Cuando hace unas semanas publiqué mi comentario sobre Electric, el último álbum de los PSB, me cayeron comentarios, más en persona que en el blog, y se armaron amistosas polémicas no tanto sobre cuáles eran los discos buenos o malos de la banda (en eso estábamos todos bastante de acuerdo) sino más sobre los que califique como “fallidos”.
Esto me dejó pensando, de buena manera, y acompañado por dos sucesos aislados (mi entusiasmo por Electric y haber recomendado a alguien la escucha de Please), y me puse a hacer un ejercicio de re escucha de la discografía completa (en álbumes) de los PSB, en orden cronológico y de los discos completos (este material está en rotación constante en mis playlist, pero en canciones aisladas, y con el gatillo rápido en el “forward” cada vez que cae uno de los momentos que me parecen menos felices) para ver si reafirmo o cambio algunos de los preceptos.
El objetivo de esta escucha era ver que tan en sintonía estaba mi memoria emotiva sobre los mismos (en la cual se han basado todos mis comentarios que los mencionan en este blog, que son muchos lo que me llevó a crear una categoría propia de clasificación que se llama PSB) más que escribir una nota para el blog, pero el haberme sorprendido con algunos de mis propias contradicciones y re evaluaciones me llevó a escribir esto. Esta nota promete ser larguísima, ténganme paciencia.
Además, por motivos completamente arbitrarios, voy a comentar en 3 categorías: Álbumes, Disco y Recopilaciones (y voy a argumentar como la serie Disco ya tendría que andar por el número 6 en lugar del 4)
Álbumes
Please (1985)
Hay una distorsión clásica al evaluar Please que tiene que ver con lo inusualmente fuerte de lo que es lo que era su “Cara A”, que incluye sus 4 impactantes singles de apertura en secuencia, 3 de los cuales son, discutiblemente, las canciones que inmediatamente se asocian con el nombre Pet Shop Boys: West End Girls, Opportunities y Suburbia. El cuarto es Love comes quickly, esa maravilla que da cuenta mejor que ninguna otra de este “momento PSB”. Hablar de estas 3 o cuatro canciones en contexto del álbum es complicado, por lo escuchadas y repetidas que se encuentran (sin ir más lejos, su primer compilado Discography abre directamente con las cuatro en el mismo orden). Por eso es que para evaluar Please hay que empezar por el final, o la segunda parte, esa cara B pensada como tal (probablemente la última o anteúltima vez que un álbum de los PSB se pensaría de ese modo) y que abre con ese “reprise” a Opportunities, que es y no es Opportunities: es, claro, porque tiene la misma intro y la misma melodía, pero el arreglo ya nos invita a que nos sentemos a escuchar... otra cosa.
La calidad de las canciones de esta segunda parte es uno de los mejores catálogos de Tennant y Lowe como cancionistas, y no es casual que hayan sido revisitadas a lo largo de los años o que sean las favoritas de los “fans famosos” de la banda: Tonight is forever en la dramática voz de Liza Minelli o Johnny Marr haciendo suya y re arreglando Violence en una perdida cara B. Cada canción, desde la indiscutible Later tonight (un tipo de experimento despojado que nunca más sería parte del catálogo “mayor” de los PSB), hasta las que en primera impresión son pasatiempos descartables y que en segunda, décima, centésima escuchada muestran todas sus capas de sentido y sutileza: I want a lover y Why don’t we live together, himnos mezcla de electro con ítalo y con el contenido lírico sobre relaciones que sería “descubierto” recién unos cinco años después por los críticos, pero que ya estaba ahí. Este conjunto de canciones perfectas, sumada a esos cuatro singles hace de este uno de los discos más coherentes y escuchables de punta a punta de cualquier artista en cualquier época. En el gran esquema de las cosas, si hay que ranquear toda una obra, no podremos ubicarlo más abajo que el segundo puesto... si no el primero, directamente.
Actually (1987)
El comienzo de la Etapa Imperial, y merecidamente así. Actually es la madurez del concepto Please y la definitiva profesionalización de los Pet Shop Boys. Con un grupo de cortes igualmente icónicos y efectivos (It’s a sin, What have I done to deserve this?, Heart y como perfecta contrapartida de Love comes quickly, la obra maestra que es Rent), y mucho mejor distribuidos pero sin nada tan coherente como la cara B de Please. Escuchar Actually hoy en realidad nos lleva a pensar que suena un poco “clínico”, frío, si se quiere. Hay una famosa (o infame) declaración de Neil Tennant poniendo a su banda en serie con los Beatles, partiendo de que la premisa que ambas hacían canciones de formato clásico adaptadas al ritmo propio de la época. Beatles al margen, esto lo vamos a comprobar en la discografía de los PSB una y otra vez (house, trance, electro-revival y hasta brit pop), pero en ningún caso es tan “escuchable” como en Actually, con su grabación digital de última generación y sus samplers que imitan tal vez demasiado bien una instrumentación estándar de la época (por ejemplo el “bajo” y la “batería” de Hit Music), dejando de lado alguno de los elementos más kitsch de la fórmula, pero que son parte integral de su sonido.
Estéril o no, todo es compensado con las canciones, nuevamente tan de pop perfecto que resultan irresistibles para otros artistas (Rent y Kings Cross, ambas en este disco, son las dos canciones más versionadas de todo el versionadisimo catálogo de los PSB). Se suma a esto una relevancia política intermitente en su carrera, pero siempre ácida, ya sea contra las políticas privatistas de Tatcher en Shopping o una de las tempranas reflexiones sobre los estragos de la epidemia del SIDA en It couldn’t happen here y la ya mencionada Hit Music (éste es seguramente el tema más recurrente y logrado de todo el cancionero PSB, como primera persona, observadores, viudos, o simplemente sobrevivientes). Difícil decir algo malo de un disco tan bueno, aunque probablemente, en escucha 2013, no tan bueno como lo idealizamos en la memoria.
Introspective (1988)
No hay más que ver la tapa de Instrospective, esas sólidas barras de color, estridentemente dialogando con los espacios blancos de las tapas de Please y Actually, para darse cuenta que en algún lado hubo un corte. Uno interno, con la banda siendo ahora parte del panteón pop por mérito propio, y otro externo, causado por la explosión del house, el acid house y la cultura rave.
Si leemos más abajo mi razonamiento sobre que hace de un volumen de “Disco” ser tal, tendríamos lo que podría haber sido, tranquilamente, Disco 2, y que probablemente escapó de ese nombre porque tendría que haberse llamado House (tempranos nombres barajados incluyeron House y At home). Introspective es un disco de house, pero de house a la manera Pet Shop Boys, con Trevor Horn y una orquesta de 100 músicos o un cover de Elvis metido en el medio, matizados con un muy discutido primer acercamiento “latino” que junto con su homoerótico video dio por concluida la carrera norteamericana de la banda.
Estas 6 canciones podrían ser tranquilamente un rejunte (nuevamente la lógica Disco) y sin embargo, es mucho, mucho más que la suma de sus partes: una remezcla de un hit, una cara B repensada, una apropiación de una canción escrita para otro artista, un cover y solamente una canción propiamente escrita para el proyecto. Claro que esa canción es Left to my own devices, que es la declaración de principios más categórica que se pueda imaginar para los PSB. Introspective no es un disco de medias tintas, es el “tiremos toda la carne al asador” de cada uno de sus elementos, sea ser más house que el house mismo, llevar las orquestaciones a 111, ser Miami sin pedir disculpas o nunca durar menos de 7 minutos por canción. La definición original de Etapa Imperial de Tennant incluye la expresión ‘self confidence’, auto confianza. No hay disco que tenga más confianza en sí mismo que Introspective.
Behaviour (1990)
Pocos momentos de la carrera de los Pet Shop Boys o de ningún otro artista generan tanto consenso como Behaviour, un disco que nos deja usar los términos “bello” y “maduro” y significar todo lo contrario que cuando se los aplica peyorativamente a Elysium (más sobre esto más abajo).
Behaviour abre, y se lo suele ejemplificar a partir de Being Boring, esa canción que se transformó, probablemente sin planearlo, en la que dice “esto son los Pet Shop Boys” y que da el tono a por lo menos la mitad de este álbum, desde las abiertamente pensadas como baladas To face the truth y Only the wind, a los experimentos teñidos de melancolía como My October Symphony o Nervously.
Fácil como es alabarlo, también es importante encontrar las imperfecciones de Behaviour, un disco que empezó queriendo ser algo (un disco de techno vintage grabado como en los 70) y que terminó siendo algo muy distinto. Y estas imperfecciones dejan lugar a ciertas esquizofrenias, como So Hard, probablemente lo único que quedó de la idea original, o el humor más craso de How can you expect to be taken seriously, que definitivamente no tendría que tener lugar en esta colección. Aun así, la mayor parte del álbum es tan bella y esta tan bien hecha, que todo lo demás son detalles menores, como que estas disonancias nos hacen apreciar aún más al resto (y vale agregar que disonancia al margen, So hard es merecidamente uno de los mejores singles de la extensa discografía PSB).
Behaviour cierra con Jealousy, una muy temprana canción que termina con una gloriosa orquestación que, como dijo algún crítico en su momento, parece decir “usted estuvo escuchando a los Pet Shop Boys”. También puede leerse, en retrospectiva, como el final de etapa: los PSB estaban a punto de dejar la “belleza” y la melancolía de lado y entrar en su segunda Etapa Imperial.
Very (1993)
Descargo: al contrario del 90% de la población, no soy fan de Very.
Very es, éxito comercial al margen, el disco más inmediato de toda la carrera de los PSB, un disco sin culpas de ser “arriba” y comercial, un disco, dicen los rumores, producto de la felicidad del enamoramiento. Al igual que mencione con la tapa de Introspective, hay algo en el packaging de Very qué nos dice ‘ESTO es ASÍ!’. Y el packaging del disco se refleja en el packaging de los músicos, que como reacción extrema a la melancólica ultra normalidad de Behaviour decidieron transformarse en personajes de caricatura, algo larger than life.
Very no tiene miedo de ser gay, en Can you forgive her? o To speak is a sin; no tiene miedo de ser feliz en I wouldn’t normally do this kind of thing o Liberation; y sobre todo no tiene miedo de ser camp al punto de la grasada, en Go West. Todo con unos arreglos bien europeos (continentales) y ‘noventas’, que parecen decirle al público que ya los había abandonado “miren lo poco que nos importa”.
Igual, del mismo modo que decíamos lo fácil que es perder la perspectiva de lo bueno que es Please en base a sus impactantes singles, es fácil olvidarse cuanto relleno bueno “hasta ahí” tiene Very: Young offender, One and one make five, One in a million y siguen las firmas, canciones que no están a la altura y que no se destacan más negativamente solamente por compartir el sonido homogéneo del resto del álbum.
Pero aun no siendo fan, es imposible no encontrar lo bueno de este disco, desde la perfección musical y lírica de Can you forgive her? a la acidez más filosa que nunca de la letra de Yesterday, when I was mad. Famosamente, la primera vez que se encontró con Brandon Flowers, Neil Tennant le preguntó cuál era su disco favorito de la banda, y sin dudarlo contestó Very. “ah”, retrucó Tennant, “sos uno de ESOS”. Bueno, hay gente de ESOS, y estamos los OTROS, hay que saber ubicarse en la escala para la apreciación de Very.
De todos modos, es la última vez que hubo consenso positivo con algo de toda la carrera de los PSB, a partir de acá nos metemos en terreno más espinoso.
Bilingual (1996)
Hay discos que idealizamos y cuando los volvemos a escuchar, intentando poner algo de objetividad, nos damos cuenta de lo flojos que son, y hay discos que demonizamos y luego descubrimos que eran mejores que lo que creíamos. Pongamos a Bilingual en esa segunda categoría.
El ‘mal sabor’ de Bilingual viene por su abismal segundo single, Se a vida e’, ese pastiche pseudo brasileño que no tiene lugar en ningún punto de la carrera de los PSB. Pero nótese que el pastiche es solo esta canción, y si bien el tono brasileño permea el resto del álbum (fascinación de Tennant y Lowe que nació en la gira DiscoVery, que los trajo por primera vez a Sudamérica), siempre es con muchísimo mas gusto, desde esa canción con dos caras que es Discoteca y Single (donde los tambores “murga” son un sampleo más, como podría ser un funky drummer o un grito de Loleatta Halloway) hasta la finísima bossa nova de It always comes as a surprise, una manera mucho más sutil de expresar la misma felicidad que caracterizaba a Very.
El problema de Bilingual entonces no es su brasileñismo (aunque los anglófilos y brazófobos fans de la banda, especialmente en Argentina, digan lo contrario), si no su inconsistencia, capaz de alternar la emotiva The Survivors (otra de las grandes canciones con el trasfondo SIDA) con cosas a medio terminar como Electricity. No hay más que ver la desastrosa elección de cortes (Before, el más intrascendente single de apertura de toda su carrera, A red letter day) para darse cuenta que había una completa pérdida de rumbo, y una necesidad imperiosa de un productor externo que orientara el producto final. Claro que tal vez no cualquier productor...
Nightlife (1999)
Nightlife, o que pasa cuando la atención de los músicos esta puesta en otra cosa. La “otra cosa” en esta caso es el musical Closer to Heaven, para el cual fueron compuestas la mayoría de estas canciones. Pensado como un entretiempo hasta su estreno, se recurrió a tres productores externos... y ninguno de ellos dio el resultado esperado (o si, si vas a contratar a David Morales no podes esperar otra cosa que una grasada como New York City Boy). Los otros dos son dos Armstrong: Craig y Rollo. Craig Armstrong es un pianista y arreglador, que colaboró varias veces con los PSB haciendo arreglos de cuerdas, y de hecho, cuando es esto lo que se pide de él, como en You only tell me you love me when you’re drunk, brilla, pero cuando tiene que hacer algo un poco menos distintivo, como en The only one o Vampires, achata todo el resultado. Rollo Armstrong es más conocido como Faithless, que es ese momento era EL productor dance, y no hace más que repetir lo que era su fórmula de casi-trance sobre un puñado de canciones PSB (la excepción es el extraño experimento de psicodelia de Boy Strange, que funciona justamente por lo extraterrestre que suena). Lo que en papel entusiasmó a más de uno (“Rollo produce a los Pet!”) terminó en fallido, nuevamente.
A esta altura, después de Bilingual, un disco desparejo no tendría que haber asustado a nadie, pero el tema acá es son las canciones, que funcionan en el contexto del musical, pero no tienen suficiente peso como álbum tracks, y no hay cantidad de Kylies que puedan rescatarlas (aunque es interesante, para culpar nuevamente a los productores, contrastar los arreglos de Closer to Heaven -el musical, no la canción- con los del disco, o los de los varios demos que fueron filtrándose a lo largo de los años que nos muestran un disco mejor que no fue). Por una cosa o por otra, se cierra un lustro de pifies, ahora si borrón y cuenta nueva.
Release (2002)
Hay cosas que no cierran. Uno no esperaría un disco acústico de Madonna, un álbum de rock de Barbra Streisand... o un disco indie-brit-pop de los Pet Shop Boys.
Todo en Release grita “en contra de las expectativas” desde las guitarras y baterías, hasta el extraño vídeo minimalista del primer corte Home & dry o el arte de tapa no hecho por Farrow (algo que sería la primera y la última vez que sucedería). Tenemos que pensar a Release como un experimento, y nada más, un experimento contradictorio (la banda se había pasado 15 años despotricando contra los artistas que incorporaban el “sonido en vivo” a sus discos) y un poco anacrónico (para el 2002 tanto el brit pop como el gobierno de Blair para el que había servido de banda sonora eran historia).
Dicho todo esto, Release es mejor disco del que se le da crédito, con algunas inteligentes canciones, y siendo menos “guitarrero” de lo que nuestra memoria emotiva nos recuerda (solamente I get along es, en retrospectiva, el único “homenaje a Oasis” propiamente dicho).
Claro que lo que se puede rescatar no forma un todo, sea el encanto y la inocencia de E-mail, la satírica letra de The night I fell in love (donde básicamente se mandan un cuentito para ponerlo en papel de gay-en-el-closet-pedófilo a Eminem) o el comentario un poco xenófobo de London.
No es ser apologistas decir que era un disco que fue hecho para ser rechazado, un experimento caprichoso que nadie seriamente puede creer que se haya hecho en serio, especialmente cuando ya era el momento del revival del electro vía el electroclash, que tanto mejor les hubiese caído a los PSB modelo 2002. Un vistazo a lo que podría haber sido se puede entrever en Here y The samurai in autumn, dos canciones que por ser “clásicamente Pet Shop Boys” desentonan del todo y nos dejan con la duda (y las ganas) de cómo podría haber sido otro Release. La reacción a todo esto es Disco 3, que comento en otra sección más abajo.
Fundamental (2006)
Pasa con los mejores planes: buenos en papel, decepcionan a la hora de la ejecución. Pocas cosas suenan más atractivas que “Pet Shop Boys producidos por Trevor Horn”, y sin embargo, con todos los méritos que tiene, Fundamental está muy por debajo de las expectativas. Es difícil identificar el por qué exactamente, hay un sentimiento de...aburrimiento general, pero pocas cosas son más subjetivas que acusar a algo de aburrido. A la distancia, el problema de Fundamental parece un problema de obesidad. Fundamental es DEMASIADO. Claro que la producción de Trevor siempre es exagerada, pero en este caso parece ahogar a las canciones, no dejarles lugar a respirar, a ser algo más que muchos arreglos apilados uno encima del otro: introducciones larguísimas con efectos de sonido, orquestaciones grandilocuentes (si, más que de costumbre, tanto para artista como productor), un instrumental innecesario... Una lástima además, porque Fundamental, luego de unas largas vacaciones de escribir canciones, encuentra a Tennant especialmente afilado en las letras, ya sea con la fuerte carga política (Fundamental es, por lejos, el disco más politizado de los PSB) de Integral, I’m with stupid o Twentieth Century, o romántico amorosa de Indefinite leave to remain o I made my excuses and left, o con esas pequeñas fábulas que tan bien suele hacer en Casanova in hell. Este nivel de “cancionismo” hace también hace más irrelevante grabar un Diane Warren (déjenlos para Celine Dion, chicos), que solo agrega a la obesidad antes mencionada (que con tanta melaza, ya corre el riesgo de diabetes).
No es casual que se haya elegido cortar como simple al astutamente titulado Minimal, donde dejar de lado todos los excesos deja que se escuche la canción, sin sacrificar sutileza, al igual que Psychological. “Fundamental a dieta” sería un gran disco complementario, con todas las canciones simplificadas como estas dos.
Como ya varias veces, no podemos juzgar este como un mal disco, sino como uno que no funciona, o por lo menos no funciona como se esperaría.
Yes (2006)
Si hay un aspecto de los Pet Shop Boys que parece haber sido descuidado desde Very es el del pop por el pop mismo. Más allá del “ritmo del momento”, los PSB siempre fueron una excelente banda de música pop, ni más ni menos. Entra Brian Higgins y Xenomania. Poco conocido desde nuestro lado del mundo, Higgins es el responsable por el 90% de la música pop de los ‘00 en los charts ingleses, y justamente su “pop sin complejos” parece la combinación perfecta para una recuperación pop de los Pet Shop Boys. Y es bastante exitosa, devolviendo una vitalidad y coherencia que les estaba faltando desde hacía un poco más de una década. Love etc., Pandemonium, Building a wall son todos atisbos a unos Pet Shop Boys cercanos a alguna de sus dos Etapas Imperiales, de canciones sin vueltas raras, arreglos inmediatos y un cierto joie de vivre que parecía estar casi completamente ausente u olvidado. No todas son rosas, de todas maneras: la máquina PSB funciona con un delicado equilibrio de Tennant y Lowe, y la incorporación de otros elementos no siempre es exitosa. En este caso, un grupo de canciones escritas “por comité” son perfectamente funcionales pero impersonales, borrando todo rastro que las haga distinguibles (esto es correlativo también a The Loving Kind, la canción PSB/Xenomania compuesta para Girls Aloud, y una de las canciones menos PSB de todas las que regalaron a otros artistas). Esto, sumado a ciertos arreglos “homogeneizadores” hacen que canciones como More than a dream sean identificables como Pet Shop Boys solamente por la voz de Tennant.
Pero criticas al margen, el brief para Yes era “hacé un disco que vuelva a los PSB a sus raíces” y sería injusto decir que no fue una misión cumplida.
Elysium (2012)
Casi todo lo que tenía para decir sobre Elysium ya fue dicho en otro lado. Lo que se puede agregar, en la retrospectiva, es que la intención aparente era hacer un disco “bello” y con “sonido Los Angeles”. Según lo entiendo, fallaron en ambas. Si “bello” es un disco de baladas, bueh, sí, pero Behaviour es un disco “bello”. Elysium es un disco chato y aburrido.
Y si el “sonido Los Angeles” es “usamos los coristas de Thriller”, creo que nada en Thriller es tan espantoso como Hold on: el problema no son los músicos de sesión o el concepto de producción que atrasa varias décadas, el problema es sobre que material los pusieron a trabajar.
Elysium no es el peor disco de los PSB (ese mérito lo tiene Disco 2, sigan leyendo), pero aun cuando hay mucho para criticar en Nightlife, Bilingual o Release, ninguno genera, en conjunto, la mala impresión que este genera.
Y no me importan las racionalizaciones: si menos de 9 meses después sacaron otro disco, es porque claramente saben que no estaba a la altura.
Electric (2013)
Al igual que Elysium, Electric tiene su propio comentario en este blog. Solamente voy a agregar al mismo, luego de esta revisión integral, que estamos en condiciones de afirmar que Electric es el disco más redondeado de los PSB (todavía no me animo a usar “mejor”) desde Very, hace 20 años. En el medio hubo buenos momentos (sigo defendiendo Bilingual, ya vamos a ver que opino de Disco 3, y Yes, desdiciéndome, merece estar en entre los “buenos”), pero ninguno con el impacto, la calidad y la coherencia de Electric. Bien hecho Pet Shop Boys, y mejor hecho aún Stuart Price.
Disco
¿Que es un “Disco”? Disco es un álbum “entre álbumes”, de pocas canciones, no todas ellas originales, generalmente remezcladas o reversionadas con un ojo puesto en la discoteca. Fue un concepto “por única vez” que se transformó en una de las más regulares apariciones en una carrera de por sí regular. Como ya mencioné en otro lado, también cumplen una de dos funciones específicas: o extender la vida útil de un álbum previo especialmente exitoso, o de manera rápida e higiénica deshacer un desastre previo. Veremos cuales caen en qué categoría y con qué éxito lo logran.
El formato fue mutando con los años, y algunos de esos discos tal vez hubieran merecido ser discos con nombre propio por sus méritos o duración, mientras que otros hubiesen sido mejor servidos de ser parte de esta serie (ver lo que escribí más arriba sobre Introspective).
Disco (1986)
Hay un chiste recurrente de los primeros años de los PSB, que ante la pregunta sobre donde su ubicarían a nivel género musical, contestaban, sin dudarlo, “Disco”. Era un chiste que pegó, y que durante años sus fans seguirían al pie de la letra, aun cuando la utilidad o precisión de la definición estaba largamente dejada atrás.
Disco es el modelo en el cual se basaron los Disco que siguieron, y evaluándolo estrictamente de acuerdo a la fórmula, es probablemente el mejor. Solo seis canciones, cuatro de ellas los perfectos singles de Please remezclados y dos caras B que tomaron vida propia, en sus versiones definitivas.
De los singles, West End Girls vale la pena por la recuperación de la “estrofa perdida” que de otra manera mucha gente no conocería, Love comes quickly es un simpático ejercicio de un temprano Shep Pettibone y Opportunities esta innecesariamente rota por los Latin Rascals. Son las otras tres bandas las que destacan: Suburbia fue tan radicalmente reconstruida cuando fue cortada como single que podría ser una canción nueva y eso amerita su inclusión. Paninaro es un clásico inesperado, una de esas cosas casi descartables que los fans toman como propias y que excedería siempre sus límites, ya sea cortado como un “doble cara A” en ciertos territorios, transformándose en un highlight en vivo en años posteriores y hasta siendo vuelto a remezclar y cortado como simple aun después.
El último momento es In the night, que aparte de ser un interesante experimento electro, fue adoptado por el programa de televisión británica The Fashion Show (en esta versión) como cortina... desde hace 25 años.
Ante la pregunta por qué comprar Disco, entonces la respuesta de: por la estrofa que falta de WEG, la versión definitiva de Suburbia, el Paninaro original y la versión “as seen on TV” de In the night mas que justifican la larga vida que tiene este nunca descatalogado álbum.
Disco 2 (1994)
Very fue el álbum más exitoso de los PSB desde Please, y en algunos territorios, sencillamente el MAS exitoso. Se cortaron del mismo unos sin precedente cinco singles, todos rankeables, y fue seguido de una festejada gira mundial. Si un momento merecía ser “estirado”, ese era el momento Very. Claro que lo que no merecía era ser seguido de esta manera. Elysium? un juego de niños: el momento más abismal de toda esta carrera es Disco 2.
Con un horrible formato de “enganchado para sus fiestas” hecho por el DJ Danny Rampling (que le tendríamos que haber mandado a Pappo para que lo dirija a “un trabajo decente” después de hacer esto), tomando mezclas que ya habían sido publicadas en otros formatos, y para eso, ni siquiera las mejores mezclas de cada canción, incluyendo más de una versión de varias canciones, mutilándolas de una manera, que, esto es objetivo, parece de DJ amateur jugando con un amplificador sin mezclador.
Se suma a esto la falta de material original (Absolutely Fabulous no califica como “solo disponible en este disco” especialmente porque ni siquiera debe ser considerado un single PSB propiamente dicho. Coherente con el resto de la selección, es además la peor versión disponible del tema).
Durante años fue normal encontrar Disco 2 en las bateas de ofertas, y aun así, no vale ni el precio del plástico en el que está editado. Un feo momento.
Disco 3 (2003)
La serie Disco parecía descontinuada, hasta que hubo que remontar la pobre recepción de Release. Obviamente el mejor antídoto era un disco altamente bailable, con las fortalezas que parecían perdidas en el momento (sonido electro, canciones inmediatas, arte de Farrow). Claro que podemos discutir si Disco 3 merece ser llamado Disco. Según lo veo, a pesar de tener un poco del espíritu de rejunte, tiene suficiente material nuevo y duración como para calificar como un álbum hecho y derecho, o según lo ven algunos, como el disco que tendría que haber sido Release en lugar de Release. Digamos que lo que hace de Disco 3 una continuación de Release son las mezclas de Here, Home & Dry y London (en dos versiones distintas, una de ellas superando con creces al original), pero el álbum contiene otras 6 canciones, 5 de ellas de una fortaleza no esperable para ese momento de la carrera PSB. Se destacan Somebody else’s business, un inusual relato sobre los trastornos bipolares y el cover de Try it (I’m in love with a married man), que remite a el momento de enamoramiento con Bobby O. de Neil y Chris, y que es divertidísimo por escucharlo cantar ese estribillo. Se completa esto con la reutilización de Positive role model, el más ‘arriba’ de todos los momentos de Closer to Heaven aún no utilizados. Para ser un Disco, Disco 3 es especialmente orgánico, se escucha y se disfruta como un todo.
Disco 4 (2007)
A lo largo de los años, los PSB han colaborado con un sinnúmero de artistas, ya sea como escritores de canciones, productores, artistas invitados, o simplemente, remezcladores.
La idea de recopilar varias de estas remezclas en un solo álbum era tan sencilla que es raro que a nadie se le ocurriera antes. El momento post-Fundamental parecía el ideal, sumado a la excelente repercusión de la mezcla que habían hecho para Madonna, Sorry (que La Señora misma hasta estaba usando en su mega gira Confessions Tour). Claro que esta no es una selección integral (las diversas compañías discográficas involucradas dificultaron algunas inclusiones), pero una selección tan estelar que es imposible criticarla. Sirve además para encontrar algunos tropos clásicos de estas mezclas, como la habilidad de Neil para insertarse cantando en el medio de las mismas, permitiéndole terminar haciendo dúo con Madonna o Bowie. Sueño del pibe. La ya mencionada versión de Sorry comparte nombre y varios elementos más con la su propia I’m with stupid, acertadamente incluida también. Luego, los big boys: Bowie. No es necesario decir que las versiones PSB de Hello Spaceboy es la versiones definitivas, como Bowie (y los PSB) lo han hecho notar a través de los años (esto aplica también a Read my mind de los Killers, también incluida). Hay luego dos experimentos “por izquierda”, con artistas realmente inesperados, Rammstein y Yoko Ono, que comprueban nuevamente la versatilidad de los PSB para adaptarse a cualquier cosa (la versión de Walking on thin ice de Ono fue merecidamente un hit en las pistas de todo el mundo, mérito tanto de artista como remezcladores). Para ser un disco que contiene canciones de 7 artistas diferentes, es especialmente homogéneo, hablando no tanto de un “sonido PSB” (que existe) sino de artistas buscando apropiarse de algo de ese sonido.
Recopilaciones
No parece sensato tener que comentar las recopilaciones de ningún artista, pero la inclusión de nuevas canciones o ser recopilaciones de caras B o discos “en vivo” con un plus hace que se justifiquen. Tampoco voy a comentar todos estos experimentos, sólo los que traigan algún valor agregado inesperado.
Discography (1991)
Hay una “maldición de la recopilación de singles” de muchos artistas ochentosos, que indica que una vez que salen a la venta, nunca más vuelven a tener un hit que amerite ser incluido en un “grandes éxitos”. Los PSB se escaparon de esa maldición luego de Discography más que nada por el éxito de Very, pero es cierto que si a alguien le interesa la banda y uno los quiere dirigir a “lo mejor de” los Pet Shop Boys, no tiene más que mirar a esta recopilación. 16 canciones que ya eran hits indiscutibles, más dos que al final del recorrido también lo serían, en el perfecto orden cronológico que corresponde y con las versiones 7” que el público reclamaba (Suburbia, Heart, Left to my own devices y It’s alright, pare el que sólo contara con los álbumes oficiales, podrían ser otras canciones por lo que se puede escuchar). Las dos canciones nuevas, DJ culture y Was it worth it no son material de primer nivel, pero especialmente en el caso de la segunda, tendrían una vida útil mucho más prolongada de lo que se esperaría de unas canciones extras.
Alternative (1995)
Agárrenme un día distraído y pregúntenme de la nada que les diga cuál es el mejor álbum de los Pet Shop Boys, y es probable que les conteste “Alternative”.
Claro, la pregunta debe tener el descargo “sin incluir recopilaciones” y ahí se me va todo al demonio. Lo que pasa es que Alternative no es una recopilación común, es una recopilación de caras B, que cualquiera que siga la carrera de los PSB más allá de los singles en la radio y los álbumes sabe que es donde se desarrolla la verdadera carrera de los Pet. Sin las ataduras de tener que ser comerciales, todo sale a la luz: esas canciones sobre historia mundial que tanto le gustan a Neil (Don Juan), esos experimentos descartados por ser “demasiado” (demasiado ítalo That’s my impression, demasiado acid house The sound of the atom splitting, demasiado electro A man could get arrested), esas canciones más sinceras y emotivas, ya sean de amor descubierto como It must be obvious o de elegía a un amigo muerto cómo Your funny uncle. El nivel de canciones de este disco doble titánico es parejamente impecable, al punto que varias de ellas fueron luego hechas covers por otros artistas (Do I have to?) o adoptadas por radios de todo el mundo, incluyendo Argentina, como los verdaderos cortes (A new life, una canción clásica del repertorio de Horizonte), más algunos covers realmente diversos (Sondheim, Bretch), sirve además de campo de entrenamiento de producción para Tennant y Lowe, que tan bien aplicaran en discos de una variedad de artistas (sino en los propios). Escuchen Alternative, descubran la esencia de los Pet Shop Boys al desnudo.
PopArt (2003)
Inmaculado como es Discography, ya vimos que dejaba una gran (y exitosa) parte de la carrera de los PSB sin cubrir, y por eso PopArt se justifica: es el compilado de hits para terminar todos los compilados. Y en eso está muy bien, al igual que la gráfica (tour de force de Farrow) como el increíble DVD que sirve de compañero (y su impagable track de comentarios con los músicos). Pero hay una serie de decisiones creativas involucradas que son, como menos, discutibles. Para empezar, el disco, doble, se divide en Pop y Art. El criterio para esta división es incomprensible para nadie que no sea un miembro de los PSB. Luego, hay una serie de decisiones o errores con respecto a las versiones elegidas de canciones como Heart o I wouldn’t normally do this kind of thing que no se justifican de parte de gente tan cuidadosa con los detalles.
Las dos canciones nuevas son parejamente perfectas, y mucho mejores que algunas de las piezas incluidas en los álbumes de la época: la bella (en el buen sentido, no en el sentido Eliseo) Miracles, y la maniática y divertida Flamboyant.
Concrete (2006)
No está muy claro si Concrete fue grabado con la idea de que saliera a la venta, fue más bien un capricho conjunto de los PSB y Trevor Horn de grabar versiones orquestales de algunos de sus temas, más retomar algunos clásicos arreglos hechos para otros artistas y juntarse con un par de invitados. El resultado es un poco "sólo para entendidos", pero tanto la musicalidad del proyecto como los pequeños comentarios entre canciones lo hacen indispensables para fans. Destacan especialmente las recuperaciones de Rent y Nothing has been proved tal como se las habían dado a Liza y Dusty en su momento, y la renovación de West End Girls, mientras que las intervenciones de Robbie Williams (Jealousy) y Rufus Wainwright (Casanova in Hell) son más una excusa para trabajar con amigotes. Puede pensarse a Concrete como una continuación de la obesidad de Fundamental, pero en este caso, funciona.
Format (2012)
La idea era sencilla: revisitar el concepto de Alternative casi 20 años después. Material no faltaba. Pero claro, algo cambió en el medio. Para empezar, con los PSB luchando para poner buenos discos “oficiales” en las bateas, no era momento de pensar en caras B. Por otro, la evolución de los formatos (de ahí el nombre) de vinilos 7” y 12” a CDs a digital significaron multiplicación, dilusión, y hasta cierto punto, oscuridad.
Format es otro monstruo de 38 canciones, pero podría ser de muchas menos si en lugar de completistas fuéramos control de calidad. Buenas como son, hay una serie de cosas que ya estaban en otros lados, a veces en formatos mejores (Friendly fire, No time for tears, In private), y no es casual que todas ellas estén en el segundo disco: Desde The truck driver and his friend hasta Sexy Northerner, los años Bilingual-Nightlife, todavía la chispa estaba (menciono estas dos no sólo porque abren y cierran Format disco 1, sino porque además tienen todo eso que esperamos de estas caras B: humor, experimentación, algo de eso “not ready for prime time”). Igual, como me pasa con Alternative, no puedo evitar tener mucho cariño por algunas cosas aquí, como el demo de Confidential, el retro-vocoder de Transparent, o la super apropiada We’re the Pet Shop Boys, que en un enfermo juego de espejos se transformó en un cover de un cover de un cover de un homenaje cuando lo volvieron a grabar con Robbie Williams. Pero si Alternative es la mejor manera de presentar a alguien a los “verdaderos” PSB, Format es muy estrictamente para fans solamente.
Espero que alguien haya seguido leyendo hasta acá, esto me tomo días de escuchada, días de escritura y revisión, 6100 palabras (!?) y aun así por diversos motivos deje cosas afuera (eps, Closer to heaven, Battleship Potemkin, The most incredible thing). Esto es, aunque mi tono no siempre lo aparente, un acto de amor por la banda.
Qué buen post. Coincido casi plenamente en la apreciación que haces de cada disco, y salvo algún error (o que yo lo haya entendido mal), com que la percusión de discoteca y single SÍ es real (de las sheboom) o que girls and boys no está incluida en disco 4...o en la valoración de algunas canciones de Very (young offender y one in a million son joyas!)personalmente, firmaría esta reseña. aplausos
ResponderBorrarGracias Jordi! La percsuón obviamente que está toacada, simplemente me refería la a descontextuación de su uso (al punto que podrían ser samples, y no samba/murga propiamente dichas.
ResponderBorrarOk. Te animo a que hagas una entrada para los proyectos alternativos, como el ballet, el musical, potemkin, y para las colaboraciones, especialmente los discos de liza y el medio de dusty.
ResponderBorrarTodas ideas a considerar :)
ResponderBorrarEn cuanto a Liza, Results ya tiene su propio comentario!
http://theargiehome.blogspot.com/2012/08/resultados-tangibles-una-apreciacion-de.html
Me encanto este post, fue un viaje a la musica de PSB, una retrospectiva a su historia y al mismo tiempo a la historia personal! en verdad le agradezco Gus Casals, por su publicacion.
ResponderBorrarFantástico. Tal vez por ser puntilloso, jodón si se quiere, echo de menos un review de "Relentless".
ResponderBorrarGracias Fernando!
ResponderBorrarRelentless ( y One thing leads to another) son de mis favoritos, pero la verdad no sabia bien donde clasificarlo. Ya varias personas sugiririeron ir completando el catalogo de otras maneras... veremos a donde me lleva.
Gracias a vos Alejandro por leer y comentar. Para mi la historia musical y la personal son inseparables tambien, y hacer esta retrospectiva me llevo a varios "momentos y lugares"
ResponderBorrarRaro no? Ser igual de fanáticos de la banda y tener puntos de vista tan distinto con respecto a las canciones y los albums.... Hay canciones que nombraste como muy malas o de relleno que a mi gusto son brillantes... por ejemplo A Red Letter Day...
ResponderBorrarQue buena reseña. Coincido que en una de esas Alternative es el mejor disco de los PSB junto con ahora Electric y Please. Very se quedara como "muy" pero no como necesariamente el "mejor" . Cheers from Australia.
ResponderBorrarHola Gus. Coincido con vos en la mayoría de tus reseñas, salvo en la de Format, que a mi juicio es una recopilación fantástica, aunque ya tenía todos los temas repartidos en diferentes singles. Creo que no les quedó lugar para incluír "Sail Away" y "Je T'aime, Moi Non Plus", pero tengo mi premio por haber comprado todos sus CD's Maxi-Singles hasta el día de hoy. En cuanto a los "pifies" en PopArt creo que es mejor que haya sido así, porque la mejor versión de Heart es la del álbum, mientras que la versión "Beatmasters Mix" de "I Wouldn't Normally Do..." es diferente a la "Beatmasters 7''" ya publicada en CD en 1994, y todo lo que sea distinto, bienvenido sea! Saludos. Fabián.
ResponderBorrarMe olvidaba de comentar otra cosa: cómo ha cambiado el sonido de los PSB a partir de Very. Creo que en 1993 los muchachos entraron en la "Loudness War" o "Guerra del Volumen". La primera vez que puse el CD en casa me dije: "¡qué feo suena esto!". Por más que bajara el volumen de mi equipo, el CD seguía sonando saturado. Por lo que he leído, los productores y/o las compañías discográficas suben el volumen de las grabaciones porque la gente tiene la idea de que "más fuerte es mejor" y hay que competir contra el resto de los artistas. Al hacerlo, comprimen la amplitud de la onda sonora en los pasajes donde ésta se iría del rango permitido y el resultado es que todos los instrumentos suenan fuerte todo el tiempo. Un claro ejemplo de esto es "Living la Vida Loca" de Ricky Martin (sonido espantoso). Wikipedia tiene un buen artículo sobre la "Loudness War". Me gustaría saber tu opinión sobre este tema. Saludos.
ResponderBorrarEsta nota tiene mucho para convertirse en un 'work in progress', algo intencionalmente nunca dado por terminado. Te encargamos que así sea.
ResponderBorrarAlgo de eso va a haber yo creo, David. Ahora cuando termine la temporada de series, tengo que ver que hago por lo menos con Relentless y Pandemonium...
ResponderBorrarInteresantes críticas, coincido bastante. Estaría bueno que hicieras el mismo repaso pero de la carrera de ERASURE
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