"I wanna be on the cockpit!"
Quiero que
me guste The Big C, les juro que
quiero que me guste más de lo que realmente me gusta. Laura Linney me parece
una excelente actriz que además me cae bien como persona, la idea central del
programa me parece sólida, la construcción inicial de los personajes era multi
dimensional e interesante.
Y sin
embargo, termino de ver los episodios y es la clásica sensación (todos la
conocemos) de tomar un vaso de gaseosa y descubrir que se le fue el gas.
En
realidad, viendo el primer episodio de la tercera temporada, la pregunta es si
no es un programa que se hubiese beneficiado siendo más corto. Terminar al
final de la primera, o tal vez con el golpe
bajo del final de la segunda .
Porque
resumiendo la idea del programa: "The Big
C es una serie sobre Cathy Jamieson que tiene cáncer", si el programa es
sobre una tal Alexis Bertrand que ya no tiene cáncer, algo se perdió en el
camino.
Vamos por
partes: el episodio abre con Cathy en un bar, comportándose con un grupo de
gente que no conocemos como si fueran viejos amigos. Hay algo un poco… distinto
acerca de Cathy, pero no podemos ubicar que. Más adelante en el episodio
descubrimos que es: no es Cathy, es su alter ego, Alexis. Si, Cathy creó un
personaje como válvula de escape, una azafata que quiere ser piloto de aviones
y no teme tomar algún que otro riesgo. Alexis se toma un par de martinis a
media tarde, fuma como loca… y luego vuelve a su casa.
En su casa
la espera su marido, Paul, quien está convaleciente luego de una experiencia de
cardiaca de casi muerte, y que obviamente no sabe nada de la existencia de
Alexis, sus malos hábitos ni nada eso. Bienvenidos a The Big C 2012: una versión diluida de Nurse
Jackie.
Esto no es
todo: aunque Cathy sigue pensando en su hogar como el de dos condenados a
muerte, y va haciendo planes para su hijo en caso que se descubra
repentinamente huérfano, su cáncer es milagrosamente casi cosa del pasado, de
hecho, el realmente enfermo ahora es Paul, no Cathy.
Esta
premisa es interesante en cuanto a cambio de dinámica, con Cathy pasando a ser
la saludable, pero se acuerdan como se llama el programa, ¿The Big C? La “C”es de Cancer, no de Cathy. Esto sin mencionar que
estos cánceres televisivos que se curan de la noche a la mañana se están poniendo
cansadores. Nadie duda que haya logros médicos y que esta bueno dar ánimo a la
gente viviendo con la enfermedad, pero tampoco vamos a torcerla para que
avancen los argumentos. Igual que Weeds,
si rompemos el pacto de realismo con el televidente, estamos camino al
precipicio y sin frenos.
Por lo demás,
se prometen historias interesantes para Sean y Andrea (perdón, Ababu, la
siempre genial Gabourey Sibide, que ha sido promovida de estrella invitada a
parte del elenco regular). La lista de invitados para la temporada se lee como
la lista de nominados a los Oscar de todos los tiempos (Alan Alda, Alison
Janney, Susan Sarandon). Y Paul. Paul que “vio la luz”, Paul que tiene que
jugar con el control remoto de su monitoreo cardiaco. ¿Podemos matar a Paul,
por favor? El programa seria más interesante con una protagonista viuda.
100% de acuerdo. Cuando vi este capítulo, me sentí mal por pensar: "me revienta que esté curada". El cancer de piel no es una pavada que se cura tan fácil. De hecho, las estadísticas indican que muy pocos zafan. En mi familia, hay 2 personas que murieron de cancer de piel, nadie zafó. Entonces... me enferma que en la tele muestren lo fácil que es zafar del cancer. La serie no empezó como una comedia familiar. Sin embargo, se convirtió en eso. QUE VUELVA SU CANCER DE PIELY SU MARAVILLOSA ACTITUD! Y que nos muestre, como en la primera temporada, que se puede vivir con cancer y que es una oportunidad para vivir y hacer todo lo que en el pasado no se hizo.
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