Contexto:
Si hay una serie clásica, reconocida en su momento y revalorada más aún con el paso de los años es la Justice League International de Giffen y DeMatteis. Lo que los autores hicieron fue tan radical (básicamente, transformar al título “premier” de la DC en una sitcom poblada de segundones) que el mundo no tuvo más que detenerse y mirar. Tan popular era, que hasta le hicieron un spinoff escrito por los mismos autores, situado en Europa y con un tono un poco más “serio”. La serie nunca levantó como la original, y una de las maneras de alinearlas fue haciendo un crossover entre ambas series, llamado The Teasdale Imperative.
Como suele pasar en estos grandes eventos, hay consecuencias, y en este caso fue un ataque casi mortal sobre la persona de Power Girl.
Justice League Europe (1989):
La narrativa de comics moderna, especialmente en lo que es manejo de revistas de grupos con grandes elencos, fue inventada tal como es, por Chris Claremont en sus largos años escribiendo a los X-Men, y modificada mínimamente desde entonces. Lo que Claremont incorporó fue la vida personal de los personajes, el teleteatro, y era su costumbre, luego de cada mega evento, dedicar por lo menos un número a analizar las consecuencias personales del mismo, y a alivianar un poco el ambiente (los X-Men jugando al softball son uno de los top 5 tropos comiqueros). Traigo esto a colación, porque este número es un poco así, un ver que pasa con la JLE luego de la Teasdale Imperative.
La acción gira alrededor de la gravedad de las heridas de Power Girl y un dilema que es raro que no surja más seguido en los comics de super heroes: cómo se hace para operar a un personaje invulnerable. En este caso, mientras todos parecen congelados sin saber que hacer, Sue Dibny, esposa del Elongated Man y casi miembro del grupo por matrimonio, decide que la única manera de tratar a alguien invulnerable, es con otro invulnerable. Agarra el teléfono y lo llama a Superman. Lo que Sue hace es completamente lógico, aunque media liga se le tire encima, y el encanto del personaje, aparte de su proactividad, es su convicción para defender sus acciones, no importa si su interlocutor es el Captain Atom o el mismísimo Batman.
Hablando de Bats, tiene un cameo confrontando a otro miembro de la JLE, Metamorpho, con quien tiene una larga historia, y nuevamente, para hacer algo lógico: si Metamorpho estaba muerto y revivió...cómo pueden confiar en él como si nada hubiese pasado.
La tercera historia es una larga charla de aclaración de tantos entre Elongated Man y Wally West, el ya no tan nuevo Flash. Verán, Ralph (Elongated Man) era el mejor amigo de Barry Allen (el Flash anterior), y no puede dejar de ver a su compañero de equipo como un impostor o arrivista. Ese diálogo, entre lo que más allá de las chicanas son viejos amigos o casi un tío y un sobrino (Ralph lo conoce a Wally desde que tenía 10 años, después de todo), no sólo enfoca sobre un tema pendiente en la serie, sino que además está magistralmente escrito por el nuevo guionista de los diálogos de la JLE, William Messner Loebs, que como ya vimos, escribía la serie de Wally en esos años.
Loebs no era la única novedad en este número, sino también los lápices de Art Nichols, que normalmente era el entintador, sobre los lápices de Bart Sears. Sears en ese caso entinta a su compañero, y esto funciona especialmente, dado que Sears era más “extremo” y Nichols más tradicional, prestándose más al tono intimista de estas páginas.
Y de todas ellas, rescato la última página de diálogo interior de PG, recuperada gracias a su “primo”, y con sus poderes altamente reducidos, pero alegrándose de ser simplemente estar viva.
Contexto posterior:
JLE pasó algunos años más buscando su “voz”, con DeMatteis siendo reemplazado por Loebs y luego, de manera un poco más permanente, por Gerard Jones, siempre con los plots de Giffen y el arte de Sears como constante. Este fue el comienzo de los años “poderes reducidos” de Power Girl y sus discutidísmo traje blanco y amarillo (del que soy fan), otro producto tardío de la Crisis, del que más tarde nadie se acordaría, como pasa con casi toda esta interesante, si no del todo innovadora, serie.
Años más tarde, Sue Dibny fue innecesaria y poco dignamente asesinada, y su personaje retroactivamente ultrajado, en lo que se puede considerar el comienzo del fin del Universo DC tal como lo conocimos: Identity Crisis.
El traje en cuestión |
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