lunes, 4 de noviembre de 2013

Hija 'e tigre: Sobre el fenómeno Roar de Katy Perry


Descargo: en el debate Gaga vs Katy al igual que en su momento el de Britney vs Christina, yo estoy del lado de la vida. Básicamente todas las involucradas me interesan TAN POCO que no tomo posición por ninguna.
Dicho esto, siempre me interesó y disfruté de la música pop, y me gusta estar aunque sea medianamente sintonizado con que está pasando, y en este momento lo que pasa es que Perry y Germanotta están sacando sendos discos altamente anticipados, siguiendo una compulsa de simples: Roar y Applause.
Como el año pasado estando de viaje, tuve la oportunidad de tomar la temperatura del debate de primera mano, y de la misma manera que entonces We found love fue claramente mi banda musical y necesité explayarme al respecto, esta vez mi viaje fue uniformemente musicalizado por Roar y necesito tratar de deconstruir un poco que estuvo pasando con esta chica.
Primero tuve una reacción casi clínica, muy de estudio de mercado: era indudable el grado de popularidad de Roar, pero a niveles donde su omnipresencia era tal que si su declarado rival que se suponía que era Applause... bueno, no había tal carrera, Roar ganó por afano, y a otra cosa (que quede registrado que si hay una rival que le puede poner el cuerpo a este momento de la Perry, es Miley).
Claro que cuando para el segundo día me encontré a mi mismo gritando al tope de mis pulmones “I’VE GOT THE EYE OF THE TIGER, THE FIRE!” claramente, al igual que We found love, esta canción tiene ... algo. 
Leia un comentario en Rolling Stone sobre Prism, el álbum que contiene Roar, donde astutamente señalaban que la Perry tiene una, llamémosla “inteligencia pop”, como para entender por donde ir para ser parte de un cuerpo mas grande de música pop, y al mismo tiempo destacar. En este caso, en lugar de ir por el “sonido del momento” tal como lo hizo con Fireworks y el resto de su disco anterior, fue a otro lado por inspiración, y en lugar de clavarse una obviedad (Born this way, *ehem*) fue al pop rock 80/90, mucho más americano que europeo, y le pegó una vuelta de tuerca contemporánea. No hace falta tener un PhD para encontrar las referencias, pero lo refrescante es su falta de obviedad. Insisto, Perry no cita a Madonna, ni Stock Aitken y Waterman, ni siquiera a Michael y Janet: fue directo por Survivor (de donde salió el ojo del tigre si no), a Heart, a ciertos momentos de Pat Benatar, y de ahí hace el salto a Mariah sin escalas en algunas baladas (con las limitaciones vocales del caso, por supuesto) y hasta un pastiche Animotion/Queen en This Moment que hay que ser de piedra para no sonreir. 
Yo agregaría que acá no solo hay comprensión de la música pop, también del público. Esta locura de “sonido europeo” que empezó hace unos años y que tuvo su pináculo con su propio Teenage Dream y We found love se va a acabar y pronto, y va a haber un backlash peor que con el “disco sucks” del año 80. Astutamente, Perry ya se reinsertó en la tradición del pop norteamericano, salvando las diferencias como lo hicieron los discos “rock” de Donna Summer en la era disco, que le dieron 20 años de sobrevida que una, Gloria Gaynor, digamos, nunca tuvo.

Y otra cosa, por todo lo malo que el sistema tradicional de la industria discográfica de “single adelanto/álbum/balada/tema impacto/álbum con material extra”, lo cierto es que funciona. La campaña Artpop, con sus cortes múltiples, sus idas y venidas, y su “esto no es un producto, es un regalo para mis pequeños monstruos” esta repitiendo todo lo que hizo fallar a Born this way. Llámenme tradicionalista, pero prefiero el approach Perry de honestidad pop a la pretensión innecesaria de Gaga. Estoy seguro que Interscope/Universal se sienten igual que yo. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario