"Maybe you and I should go as a couple"
Si, cuando el tiempo pase, Mad Men nos deja un solo icónico legado, seguramente va a ser la imagen imborrable de Don Draper y Joan Harris. Ellos dos, en una foto, encapsulan todo lo que tenemos que saber de la serie, ya ingresaron al panteón de la cultura popular.
Pero al contrario de Maddie y David, Sam y Diane o Ross y Rachel, la diferencia es que Don y Joan nunca fueron una pareja, y nunca fue una subtrama de la serie que pudieran serlo. ¿Fans pidiéndolo? Siempre. ¿Una idea comercial poderosa? Seguramente. Pero lo más cerca que estuvieron de “algo”, en la temporada 4 cuando Joanie le dio un casto piquito en la entrega de los Clio, fue también la más clara demostración que el vínculo que los une es otro muy diferente, de dos personas que tácitamente se conocen, saben que esperar del otro y que seguramente seguirán unidos por una larga y fuerte amistad.
Ante el muro de silencio que impone Mathew Weiner a su elenco para que no se revele detalle de la trama de la temporada, el único atisbo que se llegó a dar fue que tal vez este fuera el año del acercamiento de Joan y Don. Justamente por ser tan obvio como táctica de distracción, nadie lo tomó demasiado en serio. Bueno, este fue el episodio de “algo entre Don y Joan”. Pero, ¿qué fue ese algo?. Fue la increíble química entre dos actores, dos de los más bellos especímenes de la raza humana que en cualquier fantasía tendrían que terminar revolcándose, justamente, no haciéndolo. Pero que por tensos minutos, podrían haberlo hecho. Y si no pregúntele a Megan. O a Roger, si se imaginara lo que pasó/podría haber pasado.
Como cada vez que pasa algo grande que involucra a dos personajes en Mad Men, la referencia sigue siendo el episodio The Suitcase, donde se nos desnudaron (metafóricamente, claro) Don y Peggy. De la misma manera, esta vez ese pas de deux fue entre Don y Joan, Hamm y Hendricks, mostrando todo lo que tienen para mostrar y dando clase de como hacerlo. La historia es sencillísima: ante la noticia de que Greg le está pidiendo el divorcio, por primera vez en cinco años de serie, la vemos a Joan perder su compostura a prueba de balas. Don lo detecta al minuto, y la saca a Joan. Su aventura incluye hacerse pasar por marido y mujer (con hijos “4 en total”. Joanie puede estar alterada pero jamás pierde el sentido de la ironía), manejar un Jaguar y tomar mucho alcohol en vísperas de navidad en el bar de un hotel. Y demostrar cuanto se conocen y se respetan estos viejos compañeros de varias guerras.
Dudo que veamos más que lo que pasó, si algo aprendimos es que Weiner y compañía se especializan en ir en contra de las expectativas del público.
Eso también parece que aplica a la decadencia y posible muerte o suicidio de alguno de los personajes que se viene presagiando desde el primer episodio. Claro que no va a ser Peter! Va a ser Lane, quien cometió probablemente uno de los actos más imperdonables en su medio. Cuando alguien detecte que esa firma es falsa...
Y en una tercera, y tal vez medio descolgada historia, el inesperado regreso de Paul Kingsey nos permite ademas focalizarnos un poco en el casi olvidado Harry Crane. Fue un lindo detalle remontar a que estos dos personajes fueron presentados como un par desde el primer episodio, salvo que a uno le llegó el éxito profesional por subirse al tren de la TV antes que nadie, y al otro le pegó su propia pretensión por el peor costado y ahora es Krishna. El patetismo ante la imagen de Paul fue poderoso, y sirvió además para agregar algunas capas al personaje de Harry y para que la segunda mitad de los 60 nos pegue una cachetada con todo desde los Hare Krishna hasta Star Trek.
Quedan tres episodios, y las cosas parecen ir precipitándose, estamos atentos a ver que pasa.
Algunas observaciones al paso:
- Roger sabe! Por supuesto que era esperable que se hubiera dado cuenta que Kevin Harris es en realidad su hijo, pero fue una sorpresa que lo discutiera tan abiertamente con Joan.
- Las últimas dos veces que una secretaria fue identificada por nombre tan tempranamente, terminamos con Jane Sterling y Megan Draper. Demasiado foco en esta chica Scarlett, esténse atentos.
- De la misma manera que la internet hoy se partió en dos con especulación sobre Don y Joan, tengo más de un amigo escribiendo fan fiction basada en el abrazo entre Harry y Paul...
Toda la secuencia entre Don y Joan, desde el exabrupto en la recepcion hasta las flores de parte de Ali Khan, fue absolutamente maravillosa y, como decis vos, pasa al legado de la cultura popular para la posteridad. Jon Hamm es muchisimo mas buen mozo cuando sonrie, y sus cara de picaro con el sombrero sobre la frente fue para comerselo. Comparemos su expresion en el bar con la cara de orto durante la obra teatral y mas tarde de vuelta en casa.
ResponderBorrarMegan pasa de ser 'likeble' a 'unlikeable' y de vuelta otra vez de un episodio a otro, me pregunto por cuanto tiempo mas Don va a seguir soportando sus pendejadas.
Me gusto ve a Paul y lamento que siga tan perdido, tenia cierto potencial de auto-conciencia pero se ve que la vanidad prevalecio.
Ay Lane, que mal te veo. De todos modos es bastante patetico como persona, es un paso adelante mas en el espiral descencente.
Gabriel
La belleza de Hamm y Hendricks es hipnotica, y el secreto es que ademas el sixties drag les queda tan bien a ambos!
BorrarEn cuanto a Megan... no estoy seguro si es pendejada. Megan esta bien en control y ya ha quedado establecido que es la primera mujer que logra que Don haga cosas contra su voluntad. Lo que si, el "malentendido sexual SM" fue impagable (y un buen call back al primer episodio de la temporada), pero tambien creo que dejo desnudo los limites de la manipulacion Megan/Don.
En cuanto a Paul, algo me dice que no es la ultima vez que lo vemos. Ahora que se pongan las pilas y aparezca Sal. Stonewall esta a la vuelta de la esquina...
Concuerdo, espero que Sal tenga una aparicion antes del final de temporada. Seria bueno ver si ha aprovechado la relativa liberalizacion propia de la segunda parte de la decada.
ResponderBorrarDon't get me wrong, me gusta Megan y me parece uno de los personajes mas genuinos y fieles a si mismo de la serie, mi problema es que sus reacciones (la mayoria de las veces justificadas) toman la forma de un berrinche infantil, lo que hace dificil tomarla en serio a veces.
Tres episodios para el final, no quiero que se termine tan pronto.
Yo lo veo a Lane en los próximos capítulos como a Raskolnikov, el protagonista de Crimen y Castigo de Mister Dostoievski. No sé si llegará vivo a que descubran la firma falsa o si su conciencia será más fuerte que él. Lane es un hombre de bien que derrapó en su propia área.
ResponderBorrarA mí Megan me da la misma sensación que a Gabriel: berrinche infantil, incluso con patadita contra el piso. Claro, tiene unos cuantos años menos que Don e inevitablemente reacciona como una niña. Creo que su exageración en el enojo es porque sabe que no perdonaría una infidelidad. La simple sospecha de que Don la engaña, la enfrenta al divorcio inmediato. Y el fin de los privilegios de ser Mrs Draper...
Sí... esa escena de Jon Hamm con el sombrero y su deliciosa sonrisa... exquisito.