miércoles, 25 de febrero de 2015

La cruzada anti-manija


Definir al estado de “manija” es casi imposible (aunque hicimos un intento aquí), es algo inasible, un fenómeno que podríamos definir como psicológico y que se potencia desde lo colectivo, y que mientras acá como giles lo vivimos, combatimos o simplemente observamos, alguna mente siniestra en algún laboratorio ya lo aisló y lo está usando en nuestra contra.
Es ese sentimiento de ansiedad, anticipación y hasta angustia (no es casual que estas tres cosas tengan raíces etimológicas comunes y en clínica en inglés se agrupen genéricamente bajo la figura de “anxiety”) generada por cosas, curiosamente, buenas y esperables, no negativas. El sentimiento nace en un individuo, o varios aislados, y luego se propaga como contagio, potenciándose en el proceso, y amplificándose por medio de las redes sociales. Es esa sensación de “no puedo esperar y lo quiero ya”, sin importar si es una película (o los anticipos de la misma, más sobre esto más abajo), una serie, un partido de futbol, un evento de cualquier tipo. Mi postulado detrás de este manifiesto es que nada va a estar jamás a la altura de esta manija y en el mediano plazo arruina la experiencia de lo esperado en sí. Pero primero un poco de historia y teoría.
Como tantas otras cosas malas que nos suceden, tiene su origen en el mundo del comic, y se potenció hasta el paroxismo durante los años 90. Luego llegó internet, y lo hizo aun peor.
Verán, para satisfacer las necesidades de las comiquerías y que sus dueños supieran que revistas iban a salir y por qué motivo debían comprarlas, los distribuidores de comics comenzaron a preparar un catálogo de novedades con lo que se iba a publicar (solicitations) que se publica con 3 meses de anticipación, para dar tiempo, en eras pre-internet, de que las órdenes se hicieran y se cumplieran. Este catálogo, que algunos pueden conocer como la revista/libro Previews, en algún momento de los 90 dejo de ser una herramienta de las editoriales y los dueños de comiquerías para pasar a ser algo abierto al gran público, y ahí empezó el problema: en lugar de enterarme que pasaba en la semana que salía y quedarme colgando con el cliffhanger hasta el mes que viene, ya sabía que pasaba en tres meses… entonces que me importa si Superman se murió o Wolverine se va de los X-Men si en 90 días tengo una historia que se llama El retorno de Superman, Wolverine y sus hijitos. Toda esta manija además tuvo su propio medio, el pasquín Wizard, cuyo único objetivo era ampliar la manija y es el antecedente directo de la mayoría de los sitios de “noticias” de comics y películas actuales.
Claro que en el cine siempre existieron los avances, trailers o colas (según la generación a la que pertenezcan), pero el albor de la internet hizo que los mismos salieran del ámbito natural del cine o en algunos casos la televisión para transformarse en algo disponible a cualquiera en cualquier momento. Sumada a la mala costumbre del tráiler que cuenta toda la película, se sumó el anuncio de que en fecha XX saldría el tráiler, y luego el tráiler del tráiler, y luego el teaser del tráiler del tráiler del tráiler, formando un circulo enfermo de anticipación, que tiene a la gente demandando avances de películas que se van a estrenar en más de un año (para un ejemplo práctico, ver los indignados el mes pasado porque durante el Superbowl no hubo un avance de Batman vs Superman, película que se estrena en marzo del 2016).
Los generadores de contenido, lejos de preocuparse por toda esta demanda de anticipos, crearon toda una industria a su alrededor, desde sitios especializados, a canales como E!, cuentas de redes sociales truchas, etc. Y lo hacen porque crear ‘buzz’, es básicamente publicidad gratuita. Cuanta más manija, más gente hablando de cosas que quieren promocionar.
Pero mi problema no es “los grandes negocios nos manejan como quieren”, no necesitan de nuestra manija para hacerlo. No, mi problema es que tanta manija genera varios efectos secundarios indeseables. Algunos de ellos:
  • Nunca nada está de acuerdo a la anticipación que se generó a su alrededor. Entonces empieza el backlash, que es la manija inversa.
  • Estamos tan pendientes de que va a pasar en tres meses, un año, que no le damos bola a lo que está pasando ahora. No me importa el poster de Avengers: Age of Ultron: quiero saber quiénes van a estar en la Avengers del 2019.
  • No puedo reparar en los méritos reales de nada, porque lo estoy midiendo contra el hype generado sobre méritos aún no conocidos o del producto/productor en base al cual se me vendió la nueva iteración. Entonces Better Call Saul es medida a favor y en contra comparada con Breaking Bad (ahí hay otro tema en cuanto a querer replicar éxitos, pero es tema para otro post).
  • Se anuncia un festival de música que va a ser TAN importante, que no aviso del line up, pero ya pongo las entradas en venta. Obviamente no va a haber line up que satisfaga a nadie.
  • Se genera la expectativa de “lo que hay que ver”: hay que estar al día con la serie porque si no te la spoilean, hay que ver la peli porque se vienen los premios, hay que ver la serie o la película porque es parte de “la conversación cultural”, aun cuando no queremos o tenemos tiempo para hacerlo.
  • Y la inversa, el “para qué lo voy a ver”: ya sé que un universo de comics o película se rebootea por completo en un par de meses, para qué voy a disfrutar de lo actual si tiene fecha de vencimiento.

La ansiedad es el mal a la orden del día, hay gente medicada, en terapia o inhabilitada para operar a los niveles más básicos por no poder lidiar con la vida contemporánea. Y sin embargo, apoyamos, reproducimos y amplificamos la misma ansiedad en los campos en los que supuestamente tendríamos que estar disfrutando. Obviamente no le voy a decir a nadie que le va a gustar o no, o que tiene que anticipar o no, no soy de los tirapostas que dicen “vivir lentamente”, “aquí y ahora” o lo que venga. Pero voy a intentar no reproducir la locura. Y me reservo el derecho a mantenerme al margen de la locura ajena.


lunes, 23 de febrero de 2015

Comentario: Looking 2x06 - Looking for Gordon Freeman

“You know a party’s really awesome when everyone starts talking about AIDS.” 

Dice mucho sobre el “héroe” de esta serie, Patrick, que lo más alocado que hace sobrio en todo el episodio es robarse unos vasos y platos descartables de la oficina, e inmediatamente admitir haberlo hecho a su jefe/amante.  Patrick, por más que lo intente, nunca va a ser un “fun gay”, pero para el caso tampoco un buen novio, amante, amigo y hasta empleado. Básicamente Patrick es un personaje de Girls transplantado a un programa más interesante. Ya hemos pasado del punto que queremos que le pasen cosas buenas, simplemente queremos que se calle, como todos los asistentes a la esa fiesta, que playlist de mierda y karaoke forzado al margen, no estaba nada mal. Como una histérica va de Kevin a Richie y viceversa, solamente por el atractivo de ambos de no estar disponibles, y al contrario de Clarissa Dalloway (Agustín tiene un bachelor degree en arte, era hora de que empezara a comportarse como tal), su neurosis no es por la perfección de su fiesta, sino que su neurosis está asesinando a la fiesta, aun más que una conversación al paso sobre enfermedades mortales y/o incurables y/o crónicas. 
Toda esta parragrafada es porque en si, en este episodio no pasa nada, pero tampoco es necesario que pase nada. Es un estudio sobre Patrick, sobre que persona pequeña e infeliz que es, y que si los guionistas tienen algo de espina dorsal, no va a tener un final feliz causado por la decisión de Kevin o Richie de elegirlo a él (aunque ambos parecen estar a punto de hacerlo. O Patrick es muy bueno en la cama o estos dos son tan o más neuróticos que nuestro protagonista). Patrick ni siquiera es un nerd muy convincente y si no fuera porque nos contaron que alguna vez fue obeso, sería el nerd impresentable peor casteado de toda la televisión. 
En otras novedades, hay parejas que se mueven o intentan moverse, con suma reticencia de sus integrantes, y en ambos casos quiero que pase algo, aun si separar a Doris y Dom (nuestros He-Man y She-Ra) no me parece una buena idea. Y si tengo que seguir creyendo que entre Eddie y Agustín aun no pasó nada sexual “completo” voy a creer que los guionistas saben menos de varones gay que Coco Silly. Ah, y Dom sigue sin plata pero se pasa casi todo el episodio sin remera, así que no nos importa. 

Pedigree gay:

  • ¿Qué nos dice sobre la ideología del programa que en una fiesta de Halloween de varones gay de más de 30 años en San Francisco no hay una sola persona en drag? (discutible el look de Agustín, pero definitivamente no es drag).
  • Toda la serie de referencias nerd/geeky del programa muestran bien la intersección que se está dando en San Francisco entre la tradicional población gay y los techies que los están invadiendo (como bien lo referencia Doris).
  • ¿Hagrid o Bilbo? Eddie sería mucho más convincente como Hagrid…
  • Hablando de Eddie: un hombre con convicciones, solo cree en RuPaul y Hillary Clinton. 
  • Doris es la curadora de las selfies desnudo de Dom. Oy vey…
  • Está claramente en la agenda del programa hablar de HIV, sexo seguro y otros detalles, mucho, muchísimo más que la temporada pasada. Sin saberlo, creo que debe ser parte del arreglo con la comuna de San Francisco para que los dejen filmar por toda la ciudad. 
  • Tumblr… es para algo más que porno? Shocking!
  • Las referencias a Ms Dalloway claro que lo ponen a Patrick en el lugar de Clarissa, pero funciona como intertextualidad también con Las Horas
  • Sex Watch: el episodio con menos sexo de la historia del programa. Nos conformamos con las tetitas de Dom y unos castos besos.
  • Lesbian watch: tortas surtidas y sin parlamentos en la fiesta.
  • Music watch: la música es protagonista del episodio a pesar de que apenas la escuchamos, por las referencias  a lo horrible que es, por lo menos para una fiesta. No reconozco nada, pero entiendo que en un momento suena Nick Jonas. Asi de horrible. 



martes, 17 de febrero de 2015

Comentario: Looking 2x05 - Looking for the truth

"The pinche puto cabron who broke your heart"

Si bien la historia de la s02 de Looking está planteada desde el principio bien en el estilo telenovela de “Chico Bueno tiene que elegir entre chico rico y “malo” y chico pobre y bueno”, los últimos cuatro episodios medio que nos dejaban con la sensación de que preguntarnos para qué seguíamos teniendo ahí a Richie, salvo como un molesto recordatorio para Patrick sobre lo que podría haber sido y un poco de moralina sobre lo que debe ser.
A ver, no me malinterpreten: soy un fan del amor, de las relaciones y de la monogamia elegida por quien la elija, y también creo que no es deber de nadie cuidarle los cuernos a otra persona, por lo que el concepto de “homewrecker” me parece que atrasa unos 50 años, especialmente en la comunidad gay, en San Francisco, en el 2015. Dicho esto, hay algo en el binarismo de Patrick que no le permitía separar lo que pasa entre él y Kevin de lo que pasaba entre él y Richie, y claro, Richie, según el estereotipo de mexicanidad es más conservador en tema relaciones que la Reina Victoria. Por lo que una charla “sincera” entre ambos no podía más que suceder porque esa relación “prohibida” está fuera de cuadro, y ahora ambos se lo pueden permitir (y con Richie con la tarjeta de “get out of jail” basada en que aun no sabe que tipo de relación está teniendo con Brady). Digamos que lo que tienen en común Patrick y Richie no es el romanticismo que la s01 nos quiso vender, sino su inherente conservadurismo. Claro que también sabemos lo hipócrita que es Patrick: primero, como bien le dice a Richie y Richie no le va a perdonar, se acostó con Kevin cuando técnicamente aun estaba en relación con él. Segundo: no terminó la relación con Kevin porque “está mal” o por deber, sino porque Kevin no le dio lo que quería (exclusividad al dejar a Jon), por lo que acá le está vendiendo pescado podrido (otra vez) a Richie. 
Por otro lado, pasamos algo de tiempo con Agustín y Eddie, y no sé si es un error de continuidad, pero tenemos que entender que entre estos dos aun no pasó nada, aun cuando Eddie le permitió pasar la noche en su casa hace no tanto tiempo. Al margen de eso, el nuevo “buen” Agustín definitivamente está interesado en Eddie, y lo interesante narrativamente (al margen de que Eddie ya es el mejor personaje del programa) es que está ahora del otro lado de lo que el de alguna manera infligía en la temporada anterior. Son principios básicos de rehabilitación de personajes que los guionistas destruyeron, veamos hacia dónde lo llevan.
Lo que une a las historias de ambas parejas son los momentos de sinceramiento, un clásico de la serie (seguimos con las historias de Patrick, gordito y puto y haciendo cosas “de nena” para disgusto de sus padres), y el contraste entre el conflicto de los asimilados (Patrick pudo llevar un novio al casamiento de su hermana, después de todo), y los que no: la relación de Richie con su padre es una mierda, y Eddie tendrá todos los tatuajes reveladores que quieran, pero todavía no tuvo “la charla” con sus padres. El avance de ambos personajes va en esa dirección, y solo espero que no tengamos que verlas en el mismo episodio y con el empujoncito de sus cuasi-novios como superhéroes. 

Gay pedigree:

  • Por si no se dieron cuenta, Dom no aparece ni es mencionado en todo el episodio. Lo más grave es que ni se lo extraña. La historia de Dom esta temporada no está funcionando al nivel que no funcionaba la de Agustín la temporada pasada.
  • La analogía de Jon que no estuvo “dentro de la oficina” de Kevin en tres meses me pareció un poco demasiado. Lo único interesante es mostrar lo flojito de papeles que está Kevin en todo.
  • Lean cualquier guía de cómo tener una charla con alguien que decide blanquear su seropositividad: todas las recomendaciones son NO HACER lo que hace Agustín. 
  • Para ser un programa que intenta aunque sea tangencialmente derribar estereotipos sobre la comunidad LGTB, son bastante estereotípicos con los mexicanos (toda la historia de Richie, su primo Hector siendo el “testaferro macho” de su padre) y con la casi-fag hag en Ceci. 
  • Lesbian Watch: nada, salvo la compañera ambigua de la oficina de Patrick, que tengo que admitir que me causa un poco de gracia.
  • Sex watch: un episodio casi sin sexo, calculo que intencionalmente, salvo por la paja de Patrick (con porno en pantalla y sin toalla amiga) y unos besos entre Agustin y Eddie.
    • Para compensar, montones de chistes de doble sentido, algunos de nivel “escuela primaria”, como referir al tamaño del burrito y Patrick sabiendo “manejar con palanca”.
    • Agustín SABE cuando Patrick se está pajeando. Por supuesto. 
  • Music watch: si bien hay montones de música en el episodio, todo gira alrededor de Finally, el clásico noventero de CeCe Peniston. 
    • Es graciosa la malinterpretación de la letra de Agustín, pero creo que es simbólica de otras malinterpretaciones subyacentes en ambas historias.
    • Finally aparte de ser un clásico de la disco gay de los últimos 20 años tiene pedrigree adicional por su rol clave en la versión cinematográfica de Priscilla, la reina del desierto.
    • Finalmente (*cuack*) tenemos la secuencia de titulo con la genial versión de la canción de Cherry Ghost, que además en este mezcla juega intertextualmente con Hall & Oates de los tempranos ochentas, y como tantos otros covers de música bailable, al sacarle el ritmo, termina siendo curiosamente doloroso y sentimental. 
    • Ah, y CeCe/Ceci... estoy hilando demasiado fino?


lunes, 9 de febrero de 2015

Comentario: Looking 2x04 - Looking down the road

"You have a stylist. You need to stay loyal to him.”

Series con mayor maestría o mayores pretensiones que Looking suelen hacer episodios completos de formato “todo tiene que ver con todo”, o por lo menos donde los grandes temas atraviesan a todas las historias.
Por su estética indie, su duración breve y asumamos, sus elementos más de teleteatro, Looking no suele ir en esta dirección, y es interesante que en este episodio lo intentaron, y salieron bastante bien parados. (Casi) todas las relaciones del programa están en puntos de encrucijada donde la pregunta más temida – “¿qué somos?” está aflorando, y en ninguno de los casos, ni donde hay respuesta, ni donde no la hay ni la habrá, las respuestas satisfacen a los interesados. Y además, y en esto si hay algo de inesperado talento, en todos los casos se tratan de triángulos dentro de triángulos que comparten un par de vértices. 
Empezamos con Patrick y Kevin en la “noche después” de su apasionado encuentro… y de Patrick escuchando a Kevin marcar tarjeta con Jon (Jon o John? Según donde lo lea la H aparece o desaparece). Acá tenemos dos errores concurrentes de parte ambos: ni se pregunta “¿qué somos?” a tu amante, ni se promete que se va a hablar del asunto con el oficial. Si el contrato tácito es de amantes, así tiene que quedar. Obviamente tenemos el triángulo Patrick-Kevin-Jon, pero Patrick a su vez tiene su indefinida relación con Richie, y este a su vez la suya nueva con Brady. Lo refrescante de estas dos últimas es que, juicio moral de Richie al margen, por lo menos son blanqueadas desde el primer momento y si alguien se mete en algo o sale lastimado, será por elección propia. Nada bueno va a salir de todo esto, y lo único ligeramente inesperado es la angustia de Kevin ante la situación, que significa que es un muy buen actor, un psicópata o realmente está metido hasta las tetas con Patrick.
La situación de Dom no es mucho mejor, aunque aquí hay mucho que conocemos por referencia y no por haberlo visto. Según parece, el “contrato” con Lynn era de no compromiso (y la idea de “pareja abierta” era solo una expresión de este contrato), y Dom se choca de frente con esto con la presencia del ex? más actual de Lynn, Matthew, con quien termina enfrascado en un sexy pero incomodo trio. Lo que pasa es que el tercero real en esa relación es Brian, el ex fallecido de Lynn. El único final feliz posible para Dom es una relación de fuck buddies con el atractivo Matthew en cuanto Lynn salga de escena. 
Parece irónico que el que tiene la relación menos complicada en este momento es Agustín, aunque hay un “¿qué somos?” implícito que va más por el “somos novios, amigos o me estás dando una posibilidad de empleo”, que supongo que se va a ir desarrollando con el transcurso de la temporada. 
Lo mejor del episodio son los incomodos cruces de personajes, ya sea Dom y Matthew en casa de Lynn, o toda la secuencia en Esta Noche, donde Eddie se vuelve a robar la escena, alivianando la visible incomodidad de Richie, Patrick, Brady y los demás. 
La semana que viene: lo que sucede cuando los desechos humanos pegan contra el ventilador.


Gay Pedigree:

  • Ligera referencia a que el episodio transcurre alrededor de Stonewall/Pride, pero me resulta raro que no haya una referencia más clara. Veremos si la semana que viene nos da una pauta más precisa de ubicación en el calendario. 
  • La incomodidad de Dom al ser referido como un “daddie” no tiene precio. Lo comprendo a la perfección, pero Dom, no tiene sentido lucharle en contra, embrace it.
  • Aunque está claro que Matthew está buscando un tipo en particular de Daddie, el Sugar Daddie, rol que Lynn está más que conforme con ocupar, y que se va  reforzando por detalles tales como su casa en Russian River del piloto, o una mirada mejor a su casa en la ciudad esta semana (recuerden: San Francisco tiene uno de los real state más caros de todo EE.UU.).
  • Patrick compara a Eddie con Ms Madrigal, la alma mater del clásico de San Francisco de Armistead Maupin, Tales of the City. 
  • Detalles que me hicieron sonreir: la taza de “I <3 Anal” de Eddie, Patrick refiriéndose a Brady como un “ginge”. El hecho de tener debilidad por el anal, los ginge y el anal con los ginge podría tener algo que ver…
  • El choque generacional de la juventud trans/queer/poz y Agustin (que tampoco es tan grande) muestra que las grietas no son propias de nuestro país nada más.
  • A los personajes y la comunidad gay de SF les encanta el Mission Dolores Park, más que nada por su cercanía a Castro, pero estuve ahí mientras filmaban y estaba en obra de remodelación. La ciudad tiene otros parques, varíen un poco…
  • Lesbian/Music/Argentina Watch: No, no se equivocaron, en las escenas de Esta Noche suena cumbia de fondo, y es cumbia argentina y torta, de mano de las Kumbia Queers. 
  • Sex Watch: mucho trasero en la escena del jacuzzi en la casa de Lynn. Especialmente agradable el trasero de Matthew.