martes, 27 de mayo de 2014

Comentario: Nurse Jackie 6x07 - Rat in the cheeto

I feel fantastic, I don´t need anything from you. 

Mitad de temporada, y Jackie tiene que ir en alguna dirección. Es decir, una pequeña lista de anécdotas puede funcionar en Louie, pero porque a) son siempre distintas y b) son graciosas. En Jackie, más allá de impecablemente interpretadas y filmadas, son las mismas que ya vimos en las dos primeras temporadas.
Y definitivamente hay un historia detrás de todo esto, pero que seguramente se podría contar en muchos menos capítulos y con menos relleno: la historia de Grace, su consumo y como repercute en su madre. 
Recién en este episodio esa historia empieza a tener sentido, y digo, menos mal, porque si no era básicamente insostenible el programa, especialmente por una temporada más.
Igual, para llegar hasta acá, tenemos un par de cosas un tanto descolgadas: podría entender la escena de Jackie y Antoinette DESPUES de encontrar las pastillas que tiene guardadas Grace, pero ¿por qué antes? ¿Acaso tenemos que creer que la historia del marido muerto de Antoinette le tocó tan de cerca a Jackie que larga todo sin más? Me parece un agujero narrativo horrible, especialmente cuando si reacomodaban las escenas, Jackie tenía una motivación real, ya sea en el discurso de Grace o en encontrar las pastillas.
Supongo que parte de la idea era que tuviese que desobedecer la orden de Eddie de no mezclar la metadona con otras cosas para traer la alucinación que ya se ve en los adelantos de la semana que viene, y aun así, se podía llegar por otros métodos.
También blah blah All Saints, blah blah Zoe y Prentis, blah blah Coop y otro médico. 
Si estuviese pagando por Showtime, estaría reconsiderando mi suscripción.

Algunas observaciones al paso:
  • Si bien podrían funcionar como duo de comedia, me parece ir un poco lejos el forzar una amistad entre Roman y Zoe.
  • Coop ahora es eficiente, querido, respetado y tenemos que vitorear de que baje de un golpe a un potencial rival. Creo que me perdí un episodio, y que el médico con crisis de los 40 que estaba donando esperma era alguien igual a Coop, pero que no era Coop.
  • Me gusta como van agregando capas al personaje de Antoinette. Supongo que este acercamiento gradual es para que veamos el punto de vista de Jackie con respecto al personaje: de ex adicta abrasiva y superficial, a apoyo real y un poco de tough love, a mujer que las pasó muy fuleras. 
  • ¿Se acuerdan cuando Jackie tenía otra hija? Que buenos tiempos aquellos...

lunes, 26 de mayo de 2014

Comentario: Mad Men 7x07 - Waterloo

They want me to move on

Para muchos Mad Men es una ventana a la era de oro de la modernidad, o por lo menos de la modernidad del siglo XX, y sin ponerme todo Fukuyama al respecto, dónde mejor lugar para “empezar a terminar” que en su máximo logro: la llegada del hombre a la luna. Podremos discutir si el verdadero fin de la modernidad fue 20 años después con la caída del muro y la instalación ideología única, o un año antes en mayo del 68, pero lo cierto es que no hay momento más icónico de la era que Neil Amstrong diciendo en granuloso blanco y negro que eso es un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad. Bertram Cooper, tal vez el más acabado símbolo de esa era moderna, aprueba de este logro, con lo que es su última palabra no-como-fantasma en el programa, y la que intuyo fue su última palabra absoluta: BRAVO
“Bravo” es también nuestra reacción ante estos 47 minutos televisivos, marcados por varios finales-que-son-principios: el fin de Sterling Cooper tal como la conocimos (aunque aun Sterling Cooper gracias a la habilidad de Roger empujada por su herido orgullo tras lo que para el fueron las últimas palabras de Bert); el fin de Peggy como simplemente la aprendiz de Don, o por lo menos, la sombra de Don; el fin de la infancia de Sally Draper y el comienzo de su madurez; el fin del matrimonio de Don y Megan.
En todos estos casos, con un salto cualitativo por fuera de la modernidad o de la más absoluta modernidad, según como se lo vea, ya sea con un merger-acquisition que no estaría fuera de lugar en los ochentas, Sally eligiendo al nerd por sobre el jock, o la terminación de un matrimonio telefónicamente.
Estructuralmente, mucho de este episodio dialoga con el más clásico episodio de transición de Mad Men, el que mejor marcó el pase de esos sesentas que todavía recordaban a los cincuentas a los sesentas propiamente dichos: Shut the door, take a seat. Al igual que en el ya clásico final de la temporada 3, una nueva agencia surge, pero en lugar de para huir de McCann, esta es una subsidiaria de McCann. Una vez más un logro de Peggy queda opacado por políticas que la superan (aunque esta vez Don estuvo ahí, cual padre en acto escolar, y también nosotros, que ya sabemos que la “nuca de Peggy” al final de la temporada pasada apuntaba a este momento y no a los tristes 7 meses de su vida que vimos en lo que iba de la temporada). Y claro, una vez más enmarcado por un hecho histórico omnipresente en las pantallas de TV, un matrimonio Draper llega a su fin, nuevamente con una llamada telefónica que más que tristeza o enojo deja un sentimiento de inevitabilidad. 
En lo que podría haber sido un episodio de “plot” nada más, es un testimonio a la calidad de la escritura que lo que todos nos vamos a acordar son de los momentos de caracterización que contuvo: el momento maternal de Peggy con Julio; Sally eligiendo a Neil por sobre Sean y al mismo tiempo obedeciendo y rechazando a su madre, al dejar de lado al “chico malo” (Don es simultáneamente definido como un “bad boyfriend" por Betty y como un “bully” por Jim Cutler), pero haciendo caso omiso de “no besas a los chicos, los chicos te besan”; Joan mostrando sus colores verdaderos (en este caso, verde dólar) y Ted resultando ser mucho más parecido que Don que lo que ninguno de los dos quisiera admitir, aunque Don use magistralmente este entendimiento para hacer su venta más efectiva en bastante tiempo. 
Claro que la estrella del episodio es Roger, que bien lejos ha llegado de donde lo encontramos en la primera escena de la temporada, rodeado ahora de lo que queda de su familia, tomándose muy a pecho lo que serán las últimas palabras que le dice Bert Cooper, y mostrando al mismo tiempo su habilidad para los negocios y su lealtad por Don. Y su desprecio por Harry...
Poco queda por decir de Don, que es objeto más que sujeto de todos los acontecimientos que son realmente movilizados por Jim, Roger o Megan, y su única acción verdadera es darle el volante a Peggy, en un acto de respeto y fidelidad de los que le conocemos pocos.
Resulta raro saber que nos quedan 7 episodios más, tanto de lo que sucedió nos da “final” que nos resulta difícil imaginarlo. Por otro lado, la idea de que nos quedan siete horas televisivas más por delante es un incentivo de pilas para los meses que nos quedan por delante hasta que lleguen. 

Algunas observaciones al paso:
  • Cuento por lo menos tres momentos musicales anteriores en Mad Men: Roger haciendo un incorrecto My old Kentucky home (y discutiblemente Pete y Trudy bailando el charleston en el mismo episodio), Sal llegando a nuevos niveles de patetismo con Bye Bye, Birdie y claro, Zou Bisou Bisou (podemos agregar a Ken bailando tap bajo el efecto de las anfetaminas, pero la extrañeza de ese momento surge justamente por la falta de música del mismo).
  • Dicho esto, y con la admiración que tengo por Robert Morse y su pedigree musical, la escena me pareció fuera de registro para la serie. Me vienen a la mente tres momentos de alucinación de Don (sin contar los que son una excusa abierta al flashback): regresar a su casa y que lo reciba su familia que en realidad está de vacaciones en The Carrousel, la aparición del fantasma de Anna en The Suitcase y ahora este, y se aplica la ley de rendimiento decreciente en que cada vez es menos creíble y efectiva.
  • No, no cuento el sueño asesino de Don ni la alucinación en California, que fueron causadas por el poder inconsciente del sueño o ayuda de sustancias, y por tanto narrativamente incorporadas. 
  • Probablemente tuvo tres importantes ayudas para lograrlo (un push up o corpiño relleno, horas de grabaciones de January Jones fumando y un hair & makeup de otro mundo), pero lo que hace Kiernan Shipka para transformarse delante de nuestros ojos en su madre televisiva es el material del que se hacen los premios a la actuación. 
  • Si bien todos sabemos que Meredith es el comic relief de la serie, y su fascinación con Don fue un tropo de toda la temporada, hubo algo en su fallida seducción que me recordó a Peggy en el piloto. Claro, sabemos que Meredith nunca va a hacer una presentación como la de Burger Chef. 
  • La caracterización de Joan es probablemente la más negativa que haya tenido desde los primeros episodios de la temporada 1, y está por verse si viene una redención o simplemente es la dirección en la que decidieron llevar al personaje. Lo que obligaría a hacer una nueva relectura de The Other Woman, también. 
  • Si bien claramente episodios separados, mucho remite a la semana anterior, especialmente la idea de “familias”: la ya mencionada familia ensamblada de Roger viendo la llegada a la luna, la de Don y sus niños Peggy, Pete y Harry en la habitación del hotel, la de los Francis y claro, la que fue la primera y última vista de la vida domestica de Bertram Cooper. 
  • Gracias a todos los que leyeron, compartieron y comentaron aquí y en las redes sociales estas reseñas. Pocas cosas me dan tanto placer como Mad Men y poder “publicarlo” y compartirlo. Acá me encuentran el año que viene para los últimos 7. 

viernes, 23 de mayo de 2014

El fin del sueño americano: Sobre la brillante segunda temporada de The Americans

Últimamente nos enfrentamos con tantas series “inclasificables” que resulta complicado explicar a alguien de manera sencilla de que van. Si alguien que no vio nunca Mad Men pregunta de qué se trata la serie, más allá de tratar de explicar algo sobre Don/agencias de publicidad/los 60, si uno dice “es un drama” no está explicando nada. Para el caso también Breaking Bad o Revenge son dramas, y nadie hablaría de esas tres series en la misma oración salvo que sea “enumerar series de los últimos cinco años”.
En el caso de The Americans, sería mucho más fácil, podríamos decir que es una “serie de espías”, y no estaríamos mintiendo. Pero claro, nos estaríamos quedando tan, pero tan cortos. Es más, puedo decir sin más que no tengo el mas mínimo interés sobre el género “espías” y sin embargo la segunda temporada de The Americans se transformó en una de esas de mirada indispensable, de recomendación inmediata, de análisis e investigación.
Tranquila y silenciosamente, tomaron todo lo que brillantemente habían establecido en la temporada 1 y lo expandieron, mejoraron, refinaron, inicialmente supongo que para hacer sostenible la premisa en el tiempo (espías rusos viviendo completamente asimilados como norteamericanos en su territorio), y en el camino abriendo la trama en varias direcciones, de por si todas interesantes, pero dando el golpe maestro al cerrar la temporada mostrando que además todas esas direcciones tenían un punto en común, que estuvo delante de nuestros ojos todo el tiempo y que no vimos hasta que nos pasó, brillantemente, por encima.
El final de la temporada 1 trajo  un cierre/apertura al conflicto entre Philip y Elizabeth Jennings: ¿son o no son una pareja, más allá de su “trabajo”? La respuesta fue, si, son una pareja y principalmente, son una familia junto con sus hijos. Los desafíos que vinieron en la temporada 2 fueron justamente provocados por la situación familiar, especialmente la relación con su hija adolescente, Paige. Y aquí las cosas se empiezan a poner interesantes, porque en lugar de agregar personajes, lo que los creadores hicieron fue desarrollar a los que ya tenían de modos que hubiese sido difícilmente imaginables en la primer temporada: Paige tiene la clásica rebeldía adolescente pero expresada de un modo completamente impredecible, acercándose a la religión, para el horror de sus padres, y al mismo tiempo, para la curiosidad sobre las similitudes que las unen con su madre, que va a ser además el disparador para la ya confirmada temporada 3. El hermano de Paige, Henry, tiene bastante menos que hacer, pero una subtrama sobre cómo se infiltra en la casa de sus vecinos, que es un momento “aha” cuando sucede y un momento “AHA!” luego del final de la temporada.
Ampliando el círculo, tenemos a Martha la “otra” esposa de Philip, o mejor dicho, su alter ego Clark, un personaje que al mismo tiempo que pone los –muy pocos toques de comedia, representa todo lo trágico que la red de mentiras en la que están inmersos los personajes tiene. Hay un chiste recurrente entre los comentaristas de la serie que dicen que por lo menos una vez por episodio hay un momento “Pobre Martha”, lo que es cierto, pero también estamos viendo que Martha es mucho más astuta sobre lo que está rodeándola de lo que parece indicar, y Clark, todos nos dimos cuenta que estas usando un peluquín.
Tal vez uno de los puntos iniciales más discutibles de la trama de The Americans fue la elección creativa de “el vecino de en frente es agente del FBI”, algo que oportunamente comparé con Hechizada o Alf. Claro que el solo hecho de que ese personaje estuviese interpretado por Noah Emmerich cambia todo. Especialmente porque a diferencia de la Señora Kravitz, Stan Beeman es súper competente en su trabajo de espía, e increíblemente humano y tridimensional, al caer atrapado en los encantos y trampas de la verdadera estrella de esta temporada: la agente – doble agente – TRIPLE agente Nina Sergeeva, magistralmente interpretada por Annet Mahendru. Esta es la temporada de Mahendru, con un personaje de una complejidad inusitada, e interpretado con tal sutileza que todos quedamos tan dudosos de sus verdaderas intenciones como Stan, Oleg y Arkady Ivanonich.  El resto del entorno y dolores de cabeza de Stan (su esposa Sandra cayendo en la redes de la auto ayuda, su jefe Gaad siendo víctima de los errores de su subordinado) y Nina (todos los personajes de la Rezidentura, tan receptores de sus engaños como Stan), con mucho menos tiempo en pantalla, también tienen la oportunidad de brillar.
Todos estos hallazgos de caracterización serian de por sí de oro, pero además se cruzan con la historia de espías central a la temporada: una pareja de espías que operan con el mismo modus operandi que los Jennings es sanguinariamente asesinada junto con su hija, dejando como único sobreviviente a su hijo mayor. Quién y por qué motivo asesinó a los Connors une tanto a los agentes soviéticos como los del FBI, más a otros personajes satelitales, como el también doble agente, militar asociado a la CIA, gay en el ropero y más evidente “villano” de la temporada Larrick, interpretado por Lee Tergesen; a Fred, un ingeniero afin a la causa de los rusos que había sido reclutado por los Connor; a Lucia, una nicaragüense en busca de justicia; y claro, a las “manejadoras” de los Jennings, Kate y Claudia, la siempre brillante Margo Martindale.
La revelación del asesino y su motivación es un momento entre infartante y de revisión de todo lo que pasó en la temporada, aun las historias no directamente relacionadas (¡así que POR ESO pasamos tanto tiempo viendo el desarrollo independiente de Paige!), y de un tono negrísimo y triste: el final de temporada no deja una sola esperanza por los protagonistas, no ya por su supervivencia (salvo en un caso que no voy a spoilear), si no por su destino más en general,  ya sean Philip y Elizabeth, Paige o Stan. Todos están atrapados en un juego enfermo y sin salida, y donde voluntaria o involuntariamente han arrastrado a todos lo que los rodean.
La serie fue renovada para una tercera temporada, y el final establece claramente una dirección en la que llevar a la historia, y no queda más que esperar que mantenga el altísimo nivel de esta que acaba de terminar.

Algunas observaciones al paso:
  • Aquellos de ustedes que elijan ver la serie por medios “alternativos” y necesiten subtítulos, sepan que un 30% de la trama más o menos transcurre hablada en ruso y con subtítulos en inglés. Una brillante elección creativa pero que crea problemas de visualización importantes.
  • La serie consiguió prensa adicional y levantar un poco de polémica por el uso de Oliver North, el militar convicto por el escándalo Irán-Contras como asesor y guionista. La caracterización de Lee Tergesen le debe muchísimo a su inspiración.
  • Si bien la ambientación de época no es impecable, es siempre un placer ver los detalles con respecto a la informática que se presentan, y solamente desde nuestra perspectiva actual podemos entender lo clave que resulta ARPANET.
  • Requisito de televisión paga: mucho sexo, a veces muy explícito. Que la protagonista sea Keri Russell hace que esto sea a veces inquietante.
  • Hablando de Russell, que fue la revelación de la temporada 1, en este caso es la oportunidad de Matthew Rhys para brillar.
  • Y una más sobre Russell, que alguien le dé un sándwich a esa chica que está muy flaca.



The Americans se emite en latinoamerica a través de FX. 

martes, 20 de mayo de 2014

Comentario: Nurse Jackie 6x06 – Nancy Wood

“That’s me, Nancy”

Hay un par de observaciones que no por remanidas  y un poco obvias dejan de ser ciertas.
Una es que la mentira tiene patas cortas, MUY cortas, especialmente cuando los victimarios de las mismas se comunican entre sí. Claro que agregando a la sensación de deja vu general de la temporada, especialmente los primeros episodios, Jackie ya sufrió en carne propia las consecuencias de esto, especialmente en el encuentro entre Kevin y Eddie. El intercambio de notas entre Frank y Antoinette no podía dar otro resultado que el que tuvo, del mismo modo que eventualmente va a suceder con la farmacia y alguien de All Saints, Roman o no Roman.
La otra es que es prácticamente imposible mentirle a un mentiroso, especialmente mentirosos profesionales y del calibre de Jackie y Gabe, su amigo/dealer/amante. Así que no había pasado media hora que Gabe ya estaba encima de Jackie por el desastre con la tarjeta de crédito que había hecho, y por suerte para ella, a Gabe solamente le interesan las drogas y la plata, así que con el desembolso correcto, aquí no ha pasado nada.
O sí. Porque sin meternos en psicología de perogrullo, hay algo en la aceptación de mudarse con Frank, gastar tan a mano suelta con una tarjeta robada o seguir insistiendo en “Nancy Wood” que parece indicar que Jackie QUIERE ser descubierta. Aunque a juzgar por su reacción ante Antoinette, la ambivalencia está a la orden del día. La escena con Antoinette tiene también algunas racionalizaciones de adicto berreta (“lo hago por ellos”) que podrían indicar que Jackie está perdiendo su toque, o que realmente, ya no le interesa.
Si La Traviatta fue una obviedad más o no, como las que menciono más abajo, queda por verse, pero como el montaje de la disco demuestra, parece que la “perdida” del título de la ópera es Grace y no Jackie, y esperemos que el fantasma de Charlie le dé a Jackie la sobriedad que necesita para encarar ESE problema.  

Algunas observaciones al paso:
  • Nurse Jackie nunca fue sutil con sus elecciones del “paciente de la semana”  y cómo actúan como disparador o comentario de la acción. Pero algo que estuve notando es que casi todos los últimos casos son de adictos o gente usando sustancias ilegales, y resulta un poco, demasiado… intencional. Además, no siempre aportan realmente tanto comentario como a los guionistas les gustaría creer.  
  • Si bien respeto muchísimo la historia de Grace siguiendo los pasos de su madre en el uso de drogas y como manifestación de su rebelión adolescente, el efecto “circulo completo”  con el circuito de las pastillas también me pareció que pasa de “simpático” a “demasiado”.
  • Tal como se veía venir, Pretis va de salida. No termino de entender cuál fue la intención con el personaje, y si su salida es una decisión creativa o contractual. No puedo decir que lo vaya a extrañar, aunque…
  • Una vez más comprobamos que la única persona a la que se le permite crecer y aprender en el programa es a Zoe, que como bien lo expresa, nunca estuvo más adulta. Espero que le toque alguna alegría más permanente en algún momento. ¿Tal vez el regreso de Lenny?
  • La salida de Prentis lo pone a Coop en la posición que siempre quiso de liderar la sala de emergencias. Peor también sabemos que Peter Facinnelli no vuelve la temporada que viene. Eso significa, nuevo personaje o Roman se queda con el puesto. Errr, no.
  • No me gustaría estar en los zapatos de Jackie, o ninguna otra persona, cuando Roman encuentre al culpable del robo de su licencia.



lunes, 19 de mayo de 2014

Comentario: Mad Men 7x06 – The Strategy

Does this family exist anymore?

Descargo: si por momentos parezco demasiado entusiasmado en este comentario es porque MANIJA. Sepan disculpar las molestias.

De vez en cuando Mad Men nos ofrece un episodio tan fuerte, tan clásico, tan memorable, que ya no lo identificamos por temporada o número de episodio, sino simplemente por su nombre. Saben a lo que me refiero: Smoke gets in your eyes, The Suitcase, The other woman. Tal vez estoy sufriendo de un caso de exceso de entusiasmo del día después, pero creo que vamos a tener que agregar al episodio de esta semana a la lista. No solo por las cosas que empiezan a caer en su lugar luego de no estar demasiado claras aun desde antes del comienzo de esta temporada, ni por ser el primer episodio de este año que nos da un respiro en la forma de un poco de esperanza por el destino de (algunos de) estos personajes. El verdadero motivo es que, al igual que los que mencioné más arriba, es definitorio en el aspecto de resignificar de modo radical la relación entre Don y Peggy. En Smoke, Peggy y Don se conocen, Peggy malinterpreta como acercarse a su jefe y Don la pone en su lugar. En The Suitcase, además del sinceramiento de una Peggy mucho más adulta y algunas frases memorables (“that’s what money’s for!”), es también el momento que frente a la muerte de Anna, Peggy toma el lugar de amiga y confidente que una esposa nunca podrá tener para Don. The other woman es el primer quiebre de esa relación, pero desde un lugar de amor y respeto, que son las cosas que se habían perdido en las últimas dos temporadas, a partir del momento del acuerdo entre Don y Ted para unir las agencias, a las chanchadas de las que fue víctima Peggy desde entonces. Estos son los famosos “episodios de las manos”, en los que hay un contacto entre nuestros protagonistas más allá de las palabras en los que se dicen todo sin tener que decir nada (irónico siendo que se trata de gente que vive de jugar con las palabras). Esta vez, son manos que se juntan para un paso de baile, que tiene el mismo peso y efecto que la escena de la cafetería con Sally a comienzo de la temporada. Peggy recibe lo que no tiene desde que se fue de la agencia la primera vez: un mentor que la ayuda a refinar una idea latente, y un reaseguro de que más allá de sus inseguridades, “va bien”. Y Don recupera eso que tanto le estaba faltando, una aliada, una confidente, una par.
El tercer vértice de este triángulo es Pete, quien estuvo bastante relegado durante todo lo que va de la temporada y de quien también empezamos a entender hacia donde va. No hay más que ver la dinámica de Pete con las cuatro mujeres clave de su vida en este episodio para darse cuenta que sigue sin tener idea de cómo tratarlas (culpemos a la quinta mujer de su vida, su recientemente fallecida madre): incapaz de acercarse a su hija, moviendo todos los hilos de manera incorrecta con Trudy, alienando a Peggy con sus buenas intenciones pesimamente expresadas y alejando definitivamente a Bonnie una vez que tuvo oportunidad de verlo actuar en su ámbito natural.
Sin embargo, y volviendo a Smoke…, hay un motivo por el cual Vincent Kartheiser está tercero en el elenco: siempre esta historia fue sobre Don, pero también sobre Peggy y Pete y la historia que los une y que ambos han relegado a lo más profundo de la negación. Pete habrá sido un animal en como propuso que sea Don el que presente la propuesta a Burger Chef, pero su razonamiento es sólido a su manera, y nuevamente deja en claro cuales las lealtades en las que se pueden confiar.
Mucho se va a escribir sobre este episodio y sus metáforas de familia, y que la familia no necesariamente tiene que ser la que tiene relaciones legales y de sangre, pero también esa mesa en Burger Chef con la que cerramos muestra a tres personas que tienen lo suficiente en común como para saber que pueden contar con cada uno entre sí. Tal vez hasta para empezar un nuevo negocio. Uno que contrariamente a mis expectativas, parece que no va a incluir a Harry Crane. Pero más sobre eso en las Observaciones al paso.

Algunas observaciones al paso:
  • Este fue definitivamente un episodio de regresos: volvemos a ver por primera vez en la temporada a Trudy, Tammy, Gail, Kevin y por supuesto, Bob Benson. Además de los regresos de Pete y Megan a New York, que tantas definiciones generan.
  • Una de las preguntas en la mente de quien escribe era si, en base al estricto cronograma de “un episodio por mes” de la temporada, si en junio se iba a referir de alguna manera a las revueltas de Stonewalll,  que dieron origen a la lucha por los derechos LGTB tal como los conocemos hoy. No me decepcionaron, pero en lugar de Sal travestido agarrando a carterazos a un policía o Bob detenido, la acción, un par de semanas antes de ese último fin de semana de junio, nos muestra más sutilmente por que se llegó a eso: por policías abusivos, hombres casados en el placard, y hombres solteros dispuestos a encerrarse en el placard con la llave por dentro con tal de lograr un avance de otro tipo. Brillante desde donde se lo mire.
  • Esto claro nos lleva de frente a el comportamiento de Joan. Al igual que Peggy, la caracterización de Joannie esta temporada está lejos de ser la más favorecedora, sin embargo, Joan es Joan. Luego del ese beso que remite directamente al beso con Sal en la temporada 1 que le dijo todo lo que tenía que saber sobre su sexualidad, le pone los puntos a Bob con la altura y sentido común que sabemos esperar de ella, y nos muestra lo que es su veta romántica, tal vez opacada por el cinismo, pero que siempre estuvo ahí.
  • Muy lindo el mini momento de Joan  y Roger también. Esa relación por momentos parece más la que actualmente tienen Don y Peggy que la de ex amantes y co-padres que los une. Claro que la historia de Roger/McCann/Bob no está terminada, pero algo nos tiene que quedar para el final-que-no-es-final de la semana que viene.
  • Claro que cierta antipatía por Joan viene por la reacción hacia la ya mencionada propuesta de agregar a Harry como socio. Según lo veo, esto termina con Mr Crane más alineado con Cutler y Chaugh que con los SCD (and Harris). Igual, Roger es un hombre con un plan, vamos a ver cuál es.
  • Peggy sentada en el escritorio de Lou. Mhm. 
  • Tan preocupados por Don estamos, que no nos detuvimos a pensar las implicancias de los sucesos del último episodio sobre Megan. Esta bastante claro que este viaje fue para la pronta a ser ex señora Draper un viaje de cierre. Dejar la casa en orden en NY y empezar de una vez su vida en LA. Si bien un poco preciosista, la escena de Bonnie y Megan en el avión de vuelta fue muy efectiva: Bonnie fuerte pero afectada por el quiebre de su relación, Megan débil pero aliviada por el final de la suya.
  • Peggy cumplió 30. Bob le recuerda a Joan que se acercan los 40. Cómo nos pasa el tiempo.
  • Hace rato que no nos tiraban referentes culturales tan obvios por la cabeza: Pete y Bonnie vienen viendo Mame en el avión, Don fue a ver I am a curious, yellow. Escandalizante. Tanto como Oh Calcutta!, que Bonnie terminó viendo sola, y que tal como My Way nos permite fechar tan precisamente el episodio dos semanas antes de Stonewall.
  • El 20 de julio de 1969 paso algo con unos hombrecitos en la Luna, supongo que la semana que viene sabremos algo al respecto.





martes, 13 de mayo de 2014

Comentario: Nurse Jackie 6x05 – Rag and Bone

“She’s so young, new. And I’m not”

Ver Nurse Jackie significa necesariamente pensar en la naturaleza de la adicción. Porque no nos engañemos, Jackie no consume, no es alguien que de manera recreativa y pasajera se da un gusto químico: Jackie es adicta, psicológica y probablemente, fisiológicamente (todas las pastillas que consume son generalmente conocidas por producir acostumbramiento y dependencia). Me puse a pensar esto viendo las notas que tomo mientras veo los episodios para luego escribir estos comentarios: luego del enfrentamiento de Frank (y de haber internamente festejado que sucedió en los primeros dos minutos del episodio, en lugar de ser innecesariamente estirado hasta el final del mismo, o peor, de la temporada), y ante el acting de culpa de Jackie escribí “le creemos?” Un gasto de tinta y papel, menos de 30 segundos después tenía la respuesta: no, no le creemos. No le creemos nada, nunca.
La única que parece entender esto a la perfección es Grace, entre otras cosas, porque si bien resiente a todo nivel a su madre (mas sobre esto en las Observaciones al paso), en algún nivel la admira y envidia en su capacidad de llevar múltiples vidas compartimentalizadas sin que se superpongan unas con otras. Y es Grace, claro, la que le va a abrir los ojos a Frank, y ojo con salir con policías si estas ocultando algo ilegal, porque son gente de recursos.
La pregunta entonces es por qué Jackie insiste en algunas cosas más que para probarse a sí misma que las puede hacer. Entiendo que cuando estaba casada con Kevin y criando a las nenas la doble vida fuera una necesidad, pero ahora, ¿para qué engancharse con Frank? ¿Para qué seguir yendo a las reuniones de AA y hacer toda la pantomima con Antoinette? Nadie, ni antes ni ahora duda de su capacidad como enfermera, y eso se mantiene, pero también está claro que podría terminar su turno e irse de partusa con su amigo dealer/amante sin estar jugando al borde todo el resto del tiempo.
La serie no nos da respuestas, ni pretendo que nos las de, pero esto es un recordatorio de lo que Nurse Jackie hace tan bien: abre debate, no deletrea (mayormente: la historia de la monja alcohólica pareció un poco demasiado “on point”, pero también tengo que admitir que los tres párrafos anteriores no existirían sin pensar esa historia también), no plantea héroes y villanos. Está en cada uno ver de qué lado se pone, y sin temer a tener que cambiar ese lado de una semana para la otra.   

Algunas observaciones al paso:
  • El personaje de la adolescente petulante es una bomba de tiempo. Puede matar a un programa (Homeland), pulir otro (The Americans), o crear una super estrella (Mad Men). Admito que Grace me quedaba a veces más cerca de Dana Brody de lo que prefería, pero sin lugar a dudas, el potencial es que sea la Sally Draper de este programa. La diferencia es que si bien la Don de nuestro programa es Jackie, la relación entre Grace y Jackie recuerda a la de Sally y Betty (cosas amplificadas en la rivalidad madre-hija). El poder de ver exactamente a través de las pilas de mierda que presentan sus padres es lo que más las hermana, salvo que Sally termina siendo la adulta a sus infantiles padres, mientras que Grace tiene un rasgo de maldad (o simplemente venganza) más marcado. Pero ese dialogo con Frank fue como Sally on steroids.
  • Mucho de la historia de Prentis esta semana me hizo pensar que va de salida de la serie junto con Coop. Su extrañar estar en el medio de la acción le daría la excusa perfecta (también el hecho de que Morris Chesnut sigue figurando como actor invitado en los créditos). Pobre Zoe…
  • Esta es la Gloria Akalitus que nos gusta: astuta, práctica. Basta de pavadas.
  • La bomba del embarazo de Kevin y señora va a traer cola, no solo para que Jackie termine de tocar fondo, sino también con Grace.

lunes, 12 de mayo de 2014

Comentario: Mad Men 7x05 – The Runaways

“It’s not what Doctor Freud would say”

Por lo menos una vez por temporada, Mad Men se descuelga con un episodio que nos deja con la sensación de “¿Que acabo de ver?”, ya sea Peggy desconociendo su embarazo, Don asesinando gente en sus sueños, un viaje con el jet set o Roger probando LSD.
En casi todos estos episodios la sorpresa viene, aparte de por los quiebres narrativos (el mejor ejemplo de los mismos es Far Away Places) a causa de que los personajes hacen algo completamente inesperado de acuerdo a lo que ya sabemos de ellos.
La diferencia en The Runaways es que pasada la sorpresa inicial, nada de lo que pasó nos sorprende  en lo más mínimo, o podemos ubicarlo en un momento de “¡…pero claro!”. Sí es tal vez discutible el por qué suceden ahora esas cosas, pero que iban a pasar, iban a pasar. Llamemos a esto “psicoanálisis de bolsillo”, pero lo cierto es que en base a las patologías que les conocemos a cada uno, son desenlaces previsibles.
Empecemos con lo obvio: la bomba Ginsberg se viene preparando desde hace dos temporadas y en realidad lo discutible es porque esperaron tanto (salvo para volver sobre el tropo de la influencia negativa del monolito), ya que Ginsberg siempre fue un personaje de un solo registro, e introducido para en algún momento llegar a estar conclusión lógica. Lo inesperado de esta resolución es el papel central de Peggy involucrada en el medio en lugar de digamos, Stan.  Salida triste y poco elegante para Michael Ginsberg, a quien dudo que volvamos a ver. Uno más que no estaba preparado para el mundo moderno.
Luego tenemos el juego de Señoras Draper rondando con sus propias neurosis; neurosis ya tan difíciles de controlar que tienen consecuencias para todos los que las rodean, probablemente más duraderas y dañinas que el shock que se comió Peggy y que eventualmente se le va a pasar: el cuadro histérico de Betty, tal vez nunca tan bien reflejado desde la temporada 1, ya sabemos cómo afecta  a Sally, auto definida en oposición a su madre, pero ahora tuvimos un atisbo de cómo repercute en Bobby. Aparentemente, lo que para nosotros es una novedad en cuanto al conflictuado estado del matrimonio Francis es algo que Bobby sabe o intuye desde hace rato. Interesante también ver como Betty está tan radicalizada que se ha posicionado a la derecha de su Republicano marido. Como Harry, Betty parece que se va a saltear los 70 y pasar derecho a los 80. Vote Betty ’80.
La otra señora Draper, aunque no tan evidente como Betty, es otra histérica de libro y mucha de la acción de este episodio se desata por el enfrentamiento con Stephanie, la sobrina de Anna a quien no vemos desde la temporada 4, y una “Testaferro Señora Draper” por parentesco y mérito propio. Stephanie, bella, de la misma edad aproximada que Megan, embarazada, bohemia y conocedora de los secretos de “Dick” se corporiza en la pregunta que lleva a Megan al acting y a contradecirse como pocas veces: Megan no quiere que Don le compre una tele pero no tiene problema en usar la chequera Draper a discreción para solucionar (en lo superficial) el obstáculo que le presenta Stephanie y haciendo lo que se negó a hacer la temporada pasada cuando le ofrecieron partusar o hasta darse un inofensivo beso con otra mujer (pobre Arlene, ¡que no se entere de como la traicionaron!).
Y en el medio, el Señor Draper, mucho más ajustado que todo el resto, siguiendo con el trabajo tal como empezó la semana pasada, genuinamente contento y preocupado al escuchar de Stephanie (y por transitividad, de Anna) y aceptando el juego de Megan y Amy porque ALCOHOL, y VARON DE SANGRE CALIENTE.
Tal vez lo más Don de Don igual sea el encuentro con Harry y su uso de la información que recibe en ese encuentro. Jim puede que no crea que  Don “esté de vuelta” pero Lou y Don lo saben: “Eres increíble”, “Lo sé”.

Algunas observaciones al paso:
  • Como lo observe en su momento con la histeria de Betty, alguien del equipo de guionistas viene del palo psi o está muy bien asesorado: todos los síntomas de psicosis de Ginsberg son perfectos, incluido el más sangriento.
  • También, varias personas señalaron los rasgos lésbicos entre Megan y Amy aún más allá del trio, y podríamos pensarlo con Dora, la histérica  arquetípica de Freud.
  • Perdón si este comentario se puso demasiado psicopatológico de mi parte, es una deformación profesional, dado que como la doctora Faye Miller, soy psicólogo de profesión.
  • Es raro que un episodio del estilo WTF como este no tenga aunque sea una aparición de Roger, ausente al igual que Joan, Pete, Ted, Bert, Ken y Dawn.
  • No hay que ser psicótico como Ginsberg para sentirse atraído por los hombros (y mas) de Stan. *suspiro*
  • Betty no es estúpida. HABLA ITALIANO. Lo sabemos, Betty, lo sabemos.
  • Este episodio pone en relevancia como pocos el potencial de la naturaleza serial del medio. Historias como la de Ginsberg, que empezaron a perfilarse hace años, o reapariciones como la de Stephanie son cosas que solo se pueden hacer en este medio. Mad Men no siempre lo explota, pero cuando lo hace (la relación de Don con California/Anna siendo la más clara), es brillante. Me pregunto qué opina la experta Mariana Levy al respecto.

martes, 6 de mayo de 2014

Comentario: Nurse Jackie 6x04 - Jungle Love

"Do yourself a favor, get out of your head"

Se podría argumentar que hay pocos personajes más humanos que Jackie Peyton, después de todo, es una cuarentona de clase trabajadora, con problemas de relaciones y con sus hijos y un problemón en forma de su adicción.
Pero justamente esto último, y cierta, llamémosla, simplificación de los guionistas, hacen que Jackie parezca superhumana. Puede ser que todo sea un inteligente trabajo de “punto de vista”, y que nos quieran mostrar como es que Jackie se siente cuando está drogada (si bien no son sus drogas de elección, tanto la cocaína como las anfetaminas llevan a ese estado de llevarse el mundo por delante), pero lamentablemente no les doy tanto crédito a los guionistas. Creo más bien que como un efecto “Frank Underwood”, para demostrar que Jackie es tanto más astuta que todos los que la rodean, en lugar de escribir a un personaje de recursos superiores, escriben a un montón de personajes sub normales que los rodean.
Llegué a esta conclusión recién ahora por dos motivos: por un lado poder articular que es lo que no me cerraba de esta temporada, y en general, y al contrario de muchos de los que me rodean, por que prefiero a Jackie “limpia”; por el otro, este episodio tuvo un guiño que yo tomo como de reconocimiento sobre como “Jackie supermujer - los demás caricaturas” no es una fórmula viable.
Si hay un tema que unió todas las historias de este episodio, fue justamente, el de humanizar a los personajes: Jackie, enfrentada con la novedad del compromiso de Kevin, es un manojo de contradicciones, desde fantasías poco apropiadas hasta transformarse en una stalker. Esto último también cruza con otra ansiedad que la está matando, que es su conflicto interminable de madre de adolescente rebelde. Hablando de la cual, es otra que fue bajada de un hondazo, en este caso por su padre (quien en su momento de “perdón” hacia Jackie, también se redime).
Si esto hubiese sido todo, ya hubiese sido un excelente episodio, pero el tema llega más allá, y la ola humanizadora llega a Prentis y la historia con su amigo al que le tiene que dar pésimas noticias, a Frank que no se habla con sus hijos hace un año, a Antoinette que baja la guardia y admite que aprecia la amistad y compañía de Jackie, y hasta a Roman, que muestra en el manejo de la madre desesperada habilidades de comunicadora que la posicionan mucho mejor que en el tema medicina. 
Sea para no estar sola, para no tener la charla que tiene que tener con Frank o vaya a saber por qué, Jackie organiza una noche de poker en su casa, y luego de discutir con Frank, va a sus amigas pastillas. Por desagradable que la haga, es una reacción natural en Jackie, y nos muestra hasta que punto está fuera de control, con sus amigos, su esponsor y su novio a metros de distancia. Y es este último el que ve lo que no se suponía que viera, y por primera vez en mucho tiempo me muero de curiosidad por saber que pasa la semana que viene. Buen trabajo de todos los involucrados.

Algunas observaciones al margen:
  • Si bien fue un recurso no mostrarla a Jackie consumir hasta el climax del episodio, creo entender que está recurriendo a Antoinette ahora también cuando está tentada de hacerlo, de la manera que el esponsoreo realmente debería funcionar. 
  • Nuevamente la historia de Gloria, ahora con la timba, no tiene dirección especifica. Akalitus es un personaje tan interesante, ¿por qué la relegan siempre a estas historias dignas de Joey en Friends?
  • ¿Estamos sentando las bases para un romance Antoinette-Eddie?
  • La presentación televisiva de Roman fue desopilante. 


lunes, 5 de mayo de 2014

Comentario: Mad Men 7x04 - The Monolith

“You’re hungover, and that’s the best time to listen”

Así que esta es la nueva situación de Don en la agencia: sentando el precedente de lo que hoy llamaríamos mobbing, lo dejan relegado a una oficina sin tareas asignadas, se le coarta la posibilidad de hacer algo útil proactivamente, no se lo informa sobre las últimas novedades y para coronarlo, se lo pone a trabajar al mando de uno de sus subordinados. Y no cualquier subordinado, sino Peggy, su “hija laboral”, con quien, de paso, está completamente distanciado. No que Peggy tenga mucha idea de que está pasando, siendo manipulada por Lou y sumarialmente desasnada por Joan. Tanto Don como Peggy se hubiesen beneficiado de escuchar lo que pasaba en esa conference call donde los que están fuera del avispero (Pete y Ted) parecen ser los únicos con sentido común para identificar las fortalezas creativas de SC&P. Pero claro, tal vez ellos siguen con la vieja imagen de la agencia, que no es la que tira abajo la oficina creativa para instalar la última tecnología de IBM, dándole el gusto a Harry, que parece ser el mejor preparado para enfrentar los setentas (y los ochentas), tal como viene la cosa. 
Peggy intentara hacer lo mejor de una tarea imposible (de paso, cosecha los beneficios de la guerra fría presentados como un aumento de sueldo)  y Don… Don termina haciendo lo que específicamente se le indicó no debía hacer. 
Varias veces me he encontrado refiriendo a Mad Men cuando comento Nurse Jackie, generalmente defendiendo a Jackie Peyton como una “mujer difícil” del mismo modo que Don (o Tony, o Walt) son “hombres difíciles”, pero esta vez siento la necesidad de hacer el comentario al revés: Don, como Jackie, son adictos funcionales, que la intoxicación los hace MAS y MEJORES. Hasta que no, por supuesto. Lo curioso, es que como Jackie, Don también tiene un “sponsor” informal en Freddie Rumsen, que al igual que Antoinette más que prevención termina haciendo apagado de incendio. Freddie ha recorrido un largo camino desde que fue despedido con poca ceremonia hace varias temporadas, y profiere la línea más fuerte del este episodio: ponete a laburar. Puede que nadie lo quiera a Don en SC&P, pero si lo sacan, será porque no lo aguantan más, no porque no cumplió con las reglas de su “pacto”. 
En otras novedades, finalmente nos enteramos que estaba pasando con Margaret Sterling, perdón, Marigold. Finalmente la que menos esperábamos fue la que se escapó con los hippies. Roger Sterling al rescate, pero como Marigold bien se lo hace notar con su bibliorato de facturas para pasar, es probablemente la persona menos indicada para hacerlo. El Roger Sterling que vimos en la cama haciendo su propio bed-in al comienzo de la temporada no tiene demasiada estatura moral para convencer a nadie, y cuando intenta apelar a la “autoridad” de padre termina haciendo, literalmente, un enchastre.
Y con este enchastre es que tengo algunos problemas: Mad Men nunca ha sido sutil con algunos de sus simbolismos, pero este episodio es tal vez un poco DEMASIADO obvio en algunas cosas: el ya mencionado barro, las 300 referencias a la “oficina del muerto”, la nueva posición de la computadora en la oficina, las inversiones de las relaciones de poder, hasta el nombre del episodio. Entiendo que la “salida” de esta obviedad es el casi posmoderno autoreferencialismo de Harry (“no es simbólico, es casi literal”), pero igual, por momentos de ven demasiado los hilos de nuestras marionetas favoritas. La semana pasada nos quedamos con ganas de ver como la nueva dinámica iba a funcionar, y esta semana lo vimos, pero es como que nos falta… algo. Vamos Matt, muchachos, quedan demasiados pocos episodios para distraernos. 

Algunas observaciones al margen:

  • A veces es útil conocer el nombre del episodio antes de verlo. En este caso, The Monolith, se engancha con un pedazo importante de cultura popular de la época: 2001, Odisea del Espacio. Entre otras obviedades que nos tira el episodio, la ansiedad que genera la llegada de la computadora nos remite tanto a HAL 9000 como al monolito que abre y cierra el clásico de Kubrick. 
  • Pocas cosas me ponen más feliz que una aparición de Mona Sterling. La mezcla de absoluta intimidad con Roger y habilidad para pegarle donde más le duele (producto de la misma intimidad) no tiene paralelo, tal vez, solamente, en la relación entre Don y Sally. Ayuda, por supuesto, que Talia Balsam es la esposa “en el mundo real” de John Slattery/Roger Sterling. 
  • Don está leyendo Portnoy’s Complaint, de Phillip Roth. Me parece una elección extraña para Don (Roth es demasiado judío para su gusto, el libro demasiado psi), pero supongo que un best seller es un best seller. No puedo dejar de recomendar que lo lean, o cualquier otra cosa de Roth. 
  • El flirteo de Meredith con Don, que ya empezó la semana pasada, es uno de los pocos toques de humor en un episodio particularmente negro. 
  • Cada vez más aparece el germen de una “nueva agencia” basada en otros principios, en este caso, los de Pete y Ted. ¿Tal vez los de Don y Peggy también?