Porque cuando moves el culo, es lo primero que notan, y algunos errores se cometieron para quedar.
George Michael, filósofo contemporáneo
George Michael, filósofo contemporáneo
“Hazte fama
y échate a dormir” es un refrancito mala leche, porque tiene dos implicancias
bastante negativas: hacé algo bien y dormite en los laureles o, una vez que te
mandaste una cagada, es irremontable. El mundo de la música está lleno de
historias donde esto se aplica, desde esa gente que tuvo un momento brillante
en su carrera (una etapa imperial, digamos) y luego no volvió a pegarle una
pero siguen robando con sus pasadas glorias, o al revés, gente que cometió algún
error temprano, y luego pasa una vida tratando de levantar el muerto. La frase
de George Michael que cito más arriba es de su clásico Freedom 90, que
justamente narra lo complicado de estas transiciones, de las cuales él cayó más
o menos bien parado, tenido todo en cuenta. Pero George es la excepción y no la
regla.
Empecé por acá
porque tenía ganas de hacer una apreciación de un disco “maldito” pero que en
ciertos ámbitos (digamos, mi círculo de amigos) es considerado un clásico:
Queer de los Thompson Twins. Los TT, claro, tuvieron su momento de gloria unos
siete años antes a la salida de Queer, a mediados de los 80, con canciones de
ligero corte teeny bopper y una imagen demasiado telegénica como para ser
tomada en serio: Tom Bailey clásicamente buen mozo con su ridícula colita roja;
un integrante de origen africano y una mujer, cuando ninguna de las dos cosas
se consideraban diversidad sino “truquito de marketing”; y una presentación que
derivó rápidamente en payasesca. Las sólidas credenciales de Bailey como autor
de canciones y músico nunca trascendieron más allá del círculo de revistas “muso”
(de apreciación de los “músicos serios”), y para el final de los ochenta eran básicamente
un chiste.
Tuvieron un
intento de reinventarse con el álbum Big
trash (gran nombre, pero en lugar de ironía se prestó para el chiste fácil) y
el hit menor Sugar Daddy, que los encontraba en nueva compañía discográfica y
un hasta entonces raro éxito en un mercado que no les era el más familiar: la música
dance. Un poco frustrado, Bailey comenzó
a trabajar con el productor Keith Fernley y sacar discos dance casi anónimos,
con etiquetas blancas y atribuidas a un tal “Feedback max”. Uno de estos
cortes se llamaba Come inside y fue un
hit de cierta importancia en el pico de popularidad rave 88-89. Envalentonados
con este éxito, la Warner decidió sacar a la venta Come Inside en versión
cantada y correctamente atribuida a los Thompson Twins, solamente para verla
languidecer en los rankings. El álbum que la iba a contener, junto con otros
tracks de Feecback Max resignificados, titulado Queer aprovechando tanto a
homenajear a la poetisa favorita de Alannah Currie, Edith Sitwell y al momento político
de asociaciones LGTB militantes tales como Act Up y su campaña Absolutely
Queer, nunca salió a la venta en Inglaterra por miedo a que no funcionara.
Del otro
lado del atlántico, artista y compañía se negaron a dejarlo morir, y Queer fue
editado y promocionado de acuerdo a la campaña original (primero la disco antes
que la radio). El disco fue un fracaso, pero los cortes dance tuvieron una repercusión
inesperada. De hecho, quedaron tan aislados de la experiencia del álbum completa,
que el tercer corte, una canción ligeramente hippie Strange Jane, fue incluida
como un instrumental en la banda de sonido de la película Cool Word con el
nombre de Play with me y cortada como simple como Play with me (Jane). Es decir,
ni intenten buscar el álbum que contiene esta canción.
Una lástima,
porque el álbum completo es sumamente interesante, tanto cuando intenta
reproducir la experiencia rave en formato pop como en Come inside o Groove on,
como cuando es clásicamente pop como en Flower girl y Jane, o cuando intenta
una cosa más lúdica como en My funky valentine. Hasta se dieron el gusto de
hacer un track completamente experimental, el que le da el título al disco, que
es básicamente el poema del mismo nombre de Sitwell recitado por Currie sobre
una base psicodélica y que casi se adelanta dos años al freak pop que sería característico
de Bjork.
El fracaso
del disco no fue un mensaje perdido en Bailey y Currie que decidieron que el
estigma que los seguía no tenía que ver con la calidad del material que estaban
colocando en el mercado, si no con la marca “Thompson Twins”, y fue lo último
que hicieron con ese nombre. A partir de entonces comenzaron a presentarse bajo
el nombre de Babble, dedicándose al dance y la electrónica, con éxito moderado
y buena respuesta de la crítica, y sólo los fans y conocedores sabían de
quienes se trataba en realidad.
Actualmente
Tom hace música para películas y televisión, produce artistas con mucho éxito,
y hasta tiene un proyecto multimedia experimental con el astrónomo y artista José
Francisco Salgado, mientras Alannah se dedica a la política feminista y ecologista
en su Nueva Zelandia natal, alternando con algunos experimentos en las artes
visuales muy bien recibidos. Como lo mencioné en algún otro lado, fueron
durante bastante tiempo pareja, y ahora cada uno rehízo su vida por su lado.
Queer hasta
hace poco se conseguia en bateas de oferta, una gran oportunidad de hacerse y
disfrutar del mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario