viernes, 17 de mayo de 2013

Hay una discoteca por aqui: sobre el show de los Pet Shop Boys en el Luna Park

Foto discotequera cortesia de Ruben Gauna

Cuando en 1988 los Pet Shop Boys salieron de gira por primera vez (en lo que ahora se conoce, en retrospectiva, como Highlights, dado el nombre del video documental de la misma), en el medio del show hacían un intervalo (todavía estaban más del lado del teatro que del concierto de rock) y pasaban a todo volumen su experimento acid house The sound of the atom splitting. La intención era que “la gente se levantara de los asientos y bailara descontrolada en los pasillos”. Nunca sucedió.
Probablemente era una idea adelantada a su tiempo, lo que no quita que veintitantos años después lo sigan intentando, esta vez, con un poco más de éxito. Es que verán, luego de la debacle Elyseum, los PSB, nunca temerosos de barajar y dar de vuelta, salen de gira ostensiblemente para borrar ese mal trago y a apoyar a su clásico disco de recuperación (no es la primera vez que tienen que hacerlo), el aun no editado Electric.
Y de ahí viene mucha de la sorpresa, mayormente agradable, de lo que vivimos en el Luna Park este jueves: un show prácticamente sin baladas, con una puesta que más que resaltar lo que pasaba en el escenario intento transformar el Luna en una enorme discoteca, y lo logró. Saliendo de la perplejidad inicial de una larga intro instrumental (de un tema desconocido) más una segunda intro instrumental, ahora con Axis, el primer corte de difusión de Electric, con el que el público ya está familiarizado, y las primeras canciones del show cantadas por detrás de una pantalla que semi-ocultaba a los músicos (esta vez, solo Tennant y Lowe con un par de poco destacables bailarines ocasionales), las cosas se fueron caldeando lentamente. Para Suburbia, el público ya había entendido, y para cuando empezaron a estrenar canciones de Electric como un DJ tirando pistas nuevas, era imposible quedarse quietos. Por largos tramos, el efecto concierto-discoteca funcionó mejor que muchas experiencias de discoteca propiamente dichas.
Y aquí el gran mérito: cualquiera pone a bailar a miles de personas con Always on my mind, pero hacerlo con canciones nuevas y desconocidas, una oscura cara B (la magnífica I get excited, you get excited too), o algún álbum track olvidado es mucho más notable. Sabrán disculpar el no reconocer los nombres de las nuevas canciones, salvo la ya mencionada Axis y Thursday, un futuro clásico que cuando leímos que contenía una participación del rapper Example todos temimos los peor y resulta ser de lo mejorcito que han hecho en mucho, mucho tiempo.
Para el final, luego de los bises y recontrabises, se dieron el lujo de cerrar con OTRA canción nueva. A ver si nos entendemos: el último bis, el que tiene que ser Satisfaction, Like a prayer o Rio, fue una canción nueva, y no había una persona quieta o sin sonreír en todo el estadio. Nos podríamos haber quedado todos bailando por el resto de la noche.
Bien jugado, Pet Shop Boys, bien jugado. 

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