lunes, 30 de abril de 2012

Comentario: Mad Men 5x07 - At the Codfish Ball


Good night, animals!

Es un inevitable destino para los hijos el transformarse en sus padres, o por lo menos, en los que ocupan ese lugar en sus configuraciones identificatorias (hola, soy el que reconoce el freudismo de Mad Men por haberlo leído en exceso también). Claro que antes nos tenemos que confrontar con esos padres, dentro de lo posible, en alianza con alguna figura fraterna. 
Probablemente la única crítica real que se le ha hecho a esta increíble temporada de Mad Men es que en cierta manera todos los episodios son extremadamente tópicos, todos son acerca de algo,  y ese algo recorre a todas las historias y personajes a su manera. No es una observación incorrecta, y no considero que sea necesariamente malo: es simplemente un estilo narrativo diferente del que estábamos acostumbrados. El tema generacional es el “tema” de este episodio. 
Esto queda más que claro en el hogar Draper, donde con la excusa de un premio que va a recibir Don más un accidente hogareño con la abuela Pauline obligan a tres generaciones de Drapers-Calvets-Francis a convivir bajo el mismo techo. Las cosas salen tan bien como se pueden imaginar, especialmente cuando se agrega a la configuración familiar al tío Roger. Los Calvet, más franceses que anglo, no ven con buenos ojos el matrimonio de su hija con Don. Claro que detrás de esto está su propia infelicidad. Que papá Calvet sea un izquierdista resintiendo su fracaso y mamá Calvet tenga toda la frustración de mujer engañada y la belleza de Julia Ormond, que se ha puesto mejor con los años, no ayuda tampoco. 
Lo único bueno que sale de toda esta situación es una idea brillante para salvar a Heinz, que hace seis episodios que es una cuenta en riesgo de caerse antes de empezar. La idea, claro, es de Megan, quien no parece muy feliz de haberla tenido, pero que sirve para catalizar dos logros que tendría que apreciar más: finalmente es un verdadero equipo con su marido, como solamente Trudy y Pete habían demostrado serlo hasta ahora (y tal vez Roger y Mona en su mejor momento, tal como nos fue recordado en una breve pero eficaz escena de exes que se encuentran a tomar un trago), y un verdadero y honesto reconocimiento de parte de Peggy.
En un guión más cliché, Peggy estaría muerta de celos por el logro de Megan. Pero nadie entiende lo que es estar en ese lugar como Peggy, y como “un pequeño paso para el hombre (mujer) es un gran paso para la humanidad (femineidad)”. Hablando de Peggy, en una primer mirada, pensaba como Joan le está jugando de figura materna hasta cierto punto, hasta que apareció la verdadera mamá Olson y me di cuenta que solamente es una dinámica de hermana mayor, una a la que las vueltas de la vida acercaron más a su hermanita de lo que nunca se imaginó que podía suceder. Joan, Peggy y Megan están en conflicto con sus madres y planteándose que quieren de sus compañeros, pero se tienen de hermanas cuando más hace falta. Y Megan por un momento hasta puede jugarle de hermana a Sally más que de madre: ambas niñas quieren el amor de sus padres y reprueban de sus madres al tiempo que temen transformarse en ellas. La dirección de vestuario, maquillaje y peinado no hacen más que recordarnos que el destino de  Megan y Sally son Marie y Betty aunque no lo quieran. 
Para redondear, Mad Men no es Mad Men en la segunda mitad de una temporada si SCDP no tiene algún problema, y en este caso no importa el optimismo de Roger después de su experiencia que altera la vida el episodio pasado o los premios de Don, ni haber salvado la cuenta Heinz a último minuto: los clientes siguen faltando, la agencia se volvió “radioactiva” para cierto tipo de cliente y un replanteo se viene gestando. 
Concluyendo: todos infelices, aun logrando lo que están buscando. Empezamos con Freud, terminamos con Freud. 
Algunas observaciones al paso:
  • Parte del juego generacional que se repite en cada iteración son las vueltas de las figuras del pasado. En este caso fue la siempre bienvenida Mona, incapaz de celebrar abiertamente la caída de su némesis Jane, pero retomando el lugar de socia de Roger que nunca terminó de perder. 
  • El otro regreso es el de Glen, que ya está bastante crecidito y que cada minuto que pasa pone más en riesgo la virginidad de Sally Draper. “Todas las niñas un día abren sus piernas y abandonan el nido” dijo con total falta de tacto Emil Calvet. En narración a eso se le llama “foreshadowing”, nos están adelantando algo que se viene en el futuro. 
  • Roger puede resultarnos moralmente repugnante por momentos, pero es el personaje con el que todo nos querríamos ir a tomar un trago. Hasta Sally Draper (en ese caso, que sea un Shirley Temple)
  • El embarazo de Jaunuary Jones no solo nos dio a Betty gorda, si no también mucha abuela Pauline, que de a poco se está transformando en la señora Blankenship de esta temporada. Esperemos que con un destino menos trágico. 


sábado, 28 de abril de 2012

Sobre The Avengers y las Pelis de Super Heroes


The Avengers es una muy, muy buena película, probablemente de las mejores de su género, y eso me da mucha, mucha rabia.
Permitanme contextualizar un poco para que se entienda.
Hace 35 años o más que leo historietas de superhéroes. Me gusta el género, lo he disfrutado en mayor o menor medida en mi infancia, mi adolescencia y mi vida adulta.
Y en un gran porcentaje, he disfrutado de las historietas, los personajes, de DC Comics.
Y no es menor la responsabilidad de dos de las más icónicas representaciones de superhéroes con personajes de carne y hueso de todos los tiempos: las películas originales de Superman y la serie de la Mujer Maravilla. Independientemente de la calidad de las mismas (considero que las primeras dos Superman son excelentes para su época, la serie de Diana era mucho menos ambiciosa y merece un análisis más detenido sobre su encanto en otro momento), las representaciones que mostraron sobre esos personajes  Christopher Reeve y Lynda Carter quedaron para siempre marcadas, especialmente en mi cerebrito de 7 u 8 años.
A través de los años, aun cuando podía no estar leyendo las historietas correspondientes, seguí las adaptaciones del género en otro medios. Tuve que esperar casi 15 años hasta que apareció la primera Batman de Burton, con toda la bamboya asociada. Admito que me dejó medio frío entonces y sigo opinando que no es gran cosa hoy. Ahora, la segunda, Batman Returns... esa si que me hizo sonreír, no importa lo que uno opine de Michael Keaton como Batman, Michelle Pfeiffer hizo suya a Catwoman como Carter y Reeve a sus personajes. Lo menos que digamos de las Batman de Schumacher, mejor.
Pero no importa que tan malas estas dos últimas secuelas fueran, las adaptaciones de DC, comparadas con las de Marvel, eran una maravilla. Pobres decisiones de licenciamiento trajeron aparejadas desastrosas películas de bajo presupuesto que por suerte no fueron vistas por nadie, so riesgo de haber destruido la credibilidad de los personajes para siempre. Para el caso, tampoco me importaba demasiado. La única propiedad Marvel que me simpatizaba un poco, y a la que llegué medio tarde, eran los X-Men. Y fueron con los X-Men que cambió todo. Después de muchos años, Marvel pareció entender que si querían hacer algo con respecto a sus adaptaciones, el secreto era presupuesto, actores reconocibles y ante todo, directores que supieran lo que estaban haciendo. La primer película de los X-Men y especialmente la segunda demostraron el potencial de hacer películas impactantes, con elencos multitudinarios de personajes con superpoderes, con cierta fidelidad al material de origen, pero sin ser preciosistas. Y por supuesto, hacerlas funcionar. 
La respuesta de DC, como en todo lo que hace DC desde hace 25 años, fue tirar más Batman encima, esta vez con el relanzamiento de Christopher Nolan. No voy a ser necio y decir que estas películas son malas o que no me gustaron, pero si voy a decir que no son películas de superhéroes. Son películas de Christopher Nolan. No les fue mal, pero en términos de estrategia integral, fue mala, y la prueba más cabal fue el fiasco de Superman Returns.
Mientras DC tenía un solo quincho, Marvel siguió tirando: las exitosas Spiderman, las dudosas Fantastic Four, las espantosas Daredevil y Elektra. Y luego apareció un señor que se llama Kevin Fiegue y presentó un plan maestro, un plan de universo: Armemos una peli de cada uno de los personajes fuertes, y vayamos entretejiendo elementos entre ellas. Si esto funciona, podemos hacer algo más grande. Aseguremos todo en un solo estudio, y hagamos contratos donde los actores quedan comprometidos. La seguidilla fue implacable: Iron Man, Iron Man 2, Thor, Captain America. Para cuando estas cuatro estaban terminadas (más los dos pasos en falso de Hulk ), ya tenían un universo completo y coherente. 
Y ahí es donde empezamos más arriba: The Avengers. El producto final de la mente de Fiegue, en acción. Una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos, y discutiblemente, la más entretenida. 
¿Por qué tan entretenida? Más allá de lo obvio, por dos motivos: primero, no hay que “explicar” nada. Todas las explicaciones que matan la primer mitad de cualquier peli de superhéroes, ya no existen ni son necesarias. Sabemos quien es quien, sabemos como se juntaron, que empiecen a explotar cosas. El otro secreto, es parte del nuevo credo Marvel que ya mencionamos: contraten a un director que sabe lo que está haciendo.
Y acá va otra aclaración: no soy un fanboy de Joss Whedon. De hecho, su producción me deja bastante frío, jamás entendí el amor por Buffy, Angel o Firefly. Pero, hace unos años, Marvel le dio a Whedon para escribir un comic de X-Men, y fue inmediatamente evidente que ENTIENDE el género, que conoce la historia, que sabe editar, tomando lo bueno y descartando lo malo, y que tiene un oído para el diálogo, al mismo tiempo creíble y gracioso como nadie más en el negocio. 
Claro que una cosa es darle 200 pesos para que escriba un comic, y otra es darle 200 millones de verdes para que haga una peli, pero el tipo la hizo, y la hizo suya. Acción a montones, bien filmada, desarrollo de personajes, diálogos graciosos ja-ja, algún toque emotivo, uso inteligente de los personajes femeninos (un muy bienvenido sello de fábrica, puede no gustarme Buffy, pero entiendo su relevancia)  y el mejor uso de Hulk en cualquier medio del que se tenga memoria.
Y por eso es que tengo tanta bronca, porque quiero una peli así que me involucre de la misma manera, con MIS personajes. Esta película sencillamente muestra todas las debilidades de la estrategia de DC, que como siempre, va a tirar más Batman para apagar el incendio (y que además ya se sabe es la última de una serie) le dan Superman a un decorador de interiores e hicieron un Linterna Verde que  hace doler los ojos. La película de los Avengers YA está acá, haciendo todo bien. La película de la JLA no podemos ni empezar a imaginarla.
The Avengers es una muy, muy buena película, probablemente de las mejores de su género, y eso me da mucha, mucha rabia.
Hace 35 años o más que leo historietas de superhéroes. Me gusta el género, lo he disfrutado en mayor o menor medida en mi infancia, mi adolescencia y mi vida adulta. Tal vez, justamente como adulto, tenga que reconsiderar mis ciegos fanatismos, relajarme, y pagar una segunda entrada para ver una peli de superhéroes, de las bien hechas. 

miércoles, 25 de abril de 2012

Comentario: The Big C - Bundle of joy


Judge away, Judgerella!

Si le preguntan a alguna persona viviendo con cáncer o VIH, o habiendo pasado lo peor de cualquier enfermedad grossa, les van a decir que había algo de reconocimiento inmediato en la primer temporada de The Big C, una pérdida de rumbo no necesariamente mala en la segunda... y unas ganas de darle una cachetada a alguien en lo que va de esta tercera. Cathy curada, jugando a que es Alexis y haciéndose tatuajes sonaba falso, de alguna manera. La serie por supuesto no tiene ninguna responsabilidad social, pero esto no es The Sopranos: era y es esperable que cierto público se acercara a verla. Y que ese mismo público tenga opiniones sobre como se retrata enfermedad, tratamiento, recuperación. 
Me complace reportar que algo en este tercer episodio resonó positivamente, como un “por acá va”. Si leen mis comentarios de Nurse Jackie, estoy hablando de algo similar al borrón y cuenta nueva del primer episodio de la serie que este año está de gemelita con esta.  Un propósito. ¿Discutible? seguro, pero por lo menos, una dirección.
Algo que The Big C siempre hizo bien, pero especialmente en esta temporada es meterse en todos los clichés new age que rodean a las enfermedades graves o terminales. La línea es delgada entre lo que realmente sirve para alguien desahuciado y lo que es una pila de mentiras, oportunismo y sencillo robo de dinero. La línea es delgada también entre tomar una posición entre “todo es una mierda” y “esto realmente ayuda”. La serie nunca termina de tomar partido claramente, y así debe ser en algún nivel: hay gente que cree, hay gente que no. Hay gente a la que le sirve, hay gente a la que no.
Tenemos dos historias que giran alrededor de eso: por un lado Adam y su continuado flirteo con el catolicismo. Esto puede disparar para cualquier lado, pero la exploración es creíble, y por ahora no cayeron en “son todos unos fanáticos retrógrados!¨ ni “aleluya hermanos!”. Sigamos viendo; es, hasta este episodio, la historia con mas coherencia de una semana a otra.
La otra línea que va por el mismo camino es el seminario con una Louise Hay de pacotilla que toman Cathy y Paul. La ambivalencia entre la posición a favor y en contra estuvo bien jugada, y el objetivo final era posicionar a Cathy en lo que parece que va a ser el gran argumento de la temporada: su intención de tener otro hijo. 
Como la gurú Joy hubo una participación robacámara de Susan Sarandon, que siempre es un placer ver. La tendencia  al “stunt casting” de The Big C, por otra lado, ya está tomando nivel de Will & Grace
En otras novedades, sigue el acercamiento de Sean y Ababu, y tal como me temía, están tratando de poner las bases de algo romántico, y esa historia realmente no me gusta. Como se compatibiliza eso con la nueva carrera de Sean como operador de sexo gay telefónico, todavía no estoy en condiciones de evaluarlo. Si puedo decir que todas las escenas con Sean, ya sea hablando con sus invisibles clientes o generando caos en un restaurante el día de San Valentín tuvieron algo de auténtica comedia “jaja” que fue muy bienvenido.
Resumiendo, hasta la semana pasada, estaba considerando en colgar la serie, después de este episodio, se ganaron por lo menos el beneficio de la duda. Veremos. 

martes, 24 de abril de 2012

Comentario: Nurse Jackie 4x03 - The Wall


Does that mean now I get to feel stuff!?

La semana pasada comparaba a Jackie Peyton con Gregory House, ambos profesionales de la salud con problemas de adicciones, pero hoy viendo el episodio, la encontré más parecida a Jackie a Don Draper. Hay algo en su habilidad para la mentira, en su omnipotencia, ambas para ocultar una personalidad completamente dañada que me recuerda, con las diferencias de género y temporales, increíblemente a Don.
Como Don en la temporada actual también, el juego de ahora en más es “cuánto tiempo antes que la personalidad ´buena´estalle en pedazos”. La ´bondad´en Don es por el efecto amortiguador de Megan, en Jackie  por su rehabilitación. 
Rehabilitación inconclusa, de hecho, en un giro argumental con el que no puedo estar de acuerdo: Jackie se fue del programa exactamente a la mitad, argumentando que Grace la necesita y volviendo inmediatamente a trabajar. Más allá de lo que opine que el personaje necesita o no en la ficción, me parece un poco innecesario. Se podía esperar un episodio más o usar la magia de la compresión temporal para que pasara más tiempo en la serie.
De un modo u otro, y contrariamente a las expectativas o lo que Kelly (compañero adicto de Jackie) pretenda, Jackie sigue sobria por un episodio completo. Hay algo de sensación de irrealidad en el escenario tal como está planteado ahora, que tanto actriz como dirección logran transmitir, desde el “ahora siento cosas!?”, hasta ser un referente de Cruz (ahí hay trampa inminente), a Eddie contándole todo a Kevin. Como que el mundo al que volvió el personaje no es el mismo de hace dos semanas.
También pudimos ver que Jackie sigue siendo una maestra manipuladora y de la mentira, nuevamente algo de Don en escena, mandando al muere a Kelly que cual serpiente le consiguió drogas de las buenas, a las cuales Jackie logró evitar solo de milagro. Pero esta es una solución clásica de Peyton Adicta: para terminar con el problema, tomar una medida drástica, y si se jode alguien, mala suerte. 
Por las demás historias, no mucho para reportar: O’Hara espera un niño, Zoe probablemente termine la temporada casada o comprometida, Cruz es un sorete. Hablando de Cruz, de la misma manera que la semana pasada deseaba que Charlie fuera su hijo, esta semana, que está completamente telegrafiado que Charlie ES su hijo, desearía que no hubieran caído en la obviedad, especialmente dado que ambos actores son padre e hijo en la vida real. 

Comentario: Mad Men 5x06 - Far away places


Is there a cure for neurosis?

Mad Men nunca fue un programa sencillo, pero las complejidades siempre partieron de los temas tocados, las sutilezas en el desarrollo de los personajes, lo poco empáticos que todos pueden resultar. En lo formal, siempre se trató de una narrativa relativamente lineal, con alguna excepción, como los flashbacks a la niñez de Don, la realidad alternativa que se desata cada vez que Don viaja a California (The Jet Set, nunca lo olviden), y especialmente esta temporada, algún recurso onírico. Este episodio, con su estructura Roshomon desde tres puntos de vista, y sin aviso previo, rompe con todo eso. Sumado a lo extremadamente enmarañado de las tres historias principales, lo hace uno de los mas fascinantes y merecedores de múltiples pasadas de toda la serie. Los comentaristas hoy están diciendo “el mejor” o “se fueron al pasto”, yo por lo pronto me quedo con “el más desafiante” y como televidente y comentarista, pocas cosas me gustan tanto como el desafío. 
Empezamos con Peggy, incorrectamente acusada de histérica, cuando adelantada a su tiempo como en tantas otras cosas, es una neurótica obsesiva hecha y derecha. Su némesis en este episodio no es el blando de Abe, su novio, si no que como buena contrapartida para un neurótico, es un cliente que muestra las más claras señales de histeria desde Betty en la temporada 1. Peggy que es una copia de carbónico de Don, pero que por género y edad no puede ejercer la misma cuota de poder, aunque sus alivios sean los mismos (un polvito al paso y un vaso de “algo marrón”). La diferencia también es que todavía está un poco más permeable que Don a lo que sucede a su alrededor, y su charla con Michael le devuelve un poco de sobriedad. Estaría tentado de decir que cada uno de los tres apartados del episodio tiene implícita o explícita una crisis de pareja, pero los adelantos de la semana que viene los muestran a Peggy y Abe juntos, así que les damos un crédito.
La historia central del episodio (por impacto nomás, nunca hubo un episodio con tres historias tan claramente delimitadas de igual importancia) es la de Roger. 
La premisa es sencilla: Roger y Jane toman ácido. En lo que va de la temporada ya tuvimos una pesadilla de Betty y una pesadilla/fantasía/viaje por el inconsciente de Don, pero nada de eso nos preparó para el trip de Roger. A lo único que lo puedo comparar es al extraño viaje de Tony Soprano al borde de la muerte, y la comparación no es desacertada, siendo que Matthew Weiner también estuvo involucrado en aquella.
Roger, con 50 o más años de alcoholismo, es como un espectador de su propio trip, y hasta un buen compañero para la frágil Jane. En el medio de su viaje, se dicen la verdad. Pero no La Verdad. Como el filósofo en la cena pre ácido lo hace notar, las aspiraciones de conocer la verdad son afectaciones de la modernidad que en los 60 ya se caían a pedazos. En cualquier caso Roger reconoce Su Verdad, y Jane finalmente articula La Suya. Roger y Jane nunca se quisieron, simplemente que por motivos varios nunca lo reconocieron. Fin al matrimonio Sterling, va ser carísimo, acertadamente indica Jane.
Y finalmente Don y Megan. Todos estábamos esperando que el Don Draper que conocemos apareciera en algún momento. Si, es cierto, la dinámica con Megan es muy diferente a todo lo que conocíamos hasta ahora, pero Don es Don, y desde hace un par de episodios además conocemos algunas cosas más que mejor hubiera sido no conocer. 
La violencia material e implícita de Don hacia su mujer fue increíblemente cruda. Tal vez Megan la haya dejado pasar, pero no veo que esto pueda sostenerse demasiado tiempo más. Como en un juego de mamushkas, el flashback dentro de la narrativa quebrada, a algo que nos perdimos en el fin de la temporada pasada, con un inocente I wanna hold your hand de fondo nos muestran el espejismo que llevó a Don a tomar la decisión que muchos siguen sin entender. 
Y en el medio de la tormenta, de la confusión, Bert Cooper, a quién lo dábamos por perdido, llama a las cosas por su nombre.
El sexto episodio de la cuarta temporada fue el clásico The suitcase, que podría compararse en cuanto a grávitas con este. Le siguió el momento de sobriedad y reconstrucción de Don, The Summer Man. Tal vez lo que veamos la semana que viene. Espero ansiosamente.
Algunas observaciones al paso:
  • Es probable que no volvamos a ver a Jane Sterling. La despedimos más bella que nunca. Comentaristas de moda más astutos que yo deconstruirán su maravilloso look en la cena/viaje ácido.
  • Claro que “Roger soltero” luego de que hace dos semanas tuvimos a “Joan Soltera” pedía reunión a los gritos, y sin embargo, nos negaron la satisfacción, sin siquiera una aparición de Joannie en todo el episodio. 
  • La historia de Michael se va desarrollando lentamente, y cada vez tiene más capas. Uno de los dos lei motivs dando vueltas al episodio aparte de preguntar la hora, fue el judaísmo. Michael y su experiencia (o no?) en el holocausto, Jane hablando en yiddish (creo que nunca había sido establecido su trasfondo judío, lo que hace aun más interesante su matrimonio con el prejuicioso Roger). Y otro comentarista notó algo que se me había pasado, que es que Abe también es judío. Que lejos estamos de cuando para recibir a Rachel Menken hubo que sacar al único judío de Sterling Cooper de la sala de cadetes...
  • ¿A alguien más le pasó que los errores de chroma en el coche con Don y Megan los sacaron un poco de la escena?


jueves, 19 de abril de 2012

Comentario: Modern Family 3x20 - The Last Walt


“You were laughing like the Joker”

No es secreto que me estoy despidiendo de Modern Family, por lo menos en lo que hace a los comentarios. No estoy disfrutando para nada la serie, y me debía hacer la prueba de ver si era por el esfuerzo adicional que requiere enchufarse como comentarista, o si la serie efectivamente estaba pasando por un mal momento.
Así que me senté a ver MF sin papel y lápiz adelante, como televidente viendo una comedia al pasar, a ver que pasaba.
Bueno, un poco más la disfruté, entre otras cosas porque hubo un par de momentos buenos, especialmente en las escenas de Phil y Claire al comienzo, y algunas de las salidas de Manny como “adulto responsable”. Igual, nada que parezca indicar que esta es la serie de comedia que el público y la crítica consideran de lo mejor que hay en el aire, por lo menos en la TV abierta norteamericana. 
La impresión que me quedó es la de tirar demasiadas cosas para ver que prende, y algunas claro que prenden, pero mucho, mucho, no va a ningún lado. Funcionan Phil y Claire (pero no las historias de Phil y Claire con sus hijos), funciona la cena de Cam y Mitch con sus padres, funciona Manny. No funciona la Hayley, ni los intentos de golpe bajo, ni el chiste de la sonrisa de Claire cuando se repite por quinta vez.
De todas maneras, algo en el episodio me hizo prestar atención y tal vez irme de tema, tan como suelo hacer. Hubo algo en la dinámica de los padres de Mitchell y Cameron que me resonó en varios niveles.
En algo tomado sin lugar a dudas de la experiencia personal de alguien involucrado con la serie, los padres de estos dos hombres gay tienen una rivalidad sobre quien de sus hijos es “la esposa” de la relación. Podemos pelear todo lo que queramos con el tema, intentar educar, pero cuando se trata de los padres...  no es la razón la que opera. 
Siglos de patriarcado y heteronormatividad sólo nos permiten pensar cosas dentro de categorías discretas, y una de ellas es que en un “matrimonio” hay ciertos roles. Lo vemos no como una sociedad entre dos individuos, si no como un marido y una esposa que cada uno cubre ciertos papeles. Los personajes (las personas) pueden intentar racionalizar sus motivaciones, como el padre de Cameron pensando en voz alta que le gustaría que su hijo tuviese algo como lo que él tuvo (tiene?) con su esposa, esa es la herramienta que le permite entender lo que le está pasando. Jay, de manera muy realista, simplemente admite que no sabe que hacer con “cada día es algo nuevo”.
Y antes que digamos “ah, eso es otra generación”, la contrapartida de los hijos también peleando por quién de sus padres es “más macho” también tiene algo edípico primal que resulta un lindo toque.
Digamos que algo funcionó y muy bien en el episodio, pero estuvo bastante lejos si no de la comedia, que se supone que en algún nivel nos tiene que hacer reflexionar, pero si de la inmediatez de la sitcom. 

miércoles, 18 de abril de 2012

Comentario: The Big C 3x02 - What's your story


“ Your understand you’re the third person from your household in my office today?”

Previously on The Big C: Cathy está curada o algo así, Paul es un idiota, Adam encontró la religión, Andrea ahora es Ababu y rockea mi mundo, Sean está medicado y listo para ser alienado, Gustavo está frustrado por lo malo del primer episodio.
Debo admitir que los adolescentes no me caen bien por regla. Adam, siendo el “personaje adolescente” de The Big C, no me caía bien. Sin embargo, hay algo en las reacciones desesperadas del personaje ante el errático comportamiento de sus padres, tío y “hermana” que me hizo compadecerme de él. Me pareció la historia más creíble de programa en bastante tiempo.
Que la salida que está encontrando sea la religión es un poco más complicado, pero tengo confianza en los guionistas que esto no se va a transformar en “Adam encontró la salvación”. Si por lo pronto sirve para echar un poco de luz sobre toda la mierda new age que rodea a los enfermos de cáncer y sus grupos familiares, bienvenido sea. 
Otra adolescente es Ababu, que por ahora tiene una historia medio traída de los pelos, con su reencuentro con las raíces africanas, pero que por lo menos sirve para poner en evidencia ciertos clichés y preconceptos que abundan sobre las relaciones raciales y que alimentan las “moralejas” de programas menores como Glee. Que además muchos de estos temas sean articulados con Sean, mucho mejor. De hecho, la amistad de Sean y Ababu (que espero que nunca vaya más allá de una amistad) es una de las cosas positivas que están pasando. 
Mientras tanto, los adultos son una manga de tarados: Sean, que por todo lo bueno que hace con Ababu se está por meter en un lío por algo que no tendría que ser más que una complicación de sitcom. Paul que sigue con su idiotez, ahora pública (con lo único que simpatizo es con su obsesión por el número de hits que tiene su blog. Todos hemos estado ahí...). Y Cathy que claramente está pasando por algún tipo de crisis, pero que me cuesta identificar que la motiva. La primera escena del episodio pasado hubiese parecido que es que Paul ahora esté tan o más enfermo que ella. En este, que lo que creía que era una sentencia de muerte, realmente no lo es. De una manera u otra, me resulta arbitrario. Si Cathy se hubiese puesto “rebelde y contestataria” mientras estaba enferma, lo hubiese entendido, así, no. 
Hay algo de mejora del episodio de la semana pasada a este, tal vez haga falta dejar que las historias se desarrollen un poco mejor. No tengo confianza ciega, pero seguimos participando.

martes, 17 de abril de 2012

Comentario: Nurse Jackie 4x2 - Disneyland Sucks


“I’m a nurse, same as you. I don’t expect any special treatment”

Segundo episodio de Jackie 2.0 nueva y mejorada, y es bueno ver que los cambios del primer episodio no fueron un espejismo y que hay verdaderas intenciones de hacer un cambio de status quo. 
Por momentos, el episodio parecía que iba a caer en el cliché: protagonista en rehabilitación conoce “colorida galería de personajes”, se enfrenta con némesis en la figura de personal psi/enfermera/medico que sigue las reglas. Esto se vió un millón de veces, la más cercana que me viene a la mente es House, y no nos engañemos, en muchos aspectos Jackie siempre fue un House con palabrotas y sin la enfermedad misteriosa de la semana.
Pero fueron apareciendo algunos detalles. La colorida galería de personajes si responde al cliché al 100%, pero la némesis de Jackie es una terapeuta de algún tipo que ya conoce todos los adictos por conocer, y no tiene tiempo para mierdas. No es la enemiga de Jackie, está ahí para hacer su trabajo. No del todo diferente de la Jackie misma. De hecho, el episodio tiene dos revelaciones, una tan obvia que la tuvimos adelante todo el tiempo y nunca reparamos abiertamente en ella, la otra mucho más sutil y retorcida.
La primera es que Jackie, madre, esposa, amante, adicta, solamente se identifica como “enfermera”. Es el máximo compromiso al que es capaz de llegar. Claro, el nombre de la serie, “Nurse Jackie”, no es casual. Si hasta el beneficio secundario de su adicción tiene que ver con eso: la hace una mejor enfermera (algo que vimos durante tres temporadas).
La otra revelación es un poco más dura: la historia oficial de la adicción de Jackie es que por sus dolores de espalda alguna vez probó las pastillas y nunca volvió. Es la excusa que usó con O´hara, con Eddie, y ahora en su primer sesión de grupo. Es la excusa que usa con ella misma. Pero, en un raro momento de debilidad (probablemente causado por la abstinencia más que su interlocutor, un adolescente autodestructivo que es un McGuffin narrativo que nos podrían haber evitado), Jackie admite la verdad: su hija Grace nació tarde y tal vez no completamente buscada. Empezó a llorar en el parto y no paró durante dos años. Madre desesperada se consiguió un percocet y se tomó uno ella y le dió uno a su hija. Wow. Lo fuerte de esto no es lo que nos dice de Jackie, si no como pone en perspectiva al personaje de Grace, que de por sí, siempre fue uno de los más complejos y mejor escritos del programa. 
De ahí en más, Jackie haciendo cosas de Jackie rompiendo las reglas y poniendo en peligro la única cosa que puede salvarla. Némesis estricta finalmente se rinde ante la historia de Grace que mencioné más arriba. Quien no lo haría.
Edie Falco, por si nos cabía alguna duda, es una de esas actrices que ponen los pelos de punta. Su personaje ya ha hecho cada cosa desagradable posible y la sigue embarrando, al tiempo que la vemos deteriorarse, y Falco nos vende cada segundo. Esta mujer va a seguir ganando cada premio existente y lo va a tener merecido.
Lo único flojo es lo que anda pasando en All Saints “intervenido”. El personaje de Miguel Cruz si es un cliché y bastante innecesario, y a menos que el hijo de la vida real de Bobby  Cannavale sea Charlie, el adicto McGuffin, no veo para donde va a esa historia. Lo único divertido es que el personaje que más extraña y está canalizando a Jackie es Coop.
Considérenme interesado como para seguir viendo y comentando. 

Comentario: Mad Men 5x05 - Signal 30


"You are a grimmy little pimp"
Gif tomado de Gifulmination.com
“No se nace mujer, se llega a serlo” escribió Simone De Beauvoir hace unos 60 años, abriendo la puerta a una segunda oleada de feminismo que derivó en los estudios de la mujer, los estudios de género y el mundo tal como lo conocemos hoy en día.
Mad Men ha sido por turnos alabado y criticado por su punto de vista sin anestesia sobre políticas de género, pero nunca tan claro como en este episodio se atrevió a mostrar algo que se hizo obvio algunos años más tarde que en los que transcurre la serie: varón no se nace tampoco, se llega a serlo. 
¿Y como se llega a ser varón? Bueno, agarrándose a golpes para resolver un conflicto, yendo de putas, abrazándose con otros hombres por un triunfo futbolístico, robándole un beso a la chica más linda de la oficina, bajándose de un coche carísimo. 
Que los dos hombres pasando por estos ritos de pasaje hayan sido Pete Campbell y Lane Pryce lo hace mucho más interesante aún.
Desde el primer episodio que todos dentro de la serie y fuera como televidentes queremos romperle la cara de un golpe a Pete. Tomó cinco temporadas, pero finalmente alguien lo hizo. Que no haya sido ni Ken ni Don, sino Lane lo hace mucho más jugoso. Pete es un hombrecito, en el sentido más peyorativo del diminutivo, que ha tenido la suerte de haber nacido en una cuna de oro y haberse casado con Trudy, que es mucho más de lo que se merece. La astucia en los negocios (otra muestra de masculinidad) lo posicionó en un lugar donde se creía el rey, y cuanto más alto estás, mas dolorosa la caída. 
Lane, claro, es el que está afuera de todo, su propio inglesismo lo pone como un bicho raro, pero también es un bicho para los propios ingleses, que lo consideran “un maricón” (que no le guste abiertamente el futbol, como a su padre, tampoco ayuda). Lane, cansado de ser castrado por su padre, su esposa, la gente de la agencia, toma el asunto literalmente en sus manos, y hasta se da el gusto de robarle un beso de la victoria a Joan. Lane es la P de SCDP por mérito de Jared Harris, que hizo suyo un personaje que de otra manera hubiese pasado sin pena ni gloria. Lane “haciendo guantes” es una imagen del siglo XIX, pero tan relevante en 1966 como en el 2012. 
Llegar a ser varón también significa dejar de lado las afectaciones de la niñez y la adolescencia, como todos parecen indicarle a Ken y su carrera paralela como escritor de historias de ciencia ficción. Antes como ahora, pero mucho más antes, la ciencia ficción era mal considerada algo menor, desconociendo que cuando está bien escrita puede ser la más interesante alegoría sobre el mundo actual, como la historia en off que cierra el episodio bien nos muestra.
Y en todo esto, con Pete, Lane y Ken tratando de “llegar a ser” y Roger dándose cuenta que ya no lo es (“profesor emérito de cuentas”), ¿quién es el que la tiene más grande? Don, por supuesto. Que la prueba de masculinidad haya sido una simple emergencia de plomería, lo hace más encantadoramente irónico. Don es  da man, Superman.
Pero en este juego de espejos, también sabemos que no es así, y que si lo es, Megan está cambiando todo. Megan que por segundo episodio se la puede encontrar en la silla de Don en el escritorio, o manejando de vuelta de una fiesta ( JAMAS Don permitió que Betty manejara si él iba en el auto). Hay algo en Don que trasciende su (obvio) porte “de varón”. Un cumplido en el momento adecuado y Trudy Campbell o la madama de un burdel se deshacen por él. Compárenlo con los patéticos intentos de seducción de Pete en su clase de manejo. Pete, con todos los derechos de sangre que traes: varón no se nace, se llega a serlo.
En la temporada pasada, uno de los mejores episodios de toda la serie, focalizado completamente en los personajes femeninos, The Beautiful Girls, cerró con una icónica toma en el ascensor de la agencia. Este episodio, que se podría haber llamado The Handsome Boys, remite directamente a la misma escena, con el mismo efecto.
Algunas observaciones al paso:
  • Por si cabía alguna duda que alguien en la oficina de producción de Mad Men lee intensivamente a Freud con el cuadro de histeria “de libro” de Betty, todos los malentendidos de nombres (Whitmore-Whitman, Cosgrove-Hardcove-Coscove, Hanson-Handsome) dan cuenta de que alguien estuvo leyendo Psicopatología de la vida cotidiana.
  • Joanie está de vuelta, sin grandes alharacas. Hola Joanie, te extrañamos
  • “A mi esposa le gustan las pieles y no por eso me dejo crecer una cola”. Roger siempre tiene las mejores líneas del programa.
  • Los Campbell tienen un combinado en su casa. Teníamos un combinado en casa, la generación MP3 no sabe ni de que se trata.

viernes, 13 de abril de 2012

Comentario: Modern Family 3x19 - Election Day


“We’re here, we’re Claire, get used to it!”

Después de lo que parece una eternidad, volvió Modern Family. Tenía la esperanza que la distancia hiciera que mis quejas de los episodios anteriores fueran una exageración, relajarme y disfrutar.
Bueno, casi lo logramos.
El episodio en sí hizo un par de cosas buenas, tales como retomar ideas argumentales que parecían olvidadas, principalmente la candidatura de Claire (aunque con su contrincante sospechosamente fuera de cámara) y una reaparición de el vecino Walt.
Y además, inyectando un poco de realismo que no vino nada mal: no es un spoiler que Claire no gana la elección, y es completamente coherente que Hailey tenga problemas para entrar a la universidad, siendo que está totalmente establecido que es un desastre académico. Igual, no se si notan  que están faltando en este escenario. Asé es: risas.
Los momentos de sonrisas, no risas ja-ja, vinieron por un lado de la mano de Cam, Mitchel y una propalaradora que trajo varios problemas, tanto cuando se pusieron en “justicieros verbales” como cuando no apagarla hizo pública una jugosa sesión de chismes. Por el otro, una viñeta casi secundaria con Jay y una novia intermedia entre su ex esposa y Gloria que trajo algunos diálogos graciosos. Toda la historia de Phil y Walt es forzada y olvidable. 
Parece raro que un episodio con tanto para contar, termine de todas maneras con algunas  cosas descolgadas. Por cada chascarrillo como el de “los mejor de los Dumphy” (un gag visual muy divertido), hay algo como lo de los dientes de Claire, que especialmente en la escena de la radio, es reiterativo y no especialmente gracioso.
Bueno, quedan unos tres episodios y el final. Esperemos que las vacaciones sirvan para revitalizar un poco el programa (que está en complicadas negociaciones salariales, y que en vista de lo floja de la temporada, yo no lo renovaría. Supongo que los millones de personas que lo miran cada semana no estarán de acuerdo...)

miércoles, 11 de abril de 2012

Comentario: The Big C 3x01 - Thin Ice

"I wanna be on the cockpit!"

Quiero que me guste The Big C, les juro que quiero que me guste más de lo que realmente me gusta. Laura Linney me parece una excelente actriz que además me cae bien como persona, la idea central del programa me parece sólida, la construcción inicial de los personajes era multi dimensional e interesante.
Y sin embargo, termino de ver los episodios y es la clásica sensación (todos la conocemos) de tomar un vaso de gaseosa y descubrir que se le fue el gas.
En realidad, viendo el primer episodio de la tercera temporada, la pregunta es si no es un programa que se hubiese beneficiado siendo más corto. Terminar al final de la primera, o tal vez con el golpe bajo del final de la segunda .
Porque resumiendo la idea del programa: "The Big C es una serie sobre Cathy Jamieson que tiene cáncer", si el programa es sobre una tal Alexis Bertrand que ya no tiene cáncer, algo se perdió en el camino.
Vamos por partes: el episodio abre con Cathy en un bar, comportándose con un grupo de gente que no conocemos como si fueran viejos amigos. Hay algo un poco… distinto acerca de Cathy, pero no podemos ubicar que. Más adelante en el episodio descubrimos que es: no es Cathy, es su alter ego, Alexis. Si, Cathy creó un personaje como válvula de escape, una azafata que quiere ser piloto de aviones y no teme tomar algún que otro riesgo. Alexis se toma un par de martinis a media tarde, fuma como loca… y luego vuelve a su casa.
En su casa la espera su marido, Paul, quien está convaleciente luego de una experiencia de cardiaca de casi muerte, y que obviamente no sabe nada de la existencia de Alexis, sus malos hábitos ni nada eso. Bienvenidos a The Big C 2012: una versión diluida de Nurse Jackie.
Esto no es todo: aunque Cathy sigue pensando en su hogar como el de dos condenados a muerte, y va haciendo planes para su hijo en caso que se descubra repentinamente huérfano, su cáncer es milagrosamente casi cosa del pasado, de hecho, el realmente enfermo ahora es Paul, no Cathy.
Esta premisa es interesante en cuanto a cambio de dinámica, con Cathy pasando a ser la saludable, pero se acuerdan como se llama el programa, ¿The Big C? La “C”es de Cancer, no de Cathy. Esto sin mencionar que estos cánceres televisivos que se curan de la noche a la mañana se están poniendo cansadores. Nadie duda que haya logros médicos y que esta bueno dar ánimo a la gente viviendo con la enfermedad, pero tampoco vamos a torcerla para que avancen los argumentos. Igual que Weeds, si rompemos el pacto de realismo con el televidente, estamos camino al precipicio y sin frenos.
Por lo demás, se prometen historias interesantes para Sean y Andrea (perdón, Ababu, la siempre genial Gabourey Sibide, que ha sido promovida de estrella invitada a parte del elenco regular). La lista de invitados para la temporada se lee como la lista de nominados a los Oscar de todos los tiempos (Alan Alda, Alison Janney, Susan Sarandon). Y Paul. Paul que “vio la luz”, Paul que tiene que jugar con el control remoto de su monitoreo cardiaco. ¿Podemos matar a Paul, por favor? El programa seria más interesante con una protagonista viuda. 

martes, 10 de abril de 2012

Comentario: Nurse jackie 4x01 - Kettle kettle, black black


"There's nothing left to wreck, but I can't stop"

Me van a tener que disculpar si en este comentario me extiendo un poco de más de lo que veintipico minutos de TV ameritan y si me voy un poco de tema, pero créanme, es para una buena causa.
Cuando hacemos un comentario lo hacemos obviamente, a través de nuestras experiencias e intereses. Por eso también los comentaristas amateurs buscamos cosas para las cuales tenemos herramientas. Es por eso que pueden leer mis comentarios de Modern Family o Mad Men, pero no de Game of thrones: sencillamente no tengo los recursos para hacer un comentario que fuera más allá de lo superficial de rubros técnicos o actorales.
Cuando hablo de mis herramientas, además de los años de TV, cine, libros, comics y otros etcéteras que tengo encima, están también mis otros intereses, y Nurse Jackie, que es lo que nos ocupa, intersecta con dos de ellos: los estudios de género y el psicoanálisis. 
Jackie Peyton es un personaje antipático. Mentirosa, infiel, adicta (se podría pensar que las tres cosas son parte un mismo complejo, más sobre esto un poco más adelante), el más claro ejemplo de lo detestable. Una característica que comparte con sus compañeras y ex compañeras de las series de la cadena Showtime: Cathy Jamieson, Tara Gregson y especialmente Nancy Botwin.
Pero, ¿por qué las señalamos a ellas? La televisión está llena de personajes de este estilo, y la mayoría son considerados ídolos, exitosos, los que se llevan el mundo por delante. Saben de quienes hablo, de los Tony Soprano y Don Draper y Dexter Morgan y Walter White. Claro, ello son varones. Que sean unos soberanos hijos de puta no los hace perversos sin límites, los hace “emprendedores”, “líderes”, “machos alfa”. Y ellas, ellas son simplemente mala gente. Esto es, ¿caemos en el facilismo de juzgarlas, o les perdonamos todo a ellos? No tengo una respuesta sencilla, y simplemente estoy midiendo  lo que me genera Jackie en la pantalla.
Y porque aquí aparece la otra vertiente: sin hacer psicoanálisis salvaje (aunque lo estoy haciendo), Jackie es un personaje interesantísimo desde un punto de vista psicopatológico. Nada de histéricas de libro como en Mad Men, que podrían ser las mismas victorianas con las que se encontraba Freud. No, Jackie es 100% una criatura del siglo XXI, con las complejidades que trae ser una mujer profesional madre de dos hijas con un problema de adicción un marido un amante amigos demandantes problemas económicos en la ciudad que es el ombligo del mundo y pocas herramientas para lidiar con todo eso. El mecanismo de Jackie es pura destrucción, la pulsión de muerte misma.  El único atisbo reactivo es su entrega total a los pacientes, a los que no duda en ayudar...siempre y cuando esto también joder un poco al sistema y poner su frágil situación más en riesgo al mismo tiempo.
Durante tres temporadas vimos el descenso en espiral de Jackie, siempre cayendo milagrosamente parada, y recién al final de la tercera, teniendo que lidiar con algunas de las consecuencias de todo esto. Las opciones de ahí en más eran: hacer la gran Nancy Botwin y dejar que la serie se autodestruyera tal como lo hizo Weeds, o hacer que las acciones tengan consecuencias y cambiar el status quo.
Linda Wallem y Liz Brixius, las creadoras de la serie, escribieron y dirigieron este episodio para hacer exactamente eso: cambiar el status quo. El del hospital que pasó a  nuevas manos privadas cambiando la situación de todos los que allí trabajan; el de Kevin recién separado y con una novia nueva; el de Eddie que blanquea su affaire de años con Jackie a su ex marido en el peor momento posible; el de O’Hara con su embarazo. Y claro, el de Jackie obligada por las circunstancias a entrar a rehabilitación.
Este episodio es prácticamente como ver un piloto, todo es nuevo, todo es a desarrollar, salvo que con muchas caras conocidas que nos garantizan un mínimo para continuar. Porque esto no se sostiene sin Edie Falco, Eve Best y Merritt Wever haciendo lo que hacen tan bien desde ya hace un tiempo.
Dejemos que desarrollen, y seguiremos acompañando con los comentarios, probablemente un poco más breves y menos vuelteros. 

Comentario: Mad Men 5x04 - Mistery date


“In my heart, I wanted to throw you out of the cab!”
¿Cuántos programas, en su quinta temporada, pueden hacernos saber algo nuevo sobre sus personajes? ¿Cuántos programas, obsesivamente analizados y comentados, pueden abrir tantas líneas de discusión con solo 47 minutos? A riesgo de sonar como un fanboy (para que negarlo...) son pocos o ninguno, y sin lugar a dudas, ninguno como Mad Men.
Aprendimos que Peggy es ambiciosa en más de una manera, que intenta abrir su limitado espectro de amistades pero siempre termina metiendo la pata, y hasta como detrás de “la exitosa mujer de carrera” siempre están sus inseguridades (“me descubrieron” le dice a Dawn, ¿realmente Peggy? Te lo ganaste, nadie te descubrió).
Aprendimos que Pauline es un desastre a muchos niveles, pero aun así es mejor como figura materna para Sally que Betty (eso nos habla más de lo desastrosos que son Betty y Don que bien de Pauline) por lo menos hablándole como una adulta. Drogándola un poco también...
Aprendimos, o estamos empezando a conocer, más sobre Michael, con el potencial creativo de Don (muy a pesar de Don) pero con un extraño centro moral y una intuición o talento para “entender” a las mujeres como sólo hasta ahora Peggy se suponía que lo podía hacer. En la indignación de Michael sobre las espantosas fotos que trajo Joyce (hola Joyce! te extrañamos) hubo algo que remontó a Megan en el primer episodio. Dos a observar, Michael y Megan.
Hablando de Megan, aprendimos que por si nos quedaba alguna duda, no es Betty. Megan vio algo que no le gustó, y no hizo un síntoma histérico: fue y confrontó a la mierda que tiene por marido.
Y hablando de maridos, de maridos que son una mierda y cosas similares, aprendimos mucho sobre Joan y Don.
Si el episodio 1 se podría haber llamado “Megan” y el 2 “Betty”, este tercero podría ser simplemente “Joan”. También podríamos llamarlo, “Welcome back, Joan”. Algo se murió en Joannie cuando su entonces prometido la violó en la oficina de Don. Accediendo a casarse con Greg, le vendió el alma al diablo. Muchos nos decepcionamos de que la en apariencia “mujer fuerte” cediera de esa manera. Bueno, Joannie no olvidó, siempre supo que su marido “no es un buen hombre” por más que el ahora con un uniforme y veinte hombres a cargo se sienta como tal, y cuando todos esperábamos que el “regreso” de Joan fuera por viudez, de manera mucho más valiosa, es por su propia decisión. 
Y aprendimos algo sobre el inconsciente de Don. Algo que creo que no queríamos saber, y que seguramente nadie dentro del programa querría saber. También aprendimos por primera vez que le tiene miedo o respeto a algo más que a su pasado Whitman: Megan no es Betty, nuevamente y por si nos cabía alguna duda.
Del mismo modo que el asesinato de Kennedy, la caída de un avión de American Airlines o la crisis de los misiles, el disparador narrativo fueron los asesinatos de Richard Speck en 1966, y esta espantosa muestra de violencia de género fue el catalizador para ver otras formas de violencia a las que estaban y están expuestas estas mujeres: Joan, Dawn, Sally, Peggy, Pauline y las dos víctimas, una real y otra imaginaria: Megan y Andrea, por parte del “heroe” del programa. 
Algunas observaciones al paso:
  • La escena de Peggy y Roger fue un momento no sólo revelador de la ambición e inteligencia de Peggy y la desesperación de Roger, si no también uno de los mejores pasos de comedia de toda la serie.
  • Cerrando una historia que se abrió hace tres temporadas, hubo varias referencias a dos momentos claves de la historia de Joan y Greg: la infame violación y el triste C´est  Magnifique. Christina Hendricks se merecía un episodio así, y además hace mucho que no estaba tan bella.
  • Hasta Pauline opina que el Castillo Francis es de película de terror

miércoles, 4 de abril de 2012

Un asunto embarazoso


El tema con las ficciones seriadas es que son planes, en algunos casos, a muy largo plazo. Como en cualquier otra relación laboral estable, esto significa que hay gente que se va, gente nueva que entra, niños que crecen, y principalmente, mujeres que se embarazan.
A diferencia de lo que sucede con una película, por ejemplo, donde se puede cambiar la fecha de filmación o contratar a otra actriz (los casos notables son muchos), las series suelen tener un esquema de filmación y aire muy estricto y es casi imposible hacer un cambio.
Los productores entonces se ven obligados a tomar una de varias opciones: 1)incluir el embarazo en la trama, 2)hacer de cuenta que el embarazo no sucede e intentar disimular los cambios físicos de la actriz, o 3)poner alguna excusa dentro del argumento para que los cambios, aunque se noten, no queden totalmente fuera de lugar.
El disparador de esta nota es el episodio del domingo de Mad Men, que respondió una de las preguntas que nos estábamos haciendo con respecto a cómo sería manejado el embarazo de la actriz January Jones dentro de la trama. Como ya veremos, se optó por la tercera opción, tratando de explicar de algún modo los cambios físicos sin decir “embarazo”. También veremos que no es la primera serie que usa alguna de las dos excusas que se usaron, y cuáles son mis problemas con esta excusa.

1 – “Agreguemos un bebé que te cambia la dinámica de la serie”

Esta excusa es probablemente la más lógica, y al mismo tiempo, la menos utilizada. Los motivos son varios: en las series ‘serias’ es incluir un inesperado que puede modificar planes a largo plazo; si hay alguna relación incipiente o en crisis, meter un niño en la ecuación puede quedar fuera de lugar; en algunos casos, la actriz ya fue madre en la ficción hacía demasiado poco como para volver a incluir este punto al argumento. Y principalmente, en las comedias, mantener el status quo: a veces nos acostumbramos a ver en cable las sitcoms en secuencia, pero el verdadero negocio de las comedias de media hora son las repeticiones que se venden dentro de EE.UU en el formato que se llama ‘Syndication’, donde no necesariamente se respeta el orden de los episodios. Por este motivo, salvo excepciones, no se recurre demasiado a los argumentos “telenovela”, y se trata de evitar los cambios muy bruscos en los personajes.  Como un embarazo, digamos.

Y sin embargo, la excepción más grande de la que tengamos memoria, fue justamente, en una sitcom: para la cuarta temporada de Friends, Lisa Kudrow prácticamente empezó la temporada embarazada. Los guionistas entonces armaron un argumento digno de la delirante Phoebe, quien decidió ser la madre surrogada de los embriones de su hermano y cuñada. Lejos de ser un inconveniente, el embarazo sirvió para abrir varias líneas argumentales nuevas, y los trillizos (¡!) que nacieron del embarazo fueron un tema recurrente por el resto de las temporadas de la serie.
Un antecedente sitcom fue, por supuesto, en la madre de todas las sitcoms, Yo quiero a Lucy, donde el problema fue que en los mojigatos 50s no se podía decir en TV que una mujer estaba embarazada. El primer embarazo de Lucille Ball fue ignorado (ver los puntos más abajo) y el segundo se incluyó en la trama, con el episodio del nacimiento batiendo todos los records de audiencia.
En otro tipo de series, el policial de procedimientos Bones recientemente incluyó en la trama el embarazo de la actriz protagónica Emily Deschanel, según algunos, revitalizando la serie en su séptima temporada en el aire.

2- “Aquí no ha sucedido nada”

Como mencionábamos antes, Lucille Ball se pasó varios meses de su serie visiblemente embarazada sin que nadie mencionara nada al respecto. Esta es una clásica estrategia de sitcom, con resultados variables, especialmente según el grado de crecimiento del vientre de la actriz.
El caso que se nos viene a la mente es el de Julia Louis-Dreyfuss en Seinfeld. Julia estuvo embarazada dos veces en el transcurso de la serie, y está bien claro que Elaine no era el tipo maternal. La primera vez casi no fue un problema: la mayor parte del embarazo fue durante el receso de verano, y con la excusa de que Elaine estaba de viaje por Europa no se la mostró en los primeros episodios de la temporada. Para la sexta temporada, las cosas se complicaron. El embarazo duró prácticamente los 9 meses de la temporada de la serie, y para los últimos meses, era indisimulable. Elaine pasó a vestir mucho de negro, estar siempre sentada o llevar carteras enormes para disimular lo indisimulable.
Lo que nos lleva a otro caso notorio, The Nanny. En el transcurso de la serie, Lauren Lane, que interpretaba a la villanísima CC Babcock también quedó embarazada. Argumentalmente, la eternamente solterona CC no tenia excusa para embarazo, y se optó por ignorarlo. Para el final de la temporada, era habitual verla irónicamente cargando una maceta gigantesca, o un cuadro para tapar la panza. De hecho, en un hilarante meta-comentario, CC menciona que estuvo viendo episodios de Seinfeld donde el embarazo de Elaine no se podía ocultar. A falta de un caso, la serie tuvo un segundo: la actriz Rachel Chagall, que interpretaba a Val (igualmente ahuyenta hombres como CC) estuvo embarazada dos veces, la segunda al mismo tiempo que Fran Drescher estaba supuestamente embarazada en la serie. Al ser un personaje invitado y muy secundario, no se hizo mención ni se tomaron medidas demasiado extremas.
Pero el caso de CC nos lleva al punto final y más problemático:

3- “El embarazo metáfora”

Más allá de que el embarazo de CC no fue reconocido en la trama, esto no impidió que los guionistas aprovecharan para que el némesis de CC, el mayordomo Niles, no hiciera constantes comentarios sobre su subida de peso. La asociación es inmediata: embarazo=gordura, para gracia de nadie. Si tengo que explicarles las implicancias discriminatorias de esta metáfora, están leyendo el blog equivocado.
Y esto nos lleva al episodio de Mad Men que referíamos antes: en una línea argumental realmente shockeante, la siempre impecable Betty se ha dejado estar y perdió su silueta de princesa. Si January Jones no hubiese estado embarazada, sería un argumento un tanto descabellado, pero en este caso, realmente está por debajo de lo que la serie nos tiene acostumbrados. “Pero esperen”, parecieron decir los guionistas, “Betty no está gorda, Betty tiene cáncer!”. Ah bueno, ahí si hacemos agua. Si la metáfora embarazo=gordura es lamentable, ¿qué podemos decir de embarazo=cáncer? Especialmente, porque hay antecedentes. El primero que viene a la memoria es en Melrose Place, donde para tapar el embarazo de Heather Locklear, se optó por un cáncer exprés para el personaje de Amanda. Entiendo el mover al personaje a una cama de convaleciente para disimular la panza, pero cáncer, ¿en serio?
Otros malestares elegidos para mandar a la actriz a la cama: accidente (Bree en Desperate Housewives), adicción a las drogas (Kelly en 90210) y siguen las firmas.
Finalmente, Betty no tiene cáncer (¿o sí? Que se yo!), entonces está simplemente gorda. Lo que no está mal, el argumento “Betty Gorda”  hasta sería interesante como una especie de justicia poética… si el motivador no hubiese sido el mismo embarazo.
No estoy sugiriendo que haya una solución fácil, ni que las actrices se limiten a tener embarazos visibles en vacaciones, pero lo menos que recurramos a la gordura o el cáncer y su colección de implicancias negativas, mejor.

lunes, 2 de abril de 2012

Comentario: Mad Men 5x03 - Tea Leaves

"Actual life and death. I´ve given up on that."

Histérica encantadora como es Elizabeth Hoffstad Draper Francis, más conocida como “Betty”, nada es mejor en Mad Men que cuando alguien la baja de un ondazo de su pedestal. Normalmente se trata de su hija Sally, o de su suegra, la magnífica Pauline Francis, que en este episodio hace su regreso de bruja triunfal. 
De todas maneras, si algo la bajó a Betty en este caso es el sobrepeso, o esa enfermedad tan terrible que, tan de acuerdo a la época, no se menciona hasta la conversación íntima “entre hombres”. Betty, que sigue consiguiendo todo lo que quiere sólo para estar cada vez peor.
Este es el argumento, y tal vez sea muy a tiempo para salvar un personaje que en la temporada pasada, con su pésima habilidad como madre y el despido de Carla, su niñera, parecía irremontable. Misión cumplida: sentimos un poco de compasión por Betty. Pero si nos ponemos un poco más “meta comentario”, es una lástima que un programa que suele escapar de lo obvio haya caído en la lamentable ecuación embarazo=gordura para justificar los cambios que la actriz January Jones estuvo pasando cuando se comenzó a filmar la temporada. Ya tuvimos esa ecuación en la primera temporada con el embarazo secreto de Peggy, pero en ese caso servía de comentario de época. El cazador cazado y esas cosas, supongo...
La situación de Betty también sirve como disparador para seguir tratando de desenmarañar la relación de Don y Megan. Entender que Megan (que según Betty tiene “20 años” -son 26 de acuerdo a la propia Megan- ) no es la chica del momento si no su esposa y eventualmente, una posible madre para sus hijos le da un momento de sobriedad a Don. Megan, que conoce el repertorio de los Rolling Stones, escucha la radio, ve TV y lee una revista al mismo tiempo y, cáncer o no cáncer,  quiere ir a la playa en un fin de semana de verano. Al mismo tiempo, Don frente a una nenita precoz de 16 años, que en otro momento hubiese terminado en su cama, solo atinó a darle un sermón. Podemos pensar lo que queramos de Peggy y Peter (más desagradable que nunca en su comportamiento), pero cada vez está más claro que Don, Roger y compañía no están en condiciones de sobrevivir relevantes los 60. Y si cabía alguna duda, tenemos ahora a Michael y Dawn, los hasta ahora hechos a un lado que vienen a mostrar por donde van las cosas de ahora en más. 
Algunas observaciones al paso:
  • Como seguidor de la serie, no puedo evitar sonreír cuando hay reacciones al creciente cambio de status de Peggy: desde alguien llamándola “Margaret” hasta la definición de Stan como “la chica que corre carreras hasta para ver quien llega primero al baño”
  • Del mismo modo que nos morimos con el departamento Draper el episodio pasado, nos espantamos con el “Castillo Francis” y su monstruosidad. Ahora entendemos el chiste de Don a sus hijos sobre “Morticia y Largo”.
  • Casa al margen, es refrescante ver como Henry, independientemente de lo que opine su madre ("se lo que ves en ella, y no hacía falta casarse para conseguirlo") realmente quiere a su esposa, siendo mucho mejor marido de que Don nunca lo fue. 
  • Hablando de Morticia y Largo, el modo en la la pop culture va permeando todo es el más claro indicador del paso del tiempo: los Addams, Hechizada, los Rolling Stones y sigue la lista. 
  • Otra nota disonante: ¿en algún momento tuvimos un indicador de que a Don le desagrada Harry antes de que Megan lo mencionara el episodio pasado? Yo creo que no, y en un universo tan cerrado y consistente como el de Mad Men, estas cosas se notan. De un modo u otro, el destino de Harry no parece positivo...