La foto que ilustra esta
nota es una de esas tomas que resumen un programa de TV, una película, una situación.
Sin palabras nos dicen todo lo que nos tienen que decir.
Para los que no tuvieron
la suerte de verla, es la toma que cierra el que a mí entender es uno de los
mejores episodios de todo Mad Men: The Beautiful Girls. Antecedente directo
de muchas de las líneas argumentales que luego se desarrollarían en la
temporada 5, es probablemente uno de los episodios mejor dirigidos y mejor
diseñados (hay otra escena, un poco antes de esta, donde todas las mujeres
clave del programa – Joan, Peggy, Sally, Betty, Faye y Megan– están por primera y única
vez en la misma habitación, cada una habitando su mundo propio al mismo tiempo
que el compartido que también es imperdible, pero que no se encuadra dentro de
lo que quería contar hoy).
Traigo esta toma porque
lo que la hace funcionar es que está encuadrada en un ascensor, y como Matthew
Weiner comenta, el ascensor fue un protagonista excluyente en esta
temporada. Hay algo acerca de los ascensores como recurso dramático que sirve
como disparador múltiple: el confinamiento, la intimidad o la falta de
intimidad según quienes estén adentro. Y
como se menciona en el artículo, el efecto “telón” que las puertas de un
ascensor automático tienen tanto para quien está adentro como para quien esta
afuera del mismo.
El ascensor también puede
ser una metáfora, de subida o bajada social, de ascenso al cielo o descenso al
infierno, puede funcionar como metáfora sexual. O el hueco de un ascensor vacio
puede ser tan polisémico que si buscan las interpretaciones que hay dando
vueltas al episodio de esta temporada Lady
Lazarus, cuando se abren las puertas sin el ascensor y Don mira por el agujero al vacio, pueden pasarse una larga
temporada.
Pero toda esta conversación
sobre ascensores en series de TV me remitió a otro gran uso de los ascensores
que tengo en la memoria: en Moonlighting.
A veces nos olvidamos lo
importante que fueron Maddie y David en la conciencia popular hace unos 25
años, lo icónico de la serie, como no habría “Die Hard” si Bruno no
hubiese pasado primero por la tele. Y uno de los motivos por lo que es
importante es por los riesgos que tomaba, desde esa mezcla de drama y comedia
que ahora damos por descontada pero que era impensable en los ochenta, hasta
esos diálogos a quemarropa y superpuestos de los cuales gente como Aaron Sorkin
ha hecho una carrera. Y porque el ascensor del edificio de las oficinas de Blue
Moon Detective era tan protagónico como Willys y Sheppard. Confesiones, remates
de chistes, puertas que no se abren cuando debieran o que lo hacen demasiado rápido,
quedarse con la última palabra, perseguir a alguien antes que se escape… todo
por un pasillo desembocando en un ascensor.
Esto era claramente un
recurso de la serie, y para ilustrarlo, abajo les dejo el video oficial de la canción
de la serie, donde aparte de unas escenas de la misma, la mejor manera que
encontraron de decirnos ‘este es el video de la canción de Moonlighting’ es usando las puertas del ascensor como recurso.
¿Cuáles son sus usos de
ascensor favoritos en series y películas? Son las del cine catástrofe? ¿El que
lleva al piso 7 ½ de Being
John Malkovich? ¿Los huecos de ascensor donde murieron Rosalind Shays
en LA Law o el Dr Drake Remoray en Days of our lives dentro de Friends? ¿El ascensor de sangre de El Resplandor? ¿La escena del ascensor
de Inception? ¿O algún otro ascensor
que ahora se me está escapando?
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