“If you can get this guy to believe it,
you can get that guy to believe it too”
Hay un fenómeno que se da entre los
comentaristas de Game of Thrones que es el de, en caso de los lectores, hasta
que punto ahondar en aquellas cosas que eran predecibles o que tienen
implicancias seguras para el futuro. Eso, claro, dio nacimiento a los comentarios
para lectores/no lectores y varios tipos de debates accesorios. Viendo el
Masters of Sex de esta semana, un poco me sentí en el rol “del lector”, en este
caso de la biografía que es el material de origen de la serie, mucho menos
popular, por cierto, que los libros de Martin.
De la misma manera que el episodio pasado
tenía que movernos adelante en el tiempo y ponernos en autos sobre lo que pasó,
este genera un nuevo status quo y sienta las bases no sólo para el resto de la
temporada, sino probablemente también para los próximos años de la serie.
Ya había mencionado la semana pasada como
es que la clínica Masters & Johnson finalmente se hizo rentable, y lo que se podía leer entre líneas ahora es
bien explícito: tratando la disfunción sexual. Como de costumbre, es el impulso
de Virginia el que está detrás de esto, con el escepticismo de Bill, aunque
afortunadamente se decidieron a resolver todo en el episodio en lugar de
estirarlo innecesariamente un par de semanas más. Esta historia sirve además para
unir la problemática de Barbara, de (inesperadamente) Lester, de recurrir a la
siempre bienvenida sabiduría de la calle de Betty, con esto establecer de
manera firme la necesidad de incorporar el tema psi y de esta manera instalar
el tema de las credenciales profesionales de Virginia, su necesidad, la
reticencia de Bill a que las consiga y como superar este escollo. Este último
punto es clave en la relación Bill-Virginia, y es todo lo que voy a decir (por
ahora) al respecto.
También “arrancado de la vida real” es la
necesidad de la clínica de tener un “board of directors”, que interesantemente
va a ser clave para la historia varios años más adelante. Una serie con alta
confianza en su futuro es la que planta semillas de historias que no se van a
tocar probablemente en años.
Esta semana también se instalan otras dos
historias (tres si consideramos la de Langham que voy a comentar en las
Observaciones) que marcan el futuro de la serie y sus personajes: por un lado
la de Libby y la reaparición de Robert, dándole finalmente algo de sentido a
los abundantes minutos sin ninguna dirección que le dedicaron en la primera
mitad de la temporada. No puedo evitar ver un poco de costado toda esta
historia en base a los antecedentes, espero sorprenderme.
Y la historia final es la de Frank, quien
es revelado como el hermano de Bill hacia el final del episodio. Voy a ser
sincero, hasta esa última escena, creí que se hacía referencia a otro amigo de
la infancia de Bill, alguien que fue como un hermano para él, y que su familia
jugó un papel vital cuando los Masters lo “abandonaron” y que será el
catalizador, en décadas por venir, del final de la relación M&J. Ni como
lector ni no lector tengo la más mínima idea de la dirección que puede tomar
esta historia, salvo, en el contexto del episodio, de ser una relación “en
espejo” más a las que alude el título, tales como la de Barbara/Lester y
Libby/Ginny.
Este no fue un gran episodio de MoS como
lo fue el de la semana pasada o Fight, pero fue un muy sólido episodio, que
además cumple la necesaria función de sentar las bases para el final de la
temporada. Seguimos mirando.
Algunas observaciones al paso:
- Suelo tener muchos problemas con la lectura de escuela secundaria que hacen algunas series de Freud, es refrescante ver que por lo menos MoS en boca de Virginia, resultan más astutos.
- Lo que sí, digamos que la aproximación “no tradicional” al saber freudiano de Ginny es discutible, como mínimo.
- Todo lo que tenga que ver con Cal-o-metric me parece medio inútil, que Kent Underley se muera durante el “turno” de Bill en el hotel, innecesario, y como excusa para traerlo a Langham más cerca, forzado. Que M&J lo contraten de una vez en la clínica y a otra cosa.
- Al igual que Betsy Brandt, a quien finalmente le están dando algo para hacer, es siempre un placer ver a Peri Gilpin en una serie.
- La referencia a la necesidad de tratar “parejas casadas” que se deja caer puede ser importante en el futuro cercano. Buena manera indirecta de introducir el tema.
- Nuevamente tengo que alegrarme por el uso del estudio como trasfondo, ya sea en el montaje inicial, o como telón a la elegía de Lester para su padre (nuevamente, Ginny y su preferencia por los medios audiovisuales salvan el día )
Me gusto mucho este episodio. El contrapunto entre Barbara y Lester me parecio inteligente y bien logrado, sobre todo en relacion a la hipotesis inicial de Virginia: que hay un "espejo" entre las disfunciones masculinas y femeninas. La actuacion de Betsy Brandt en todo el episodio fue genial, sobre todo cuando confiesa el insesto. Y los "gajes del oficio" de Betty me hicieron me reir mucho. Sobresaliente esta segunda temporada.
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