Hay gente de la que conocemos mucho sin saber nada. En el caso de Carole King, salvo la gente de “cierta edad” que tenía conciencia en los momentos en los que tuvo mucho éxito con su nombre y apellido en el título (digamos hace… 40 años), muchos no sabrían quien es. Y sin embargo, todos, en algún momento, hemos escuchado y probablemente cantado alguna de sus canciones. Algunas de sus cientos de canciones, que fueron interpretadas por TODOS, desde los Beatles a Kylie, desde Aretha a Marcela Morelo, y si, claro, por ella misma, en sus discos o en los títulos de Gilmore Girls.
King es una figura mítica por un sinnúmero de razones: por tener una carrera que esta en su septima decada (!) a pesar de que no es tan grande (sus primeros éxitos como compositora a fines de los cincuenta fueron cuando tenía 17 años o menos), por haber trabajado con todos, por ser una temprana defensora de las causas ecologistas a nivel de activismo político y no de palabra, y por una colorida vida sentimental. Pero esto solo no arma un mito. El mito se arma porque a falta de una “historia” oficial, aparecen las historias apócrifas, los rumores, los “alguien que conoce lo contó”, y si el personaje es lo suficientemente relevante, hasta se arman narraciones que se suponen “oficiales” cuando no lo son (en el caso de King, la película Grace of my heart, un racconto levemente ficcionalizado de su vida y la de algunos de sus contemporáneos, con una banda de sonido fantástica que incluye, como para embarrar mas la cancha, canciones escritas por su hija y su ex marido. Super recomendable como peli por mérito propio, y el disco de OST como disco sin película también).
Después de que mucho le insistieran, la buena de Carole finalmente se decidió por sacar un libro de memorias y narrar algunas de estas cosas en primera persona, no tomarse el trabajo en desmentir otras, y contar un par de chismes en el camino. Si bien, como en todo momento nos aclara en el libro, King es la que escribe la música y no las letras, su fuerte siempre fue el de contar historias, ya sea de un artista o el “personaje” de ese artista, o en sus discos propios, armar una mini novela. No debe sorprender entonces lo interesante que resulta como narradora en esta colección de viñetas, que como un crítico hizo notar, es como escuchar a una tía abuela piola contar sus aventuras de juventud. Ayuda, claro, que sus historias de juventud son un quién es quién de la música pop y rock desde los 50 hasta la actualidad, con que fue testigo presencial de la era pre-rock, el rock, la invasión británica, el crossover del R&B al público blanco, el hippismo, el soft rock, la industria de la costa Este Y la costa Oeste, los plásticos ochenta… absolutamente todo. Intercalando su historia de amor de la juventud con Gerry Goffin, con quien escribió todos los tempranos hits y con quien engendró a sus dos hijas mayores, con la historia de su gato Telémaco, inmortalizado en la tapa de su clásico álbum Tapestry, con su amistad (¿y algo más? nunca termina de quedar claro) con James Taylor y sus eventuales mujeres (un par de pibas llamadas Joni Mitchell y Carly Simon), su fallido encuentro con John Lennon en 1965 y feliz reencuentro con él y Yoko en el 76, a sus años de “caída del mapa” producto de un par de relaciones complicadas, de las que habla con candidez y mucho cariño (en esto me hizo acordar a los mejores momentos de las memorias de Diane Keaton que comenté en otro lado), todo matizado con sus puntos de vista sobre tocar en vivo y colaborar con otros músicos, el proceso de escribir canciones, la inspiración de algunas de las clásicas canciones, sus opiniones sobre otros artistas de la época y sus detalles de “insider” sobre los mismos, y hasta algunos puntos de vista sobre ecología y espiritualidad que en manos de alguien menos interesante hubieran caído en el terreno de la autoayuda.
Parte de la gracia de leer este libro es además musicalizarlo: es imposible no leerlo al lado de una computadora y buscar las canciones, artistas, performances referidas, ya sea un clásico soul de los tempranos 60, un disco “soft” completo de los 70, alguna cosita superproducida de los 80 o los incontables homenajes y contrahomenajes de los que es sujeto en los últimos años, como corresponde a la persona que nos legó You’ve got a friend, The loco-motion, Crying in the rain, A Natural Woman, I feel the earth move y tantísimas más.
Más que recomendable, para fans y no fans de la artista, para los que les interesa la historia de la música y la cultura popular o sencillamente las historias en primera persona bien narradas.
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