miércoles, 25 de enero de 2012

Sobre series, peliculas, géneros, peras y manzanas, o el peligro de las comparaciones


Uno publica un par de opiniones en internet. A la gente le gustan. Uno publica algunas más, y aparecen  sugerencias y pedidos. “¿qué opinas de…?”, “recomendate otra”. Esta parte esta buenísima, porque te da ideas que de otra manera no se te hubieran ocurrido, y te mantienen escribiendo con regularidad: cuantos blogs conocemos que pasan por una etapa maníaca al principio y luego no se actualizan más. Créanme, mantener el ritmo es mucho más complicado de lo que parece.
Pero luego vienen preguntas que no queremos contestar. Preguntas que, o no tienen sentido o responderlas requiere de una mini serie de seis partes. Esas preguntas son las preguntas de comparación: ¿qué es mejor, el sub producto A o el sub producto B? Bueno, lo cierto es que en general, mas allá de que como dice en el encabezado del blog, aquí no hay opiniones objetivas, la comparación solamente funciona cuando se están comparando bestias de la misma especie, si no, como se dice, estamos comparando las peras con las  manzanas.
Y no me refiero a las comparaciones inter-genero, de por si imposibles (¿te gusta más la película A o la serie B?), si no a las comparaciones intra-genero. Y esto es mayormente por que partimos de una premisa errónea, que es confundir al medio con un género. 


Aquellos lectores de comics -historietas o animación me van a entender fácilmente: “ah no, pero eso es para chicos”. No mami: que tenga dibujtos no significa que sea para chicos: las historias dibujadas son un MEDIO no un GÉNERO, por lo tanto pueden contar historias de cualquier tipo, para grandes, chicos; comédicas, dramáticas; relevantes, pasatistas. Esto se puede ir refinando y refinando y va a seguir siendo cierto: imposible comparar una serie dramática con una comedia. Imposible comparar una serie  drama familiar con una drama policial. Imposible comparar una serie drama familiar emitido por una señal de aire que uno emitido por una señal de cable.
El lenguaje es diferente, las reglas son diferentes, el objetivo de los creadores es  diferente. Por eso los premios de las distintas industrias suelen generar tanta polémica, porque o los hacen con categorías discretas tipo “mejor película”, “mejor drama/mejor comedia”, como hacen las academias de cine o TV; o se ponen absurdamente segmentados con 350 categorías que no le interesan a nadie, como hace la academia de la música grabada, que entrega premios Grammy a “mejor disco de música folklórica latinoamericana no mexicana grabado en los EE.UU editado en formato vinilo pero no cassette” .

Volviendo al punto: es muy difícil, si no imposible comparar y no quedar como un idiota. ¿Es mejor Mad Men o Breaking Bad? Son las dos geniales, pero total y completamente diferentes, y según las sensibilidades del televidente, disfrutara mas una que la otra. ¿Dirías que The Sopranos es la mejor serie dramática que alguna vez se haya emitido? Bueno, ¿con que la estamos comparando? ¿En la lista están Thirtysomething, Hill Street Blues y The Prisoner  también? Y ni hablar de las comedias… no intenten comparar Seinfeld con I love Lucy, porque no van a llegar a ningún lado. Para que las comparaciones funcionen, hay que hacer algunas categorizaciones mas especificas, y aun así tramposas, porque generalmente vamos a llegar a la conclusión que el Producto A es en realidad una versión, hasta tal vez mejorada, del Producto B que vino antes. ¿No son todas las sitcoms una versión de Lucy, al fin y al cabo?
Podremos entonces tal vez comparar a Seinfeld con otros productos semi contemporáneos de un registro similar, llamese Curb your enthusiasm o Arrested Development, pero no con Friends o The Cosby Show.

No hay, por supuesto, un manual de estilo que diga que cosas son validas de compara unas con otras, y uno trata de aplicar algo de criterio: normalmente en mis comentarios sobre Modern Family suelo traer puntos de comparación con Friends. Si bien las separan abismos (presencia/ausencia de risas grabadas, historia familiar/historia de solteros veinteañeros, estudios/exteriores) apuntan a un objetivo similar: una comedia que aparenta ser para toda la familia pero con toques cínicos, pero nunca tanto como para dejar de lado la parte sentimental. Algo sobre la taquigrafía utilizada para crear los personajes también permite hacer paralelos: Claire Dumphy ES Monica Geller, y Phil Dumphy es una extraña mezcla de Phoebe Buffay menos espacial y Joey Tribbiani menos sexuado.  ¿Es una mejor que la otra? No lo se, ni lo quiero decidir, pero por lo menos puedo trazar paralelismos.
Mientras tanto, vayamos viendo caso por caso, dejémonos llevar por que nos gusta o no nos gusta, y confiemos en las opiniones de aquellos que comparten sensibilidades similares.

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