No quiero transformarme en “el apologista de Looking”. De hecho, ya varias personas me han preguntado directamente si se las recomiendo y contesté con un no calificado “no”.
Hay que estar interesado en alguno de los particulares (el tema -mi caso-, alguno de los actores, el lugar donde transcurre) para que diga, “si, denle para adelante”.
Pero también entiendo que muchas de las críticas que tanto yo como otros le hacen a la serie exceden a la serie en si. Algunas de ellas ya las fui mencionando (las comparaciones con otros productos que la preceden, cierta pacatería cuando se trata de temas sexuales) y otras se van haciendo evidentes a medida que avanzan los episodios.
Esta semana, frente al eterno reclamos de “aquí no pasa nada”, tuve que pensar muy seriamente si la decisión de “8 episodios de media hora” tiene algún sentido mas allá de copiar el formato de Girls. Los 30 minutos televisivos nos condicionan a esperar una comedia, aun sin las risas grabadas. De hecho, me animo a calificar a Girls como comedia, aunque jamás me despierte ni una sonrisa, pero definitivamente no a Looking. Al igual que sus primas de Showtime, Nurse Jackie o The Big C, Looking está más cerca del otros géneros (no el drama, pero tal vez el teleteatro) que se benefician por un desarrollo un poco más profundo, si no de las historias, por lo menos de los personajes. Más metraje también obligaría a los guionistas a que pase ALGO. Seinfeld es mentira que era “acerca de nada”: era “acerca de nada en particular”, pero en un solo episodio pasaban más cosas que en temporadas enteras de estas series, un lujo que Girls se da también por tener personajes tan arquetípicos que no se requiere demasiado para entender sus motivaciones, y un protagónico casi exclusivo de Hannah. Si nuestro Hannah en Looking es Patrick, bueh, estamos mal, porque se trata de un personaje tan anodino que no puede sostener ni una escena, mucho menos una serie entera. Patrick es tan “post gay” que ya parece salido de 90210. Este episodio de hecho intentó pegarnos por la cabeza con esta idea, haciendo que el centro de la trama fuera la Folsom Street Fair, el principal evento leather del mundo, y si bien pan sexual, muy, pero muy gay. Patrick por supuesto no siente ninguna necesidad (pero gran curiosidad) por asistir, pero como todos, desde su amigo de toda la vida hasta su jefe que lo conoce hace un par de semanas, saben que es “demasiado” para él. Y cuando finalmente accede a ir, es para mostrarlo que fuera de lugar está. Es un recurso liviano, que hace de Patrick un personaje aun más tonto y poco creíble. Post gay es la pareja hétero que se incorpora a la feria como el evento social de la ciudad que es (Doris me cae mejor cada episodio que pasa, y espero que Hugo sea una adición regular al elenco), o Dom que directamente ignora que está sucediendo porque tiene cosas más importantes en su vida que hacer (igual, no creo ni por un segundo que ni Dom ni Lynn no participen aunque sea lateralmente en Folsom, digo...).
Resumiendo, por todo el avance que parecía haber el episodio pasado, acá todo se frena, y me veo en la obligación de recordar que estamos a mitad de temporada, es decir, faltan 4 episodios para que ALGO se defina.
Pedigree Gay:
- ¿Hasta que punto en Looking no pasa nada? Debe ser de las pocas series en el aire que se emite sin un “Previously on...” porque no lo necesita.
- Si efectivamente Patrick no era dueño de ninguna prenda de cuero hasta ese día, no veo que a los precios que se venden allá eligiera comprarla in situ o que eligiera un chaleco. De nuevo, algo que no condice con lo (poco) que sabemos de Patrick hasta ahora.
- El título del episodio refiere a la tarifa que CJ, nuestro trabajador sexual que conocimos la semana pasada. No en vano San Francisco tiene fama de las ciudades más caras del mundo...
- Hablando de esa historia, hubiese preferido que Agustín se decidiera por esa carrera en lugar de la excusa estúpida del proyecto artístico. Es como una vuelta de timón innecesaria de un episodio a otro.
- La artista actuando en el bar donde transcurren las últimas escenas del ep es Honey Mahogany, que se hizo famosa por su aparición en RuPaul’s Drag Race. Honey no sólo hace drag, también canta y es su voz la que escuchamos, perteneciente a su disco pronto a salir.
- No conozco suficiente de San Francisco como para comprobar si se pasa tanto clásico en los boliches, pero lo cierto es que el encuentro entre Paddy y Richie es con Evelyn Champagne King, una clásica de hace unas tres décadas, y la canción de cierre es de Sylvester, precursor y rompedor de tabúes original para la cultura LGTB. Puntos además a los musicalizadores por elegir I need somebody tonight, uno de sus temas menos bombásticos y bellos en lugar de algo más obvio.
- Hablando de Richie, en el primer comentario dejé caer si sería el Adam o Mr Big de Patrick. Bueno, claramente si hay un Mr Big en este escenario es Kevin, con su histeria, su novio que no lo satisface fuera de cámara, y sus inapropiados juegos de poder en el lugar de trabajo. Huye, Paddy, huye!
- Sex watch: déjenle a Looking transcurrir el episodio en el sitio mas hipersexual del universo, Folsom, y solo mostrar un inocente bultito (bultazo, bueno...)
Muchísimas gracias por tu comentario! La idea desde el principio fue ver si se podía aplicar una mirada gay a todo tipo de consumos culturales, y bueno, también a aquellos que nos tienen abiertamente como audiencia.
ResponderBorrarMucho de esto fue ampliamente desarrollado por Halperin, y tengo que decir que me sacó una sonrisa que justamente señalaras a ese post.