miércoles, 4 de enero de 2012

Alan Hollinghurst: una apreciación


Advertencia: Aunque este articulo habla sobre libros, no soy crítico literario ni lo quiero ser. Se trata solamente de una apreciación.

Hace un par de años, de casualidad haciendo zapping, encontré en HBO algo que me pareció ser una película. Era claramente inglesa, transcurría en los años 80 y había algo de temática LGTB. A mi juego me llamaron, todos los elementos para cautivarme.
Para cuando terminaba me enteré que no era una película si no una miniserie, que se llamaba The Line of Beauty y que estaba basada en un libro que venía de ganar todo tipo de premios escrito por Alan Hollinghurst.
Inmediatamente me puse en campaña para conseguir el resto de los episodios de la miniserie (son tres) y el libro correspondiente. No me sorprendió demasiado que se tratara de un mamotreto de 600 páginas, ya que la miniserie en si consistía en 3 episodios llenos de contenido. Pero si me sorprendió el modo en que estaba escrita, con un cuidado por la palabra y la estructura que algunos detractores calificarían como “preciosista”, pero que se ajusta además a uno de los temas del libro: si bien es una novela  que se podría calificar como de “temática gay” (como si existiera tal cosa como género) o como política (lo es: hablar de Inglaterra en los ochenta es hablar de thatcherismo, y tanto la participación de ciertos personajes directamente en el gobierno de turno así como los estragos del SIDA ante la indiferencia del sistema de salud hacen que lo sea aun más), en realidad The Line of Beauty es una novela sobre la estética, sobre el arte, sobre la apreciación y como a través de lo bello se puede trascender mas allá de lo mundano.
Tiene sentido entonces que la novela este escrita como lo que algunos peyorativamente han llamado una “novela decimonónica”, ya que es el recurso que se ajusta también a la trama.
Obviamente que no es que Hollinghurst, profesor de literatura inglesa, especialista en Firbank y Forster, haya escrito esta novela en ese estilo como parte de un arsenal de herramientas más amplio: novela decimonónica es lo que hace, y muy bien. Si están buscando otras innovaciones, mejor mirar por otro lado.
The Line of Beauty es la historia de Nick Guest, un muchacho de clase media que se ve involucrado con la familia Fedden, de clase alta y asociada al gobierno de Margaret Thatcher. Al tiempo que esta relación le permite acceder a una vida que le seria ajena, Nick también explora su sexualidad y el amor con un par de muchachos de origen africano y libanes que ponen de manifiesto las realidades de las minorías raciales, independientemente de sus posiciones económicas.
Impresionado por la novela, me puse a investigar más sobre el autor, y tratar de conseguir otras obras.

Me encontré entonces con su primera novela, The swimming pool library, que es más clásica aun que The line…, especialmente por ser parte de ese sub-género tan inglés de las narraciones en colegios privados y las ambiguas relaciones que en ellos se tejen. Impecablemente escrito también, el efecto no es tan fascinante como en la otra.

Luego encontré The folding star. Mucho menos ambiciosa que las otra dos, esta novela tiene una trama más sencilla: como en una Muerte en Venecia contemporánea y ubicada en Holanda, un profesor inglés se obsesiona con un alumno, pero a diferencia de Thomas Mann, concreta el acercamiento. Las consecuencias son igualmente desastrosas. Hay algo en este relato, con menos protagonistas y ubicado en un pueblito perdido de Holanda que resulta fascinante y un poco claustrofóbico, un no poder dejar de mirar algo que sabemos que va camino al desastre. Si The line of Beauty me había despertado curiosidad por el autor, The folding star me hizo fan.

Estaba buscando como conseguir la novela que me faltaba, The Spell, cuando me enteré que había libro nuevo de Hollinghurst, The Stranger’s child. Aclamado como su antecesor (The line of beauty salió en el 2004) y metiéndose con el tema que conoce más de cerca: la crítica y biografía literaria, y las distorsiones a las que están sujetas. The Stranger’s Child comienza con Cecil Valance, un poeta de principios del siglo XX, que por merito propio o por estar en el lugar y momento correctos, se transforma en “el poeta nacional” al llegar la primera guerra. Valance se relaciona con la familia Sawle a través de una relación romántica con su compañero de Oxford, George,  y tal vez también con su hermana Daphne. Siguiendo episodios ubicados en los años 20,  a fines de los 60, en la transición de los 70 y los ochenta y finalmente en el presente, Hollinghurst muestra la evolución de las actitudes frente a la sexualidad en la literatura y en la biografía de las figuras del pasado, a través de los familiares de Valance y sus biografistas. Teñida de un sarcástico sentido del humor, y con el bagaje académico del autor, que fue profesor en Oxford y el University College, The stranger’s child es atractiva tanto para los que les interesa la literatura LGTB como el estudio de las letras en general.
Si bien tuve el gusto de disfrutar de todas estas novelas en su idioma original, un googleo rápido me muestra que todas salvo la ultima, están editadas en España por Anagrama:  La biblioteca de la piscina (The swimming pool library), La estrella de la guarda (The folding star), El hechizo (chicas) (The spell) y La línea de la belleza (The line of beauty). Hasta ahora no hay traducción de The stranger’s child.
No tengo presente haberlos visto en Argentina, aunque Anagrama carísimo, pero suele traer todo. También están disponibles en formatos electrónicos en ambos idiomas, ya sea legal como ilegalmente. 

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