don (no que esos dos eventos no hubiesen repercutido sobre él, como lo pudimos ver en este episodio). Si lo tuvimos o no en este episodio, es discutible.
Lo que Matthew Weiner eligió hacer fue volver sobre cada una de las historias del año (más abajo veamos las excepciones), las relevantes y las no tanto, ponerles un moño y ver como posicionan a la ya anunciada temporada seis.  Desde la foto que Lane se guardó en la billetera en el primer episodio (¿Quién hubiese creído que íbamos a tener una consecuencia de ese descuelgue?), pasando por las carreras de Megan, Joan y Peggy, sin olvidarnos de Roger y Mme. Calvet, y el comportamiento aleatorio de Peter.  Algunas de estas puntas funcionaron mejor que otras: Joan y Peggy como power women es probablemente lo que resulta más natural y temáticamente coherente con la serie como un todo. La de Peter, si bien necesitaba un cierre, me irrita a más no poder, y solo se justifica para que una vez más lo trompeen.
La historia de Megan es relevante en tanto es la historia personal de Don. Como varios de mis comentaristas me han hecho notar, a Don se le permitió cambiar y de algún modo crecer con su nuevo matrimonio. Soy de los escépticos  que estaba esperando que el otro zapato se cayera. Y creo que se cayó, o está por caerse: Después de hacer lo mismo que Don hizo con Ginsberg a su amiga (Don y Megan son el uno para el otro no solamente por la compatibilidad sexual que tienen…), Megan finalmente tiene su oportunidad. De la mano de su marido, por supuesto. No hay nada más movilizador para Don que una madre poco apreciativa, y ahí tenemos la utilidad de Marie Calvet en este episodio, más allá de darle una alegría a Roger. Entonces, Megan Calvet superstar.
Don, tu misión está completa. Hora de terminar con esta película del marido perfecto. Hora de que se caiga la escena. Podés abandonar el set.


Don, mi amiga pregunta si estás solo.


Algunas observaciones al paso:

  • Como decíamos, cada una de las historias del año fueron revisadas, menos las de Betty y Sally. Si bien la jovencita tuvo su momento definitorio el episodio pasado, ALGO sobre Betty se pedía a los gritos.
  • Otros sin cierre: Ginsberg (que tan manijeado venia), Stan (¿para qué lo agregaron al elenco oficial?) y Harry (el año que viene descubre que tiene sentimientos por Paul y se va a vivir con él a California. Acá ya no saben qué hacer con él)
  • Una de las estrellas de Mad Men es sin lugar a dudas Janie Bryant, la diseñadora de vestuario. Hasta el más casual de los televidentes tiene que haber reparado en el ultra profesional trajecito de Joan y el carísimo nuevo vestuario de trabajo de Peggy.
  • Espero que las alucinaciones de Don con su hermano Adam sean el fin de este recurso que pasó de ser una de las originalidades de la temporada a una obviedad un poco molesta. Ya tuvimos a Don con su gripe, no hacía falta volver al escenario con sus problemas dentales, y mucho menos con la escena en el dentista.  Entiendo, el fantasma, el suicidio de Adam, Lane. Había otras maneras de incorporarlo.
  • En encuentro de Peggy y Don, en el cine, por supuesto, fue de lo mejor del episodio. Temía que no volviéramos a ver a Peggy por esta temporada, fue un alivio verla aparecer.
  • Y hablando de Peggy… ¿ha recorrido muchacha, un largo camino ya? ¿Así que esa campaña es de Peggy? Demasiado cute para este tipo de serie.
  • Si bien entiendo que era importante para el desarrollo de “Joan-Socia” que hubiera algo por el lado de la agencia y los negocios, el inesperado cashflow de SCDP (¿o ahora es Sterling Cooper Draper and Harris?) me parece un poco forzado y solamente justificado por esa maravillosa toma que ilustra esta nota, tan icónica como las famosas ‘tomas del ascensor’ que son la marca registrada de la serie.
  • Se comenta que el fantasma del titulo de este episodio se escribe ($<>a). Saludos a los 5 que entendieron de que estoy hablando. 
  • Gracias a todos los que leyeron, comentaron y recomendaron estas notas los últimos tres meses. Me ayuda a disfrutar la serie poner estas cosas en palabras, y aun más la conversación que se fue armando aquí en los comentarios y en las diversas redes sociales. Si las estuvieron disfrutando, los invito a seguir mis otras publicaciones en mi blog.

domingo, 10 de junio de 2012

Tengo tu música: Una historia sobre la vida, la música y el nuevo álbum de Saint Etienne


Over the border, I'm growing older, heaven only knows what's on it's way
Every single day, love is here to stay
Hay una expresión en ingles, “over the border” que podríamos traducir como “del otro lado” y que se usa en general para hablar de temas de edad.  Y no en un buen sentido. Es haber pasado cierto metafórico y poco definible pináculo, y saber que se empieza la pendiente descendiente. Algo así como haber atravesado la mitad más interesante, y ahora estar del otro lado.
Lo traigo a cuento por dos cosas relacionadas. Una es la magnífica canción del mismo nombre que abre el nuevo álbum de Saint Etienne que quería comentar y de la que verán citas por todos lados. La otra es lo que esa canción me despertó en los últimos días y una reflexión sobre por qué estoy escribiendo este blog en general y sobre este disco en particular. Verán, cuando uno está “del otro lado”, a veces parece que nada lo emociona. Esa sensación de haberlo visto todo, y más particularmente, de haber escuchado todo. Durante muchos años de mi adolescencia y de mi vida adulta, la música ocupó ese lugar donde no estaba todo visto y escuchado. Escuchar música, hablar de música, leer sobre música, discutir sobre música, escribir sobre música. Descubrir música, compartirla. Formar amistades basadas en un gusto musical. Asociar música con buen o mal gusto, estética, destinos profesionales, preferencias sexuales. Cartorgrafiar el mundo con música. Disfrutar música nunca como una actividad pasiva, sino como una que involucra cada aspecto de nuestra vida. 
Y creer que esto iba a ser así para siempre. Y descubrir, que del otro lado, tal vez ya no lo era. 
La sola existencia de este blog significa que sigo disfrutando, pensando, leyendo, escribiendo, compartiendo sobre diversas manifestaciones culturales, pero no necesariamente con la música como la número uno. Si pegan un vistazo ahí al costadito donde están las etiquetas sobre las cosas que vengo escribiendo últimamente van a encontrar que más del 50% son sobre series de televisión, y las que están dedicadas a la música están seriamente teñidas de nostalgia, como tratando de capturar algo que ya no está.
Y esto me lleva de vuelta a Over the Border, la canción, con la que abre el soberbio “Words and Music” de Sain Etienne. Por recomendación de uno de esos amigos con los que compartimos todo, porque compartimos la música antes que nada, me lo puse a escuchar. Siempre me gustó Saint Etienne, y este es un muy buen disco de Saint Etienne, pero verán, este es un disco si no conceptual, al menos un disco temático. Y el tema es la música. La pasión por la música. La vida cartografiada por la música, como esa increíble tapa que ilustra esta nota lo muestra, donde cada calle desde Penny Lane a Yellow brick road ES MÚSICA. Y no la música de los músicos, de los que la interpretan. Es un disco sobre nosotros, los que no tenemos el gen ejecutor, pero que respiramos música desde el lugar de oyentes. Y al frente de ese disco, Over the border cuenta la experiencia de alguien desde la primera vez que se da cuenta que escuchar música es algo más que un álbum y una radio, que arma una vida alrededor de la música, y que ahora está ... del otro lado. Y se está poniendo viejo. Y que probablemente se da cuenta que lo único que está aquí para quedarse ese viejo amor por la música.
Sarah Cracknell, la cantante y letrista de Saint Etienne es clase 66. Yo soy del 69. Claramente mucho de nuestro universo musical intersecta, mucho de nuestra experiencia con la música va por líneas paralelas. El primer single de Sarah habrá sido en el 74 y el mío en el 77 o 78, pero ambos memorizamos charts, analizamos a la Smash Hits como si fueran las sagradas escrituras, aunque pasada cierta edad supiéramos que era más cool hablar del NME. Que como oyentes no músicos reverenciamos a Paul Morley que décadas antes de que Simon Reynolds fuera best seller, se metió tan profundamente en la música que fue listado en un álbum de The Art of Noise como un integrante aunque no hiciera nada musical. Que pensamos en términos no de bandas si no de sellos discográficos, para los que Mute o Factory eran igual o más importantes que quienes grabaran para ellos.  Los que musicalizamos nuestros enamoramientos, rupturas, euforias y bajones. 
Over the border, después de años de estar musicalmente anestesiado, me despertó, me conmovió. Me hizo escucharla una y otra vez, me hizo buscar la letra, memorizarla, compartirla. Me hizo hablar de música, una vez más. Me hizo querer que todos la escuchen conmigo. 
El resto del disco es también así, describiendo la experiencia de la primera vez en la discoteca o en la discoteca hoy. De ver a nuestra banda favorita en vivo. De que nos pasaran un cassette (o un MP3) con “esa” canción. De identificar que era ese sonido raro  y buscarlo en todas partes. De tener 17 años y que no importa lo que nos pase, se lo describe alrededor de la música. 
Si nunca escucharon Saint Etienne, tal vez no entiendan muy bien de que se trata al primer intento. Fruto de algo que a principio de los 90 se definía como el “pure pop”, la música pop pura, siempre mezclaron en iguales partes britpop con la última tendencia en las raves, la chanson francesa con algo de folk. Despreciando el virtuosismo por un cierto clima, pero siempre alejados de la pretensión y nunca perdiendo la sonrisa. A veces fueron más exitosos que otras, y esta es una historia de éxito, desde la canción folk inglesa I threw it all away que remite a su maravilloso disco “Tiger Bay” a I’ve got your music, un dance pop extático que podría haber salido del último disco de Kylie. 
Y que abre con la mejor canción acerca de un oyente de música que jamás haya escuchado, Over the Border, y cierra con Haunted Jukebox donde claro, se mueven del lugar de oyentes al de músicos. Músicos de esos que nos deleitan y nos hacen escribir artículos de mil palabras a cuenta de nada. O a cuenta de la música. 

viernes, 8 de junio de 2012

Es una ladrona, detenedla ya: Algunos apuntes sobre Marta Sánchez


Hace unos años, en su momento de esplendor le preguntaron a Gwen Stefani sobre la clara influencia de Madonna sobre su apariencia. Honesta como pocas, Gwen dijo “no hay mujer de mi generación que no haya sido influenciada por Madonna”. Sabias y verdaderas palabras. Especialmente considerando el descaro de algunas otras contemporáneas. Y no, no estoy hablando de Ga Ga. Estoy refiriéndome a la criatura sin talento mayor de la lengua hispana, Marta Sánchez. 
Marta, claro, algunos la conocen como esa española que cantó unos baladones con Baute o Boccelli, o la de Desesperada, o la que dijo que venía al Bailando 2012 y al final se quedó en su casa.
Pero Marta tiene otra carrera, como la Ladri Número 1 de Madonna. 
El problema es, cuando empezó este caradurismo (Ironía: Marta tiene un single llamado “Caradura”), no existía la internet y acceder a cierta información era un privilegio de los ricos o muy curiosos. Lo que la señora Sanchez parece no haber registrado es que pasaron 25 años y las cosas son bastante diferentes. 
Precursora del “las muestro para vender unos discos” (Ironía #2: La tapa de revista que ilustra esta nota), Marta se sumó al grupo hispano-argentino Olé-Olé (estoy convencido que los problemas que tenemos con España son por haber exportado a los Montesano) y tuvieron una saludable carrera basada en algunas canciones con ese sonido techno-pop tan característico de Iberia en los 80 y los modelitos de Martita, que un buen amigo no dudó en definir como “estallantes”. Marta, exitosa con una fórmula previsible pero propia, rompiendo todo en su país  de origen y en México (dónde más, por supuesto...) tenía al mismo tiempo un ojo puesto en lo que la Señora Ciccone estaba haciendo con tanto éxito por todo el mundo. A Marta no le alcanzaba con todo lo que tenía, Marta quería SER ELLA.
El primer descaro lo hizo a fines de los 80, usando sus bien ganadas pesetas en contratar a Nile Rodgers, productor de Like a Virgin para que les produjera algunas canciones. Marta sacó de esto un hit monstruoso, Soldados del amor (con sonido Virgin y video Vogue... ya llegando tarde desde el principio) y una relación con el baterista Sterling Campbell, futuro fugaz integrante de Duran Duran. Señora Sanchez decidió que estaba demasiado popular para ser la frontwoman de una banda, y se fue a probar suerte solista. Mal no le fue: su primer disco, Mujer, tenía el ya mencionado Desesperada y algunos hits menores como Arena y Sol, cuyo video se filmó en la Argentina, probablemente en la costa de Quilmes por el glamour que derrocha...
Desesperada fue un hit tan grande en nuestro país, que MS y algún empresario miope decidieron que hiciera un Gran Rex. Vendió exactamente una entrada. Sé quien la compró, le devolvieron la planta (Hola Tini!).
En el medio, salieron Bedtime Stories y Secret. Marta tomó nota. El primer corte de su disco siguiente fue “Dime la verdad”, que si no fuera suficiente con ser tematicamente igual a Secret, repite a la perfección el efecto bocca chiusa del original. Con este punto de descaro, las puertas ya estaban abiertas y no había camino de regreso. Desconocida fue su Ray of Light, cuando tuvo que cortar un single en inglés, lo bautizó Perfect Stranger dos meses después de Beautiful Stranger
Confessions on the dancefloor conmovió las fibras más intimas de Marta, que a esta altura ya debía tener un efecto “cómo no se me ocurrió antes!”. En el medio de su baladismo, la M original sacaba un disco bailable, y tuvo que rectificar el curso con Miss Sanchez y su tema “Superstar”. Si Madge sampleaba a Abba, ella fue por Depeche Mode. 
El resultado a veces me despierta con horror en el medio de la noche.
Su gira de celebración de 25 años de carrera obviamente tuvo una recreación de viejos hits en versión swing, al estilo Like a Virgin o Deeper and Deeper en diversas giras de La Señora. 
Actualmente, está claro que la demencia ya llegó a puntos extremos, de la misma manera que el desprecio por la inteligencia de su público, al cortar un single llamado Get Together (como un single de La Reina, pero no es una versión, simplemente un tema con el mismo nombre), con un video clip que es EXACTAMENTE IGUAL al del original del mismo nombre. 
¿La última? No confirmada, pero completamente creíble: un álbum llamado MRTA. Ouch. 
Claro que la personalidad cleptómana no se limita a La Gran Señora de La Canción: Desesperada era un Ace of Base y ya hablamos de su “tomar prestado” a Depeche, pero claramente su delirio psicótico está enganchado de un significante fuerte.
Mrta amenaza todo el tiempo en venir, hacer cosas acá, nos quiere invadir y hacernos más daño que las telefónicas y las petroleras. NO SE LO PERMITAN!. Dígale No a Marta. 

martes, 5 de junio de 2012

Comentario: Nurse Jackie 4x08 – Chaud & Froid


“Jackie doesn’t disclose things, you find shit out about her”

Lo que separa a las “grandes series” de otras, no necesariamente malas, pero si menores, es la atención que se le presta a los detalles de la escritura. Por ejemplo, la escritura circular, donde algo que se establece en el episodio 1 y que nos parece resuelto tiene consecuencias en el episodio 10 y nos hace decir el famoso “I see what you’re doing…!”. Esto no se cumple generalmente por las necesidades episódicas de las series de TV abierta, cuyo negocio no es la primera emisión, si no las repeticiones. Las series de cable suelen no tener este problema, y generalmente son escritas completas antes de tener aire, así que como en una buena película, o como se las suele referir en estos días, como una buena novela, se puede establecer algo que no se piensa retomar hasta mucho más tarde.
Toda esta introducción es para señalar, que más allá de cuanto disfruto de Nurse Jackie, nunca fue una de las “grandes series”. Es como que desde el principio se consideró a sí misma una serie “menor”, a pesar de contar con todos los beneficios para no serlo: emisión por cable, protagonista con pedigree y una premisa que sale de los clichés del “caso de la semana”. Está claro también que esta temporada tiene un ‘misión statement’ de cambiar el status quo que redundó en una suba general de la calidad del programa. Dos historias van concurriendo en un tronco maestro, ambas respondiendo al karma is a bitch que sirve de unión temática para toda la temporada: por un lado, el divorcio de Jackie y Kevin, con todas las consecuencias que trae arrastradas, en este caso, la relación Eddie-Jackie, la traída de los pelos relación de Eddie con Kevin (como transformar un argumento absurdo en algo con potencial de MÁS), y las consecuencias de todo esto. Si, Eddie puede ser el peor testigo en una corte en contra de Jackie, como amante y proveedor de drogas. Pero también es la víctima de la golpiza de Kevin en frente de sus hijas. Ese detalle al pasar, del primer o segundo episodio, de repente toma toda su consistencia. El otro tema es por supuesto la relación de Jackie con los señores Cruz padre e hijo. Desde el principio estuve en contra de esta historia y por cómo fue manejada (empezando por contratar a padre e hijo en la vida real para representarlos, telegrafiándonos así la “sorpresa” meses antes de la revelación), y aun así, va dando vueltas de tuerca interesantes. En un momento de poco previsible auto percepción, nos queda claro que el karma funciona no sólo por la negativa, y todos los esfuerzos de Jackie por Charlie tienen su recompensa. Claro, sólo para Jackie, porque un maníaco y furioso Cruz desarma argumentos que vienen de temporadas pasadas,  despidiendo de un plumazo a Eddie y Gloria por “colaboradores” de Jackie.
Otro marca de las buenas series, aunque una peligrosa si se abusa de ella, es la coherencia temática dentro de un episodio. Es algo que Nurse Jackie empezó a usar exitosamente este año también, más allá del trillado “el paciente de la semana hace un sabio comentario sobre la vida de los personajes”. El tema de este episodio son las personas que ocupan un lugar inesperado pero necesario en nuestras vidas: Zoe es el mejor marido que Jackie podría haber tenido en su vida, y en un momento de claridad, probablemente su más claro momento en toda la serie, atina a pedirle a Zoe que la acompañe, a admitir que la necesita. Algo parecido le pasa a O’Hara con Coop. Y si leemos entre líneas, a Cruz con Jackie también. Nunca sabemos cuando esa persona que tanto nos irrita nos va a ser imprescindible.
Quedan dos episodios de esta corta temporada, y ya tenemos la noticia de que fue renovada para un quinto año. Brindemos por eso y por la continuidad de la excelencia

Algunas observaciones al paso:

  • La estrella de esta temporada, es, sin lugar a dudas, Gloria Akalitus. Como transformaron a este personaje secundario y un poco molesto en el corazón y el cerebro de All Saints ( o tal vez siempre lo fue pero no nos lo mostraron) es genial. Desde su primer sarcasmo hasta su estoicismo en la dura escena en la oficina de Cruz, el personaje mejor escrito y mejor actuado del episodio.
  • Cuando se habla de “actores de carácter” a veces nos olvidamos de la verdadera versatilidad que tienen que tener. No hay más que ver a Lynn Cohen, la “paciente de la semana”, que muchos conocemos como Magda, la señora que ayudaba a Miranda en Sex and the City, que apenas hablaba inglés, haciendo aquí de una viejita sabia y con un dinero en el bolsillo. Que habla perfecto inglés, además.
  • Thor es un oso de peluche y lo quiero en mi mesa de luz.

lunes, 4 de junio de 2012

Comentario: Mad Men 5x12 - Commissions and Fees


“Think of an elegant exit”

No por anunciada una muerte es menor. Toda la temporada los guionistas nos estuvieron tirando cuanta simbología de la muerte encontraron a mano (hasta en este episodio, con Sally y su comentario sobre usar los zapatos de otro), y era ya una cuestión de “cuando” mas que una cuestión de “si”. El “quien” también ya estaba casi resuelto: si bien nos pasamos media temporada viendo a Pete lidiar con su existencialismo de “problemas del primer mundo”, estaba claro que el camino autodestructivo venia por el lado de Lane, poniendo también en perspectiva pequeños detalles, como el incidente de la billetera al principio de la temporada (claramente el empujón se lo dieron sus problemas económicos y la conversación con Don, pero el vacío existencial de Lane viene de mucho más atrás. Piensen en su padre agarrándolo a bastonazos en “Hands and feet” la temporada pasada).
Igual, conservadores como somos, a veces nos cuesta pensar en la muerte de un personaje que aparece en la foto del elenco al principio de año, como si estuviéramos todavía en los 70 y Sopranos nunca hubiese existido. Lane fue un personaje que de todas maneras sobrepasó la que podríamos pensar era su vida útil, con la vuelta de tuerca dada en el mismo momento en que BVDO intentó hacerlo redundante, y corporizándose como personaje en el episodio de “una noche en la ciudad” con Don y el citado más arriba con su padre y su conejita de Playboy. La triste ironía del personaje fue el “como”, con el poco confiable Jaguar (“temperamental y hace lo que quiere”) y su eficiente carta de despedida siendo una vulgar renuncia. Hasta el último momento, Lane haciendo lo que se le demanda.
Chau Lane, te vamos a extrañar. Te diste el gusto de trompear a Pete y robarle un beso a Joan antes de irte, es más de lo que logran muchos otros personajes.
Como en el episodio pasado, algo que no es central al argumento pero que queda evidenciado es el sentido de la moral de Don: reprobando sobre todo el affaire Joan y confrontando ahora a Lane sobre sus actos con una única salida posible. Don, honorable Don… que va a ser de ti cuando llegue Watergate.
Hablando de moral, en una historia secundaria pero poderosa, tenemos también a Ken en el medio de una tormenta, y el honorable Ken, sintiéndose traicionado por todos los ángulos (más sobre esto en las notas más abajo) decide jugar con las mismas reglas que lo están obligando a usar. Ken ya sabe que hay que hacer para ser socio (durísimo y apropiado comentario) y no es eso lo que quiere. Con dejar atrás al nuevo chico de oro, Peter Campbell, le alcanza.
Y finalmente tenemos a Sally, en una historia que se sintió un poco forzada, salvo por dos detalles interesantes: en primer lugar, poner en perspectiva que mas allá de su madurez curtida a los golpes con sus poco apropiados padres (y la madurez actoral de Kiernan Shipka), Sally apenas tiene 12 años. Y por otro, permitirle, por una vez, a Betty ser una buena madre. No que le salga fácil, como su reacción al abrazo de su hija nos mostró, pero cuando tuvo que finalmente explicarle lo que el “maravilloso evento” significa, encontró algo de ternura, un poco de sabiduría y bastante de su filosofía personal sobre lo que es “ser una mujer” (si es que mi diagnóstico de histeria se sostiene, LA pregunta que marca al personaje). Betty igual es Betty cuando aprovecha para clavarle el puñal a Megan de que “la niña necesitaba a su madre en un momento como ese”.
A pesar de todo lo que pasó, igual me quedé con gusto a poco, como si hubiéramos visto la primera mitad de un episodio doble, y con algunas desconexiones importantes con respecto a lo que vino sucediendo  anteriormente, aunque el nuevo rol de Joan, el nuevo status de Pete, todo lo que pasó con Lane y hasta las historias que remiten a clientes como Jaguar o Dow son claramente consecuencias de los 11 anteriores.

Algunas observaciones al paso:
  • Me resulta muy raro que no haya habido ninguna consecuencia de la historia de Peggy el episodio pasado. Por todo lo que sabemos, podría estar encerrada en una oficina trabajando con Stan y Ginsberg, también conspicuamente ausentes.
  • El único que acusa recibo de la partida de Peggy, es, indirectamente, Ken. Ya vemos que hizo Peggy con “el pacto” de que si se iba uno, se iban los dos.
  • Hay mucha discusión dando vueltas hoy sobre los límites del buen gusto. ¿Necesitábamos realmente ver el cadáver de Lane y la menarca de Sally?
  • Lindos detalles de vestuario con Sally: su look de “mini y botas” claramente remiten al mismo look de Megan una escena antes. Y como alguien me señaló, las botas de la ‘escapada prohibida’ de Sally son las que Don no le permitió usar en “At the codfish bar”.
  • Y hablando de vestuario: ¿Don Draper con un sweater polera? El tiempo claramente está pasando…
  • Por si cabía alguna duda que Scarlett es la nueva Joan, el “coaching” de Joanie nos lo recuerda todo el tiempo. Me pregunto qué tienen en cartera para el personaje.
  • Finalmente, un ítem para debatir: se supone que la clave de las discusiones entre la cadena y Matthew Weiner para la renovación de la serie que estamos disfrutando, tenían que ver con los pedidos de reducir el elenco de temporada a temporada e incluir más publicidad en la serie misma. Lane ya no está, por todo lo que sabemos Peggy podría no volver, y Jaguar y Dow están al frente y adelante. Mmmmmm.