Todos tenemos una película
favorita. No la que consideramos "la mejor" o "la número
uno". Es esa a la que no nos podemos resistir. La que sí está en la tele
TENEMOS QUE VERLA, la que tenemos en casa probablemente en múltiples formatos.
La que le conocemos los diálogos de memoria. La que compartimos con amigos,
novios, familia, lectores. Esa película es para mí Cuando Harry conoció a Sally, y es por esta película que descubrí
quien era Nora Ephron y porque le dedico esta columna, una apreciación y una
despedida. Nora le puso las palabras a Harry y a Sally, pero no sólo eso: según
todos los involucrados, Nora ERA Sally. Y hay pistas de que es así en varios
lugares.
Verán, aparte de guionista de excepción y astuta
directora de comedias románticas, Ephron era una brillante escritora y
columnista. Su trabajo apareció en algunos de los principales medios periodísticos
de Estados Unidos desde mediados/fines de los sesenta. Allí fue donde conoció a
Carl Bernstein (sip, uno de los periodistas del escándalo Watergate), con quien
se casó y tuvo dos hijos.
El amigo Carl la hizo varias veces
cornuda, y Nora aparte de divorciarse escribió una simpática novela, mezcla de apenas
disfrazada autobiografía y libro de recetas de cocina llamada “Heartburn” (literalmente, ‘acidez
estomacal’). La protagonista de Heartburn,
la “Nora vicaria” se llama Rachel Samsat y es una proto versión literaria de
Sally Albright (y hasta cierto punto de Marie, el genial personaje de Carrie
Fisher en la película), habiendo hasta ciertas cosas puntuales como frases
enteras y la manera de pedir en los restaurantes que salieron de ahí. Rachel, por supuesto, fue luego famosamente encarnada en el cine por Meryl
Streep en la película del mismo nombre, conocida en Argentina como “El difícil arte de amar”, con un
desagradable Jack Nicholson impecablemente tomándole el pelo al desagradable
Carl Bernstein.
En los 2000, y en vista de la fama de Nora como
guionista y directora, varias de sus columnas más actuales fueron publicadas en
forma de libro en dos colecciones I feel
bad about my neck y I remember
nothing, que no puedo más que recomendarles, y que sin son fans de Nora o
de Sally no se pueden perder para tener una idea de que paso con Sally “después”.
Meryl y Jack como casi Nora y Carl en Heartburn |
Ayer, un poco en serio, un poco en
broma, se comentaba sobre que iba a hacer ahora Meg Ryan, quien colaboró en
cuatro proyectos con Ephron (tres de ellos los discutiblemente más populares de
ambas: Harry/Sally, Sleepless in Seattle
y You’ve got mail), pero otro detalle
es que Ephron tenía un imán para el talento asociado y generaba largas y fructíferas
relaciones con ellos. La primera que me viene a la mente, más que Ryan, es
Meryl, quien protagonizó la primera película que Ephron escribió (junto con su
hermana y frecuente colaboradora Delia) Silkwood.
Si no vieron esta película, tienen que hacerlo ya. Meryl, como ya dijimos, fue
una casi-Nora en la pantalla en Heartburn
y protagonizó la última película que escribió y dirigió, Julie & Julia. Meryl era además amigota, y formaba parte de esa
elite de la costa este norteamericana, junto con la ya mencionada Fisher y
Penny Marshall. Otras chicas del club: Carly Simon, que hizo la canción de Heartburn (Coming around again, tan difundida en ciertas radios) y la bella banda de sonido del debut como
directora de Nora, This is my life.
Esta película estaba a su vez protagonizada por otra amiga, Julie Kavner (si,
la voz de Marge Simpson) y ambas fueron frecuentes colaboradoras secundarias
con Woody Allen. Nora de hecho tiene un pequeño cameo en Husbands and Wives como actriz, haciendo de una ácida intelectual
(no es difícil imaginarse que se comportaba de esa manera en la vida real) en
una fiesta que baja de un plumazo a la astrología y a la nueva novia del
personaje de Sydney Pollack con dos o tres bien puestos sarcasmos.
Nora con Julie Kavner |
Ayer también un amigo me comentaba
el impacto que la muerte de Ephron había tenido en la comunidad gay, y
consultaba si se estaba perdiendo algo. Creo que no, que los motivos por los
cuales siempre tuvo tanto seguidor fue por los un motivo de sentimentalidad
(digamos, falta de miedo por conmoverse con una película, aun si se trata de la
mas básica de las comedias románticas) y algunos de los mejores personajes
femeninos que se hayan escrito, fueran de la vida real como Karen Silkwood y
Julia Child, como ficticios, como Sally Albright - neurótica pero confiadamente
discutiendo sus orgasmos en público-, con los que era tan fácil identificarse.
No estoy obviando que mucho de su
carrera, especialmente como directora, dejó bastante que desear, pero creo que
nadie puede quitarnos esas geniales palabras que siempre puso en boca de sus
personajes.
Y del mismo modo que en algún momento
memorice los diálogos de Harry y Sally (de todos los personajes de Harry y
Sally, valga la aclaración), si algún día me toca representarla, todos saben
que haría una fantástica Marie: “I know, I know, he’s never gonna leave her”.
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