viernes, 13 de junio de 2014

El naranja sigue de moda: Reseñando la temporada 2 de Orange is the New Black


La segunda temporada de cualquier serie, especialmente de aquellas que vienen de una primera temporada fuerte, son las que tienen que confirmar los laureles obtenidos o arriesgarse a caer en el olvido. Esto es especialmente cierto de aquellas series que parten de una idea o concepto “fuerte” pero que no necesariamente  estaba preparado para mantener una serie completa a lo largo de los años. Como muchas veces, vuelvo al ejemplo fallido de Homeland como el de aquella serie que no debía continuar o debía hacerlo con otra historia radicalmente diferente, y puedo citar a la reciente brillante segunda temporada de The Americans como el ejemplo de cómo hacer las cosas bien en cuanto a hacer televisión interesante, al tiempo que se cumple con la idea programática de extenderse en el tiempo.
Toda esta intro es para hablar de Orange is the New Black, serie que sorprendió muy gratamente el año pasado en su temporada debut y que en lo personal me gustó muchísimo, aunque no sin reconocer algunos problemas. El desafío de esta segunda temporada, que Netflix estrenó completa la semana pasada en el medio de una brillante campaña de publicidad (en serio, el marketing de estas series es complicadísimo: hay que lanzar una serie con un blitz similar al de una película, porque pasada la fecha de estreno, puede ser noticia vieja o spoiler según desde donde se la mire), era sostener la buena voluntad ganada con la primera y también llevar a la serie más allá del concepto original para que se sostenga indefinidamente, o casi.
La buena noticia es que el equipo de guionistas al mando de Jenji Kohan (que no se caracteriza por ser consistente en el tiempo, precisamente, no tienen más que ver las últimas temporadas de Weeds para confirmarlo) lo logra y con creces, construyendo una serie que tiene un pie fuerte en la premisa de la primera, pero que encuentra la manera de aprovechar el concepto de manera que, al modo de las series de policías u hospitales, pudiese continuar casi indefinidamente.  
Los creativos partieron de tres de premisas básicas: sacar el foco protagónico exclusivo de Piper para extenderlo al resto del elenco, reivindicar a ciertos personajes presentados como villanos (o al menos como motor adversarial de la trama) pero extremadamente populares como para dejarlos encasillados en eso nada más y expandir en la caracterización del elenco secundario, especialmente el masculino, que como oportunamente señalé, un poco como reacción al maltrato de las mujeres en otras series, la mayor parte del tiempo caía en una burda caricatura.
Misión cumplida, y con creces.
Sin entrar en detalles de trama, podemos decir que efectivamente Piper sigue ganándose el primer lugar en el cartel que tiene Taylor Schilling, pero mucho más integrada a la trama general, y con una interesante complejización del personaje. Y además, en lugar de simplemente ir a la motivación obvia (“la cárcel te hace cosas y endurece el carácter”), hay una razón dentro de la trama, que es el traslado por cuestiones judiciales que se lleva todo el primer, y radicalmente diferente, episodio, del cual Piper no vuelve igual. Hubiese sido muy tentador seguir esa historia y la de sus personajes satélites nada más, pero también ya está establecido que Piper no sólo irrita a todos los habitantes de Litchfield sino también al público, por lo que dosificar su participación es probablemente una muy  buena idea.
El sacar el foco de Piper (y por añadidura, de Alex, que por cuestiones contractuales tiene un papel muy reducido), hace necesario expandir el foco en otras direcciones, y hacer que personajes con fandoms crecientes como Red, Taystee o Crazy Eyes tengan la oportunidad de tener sus propios arcos.
Y no es casual que mencione a estos tres personajes, porque el segundo punto de reivindicación y avance de la trama viene gracias a la introducción de una nueva interna, la perversa Vee. Lo que se hizo casi a la perfección con Vee es, en lugar del facilismo de agregarla al elenco de la nada (algo que sería sencillísimo de hacer en el contexto carcelario), es atar su “origen” tanto a Taystee como a Red, y su presencia sirve para redefinir por completo al personaje de Crazy Eyes…, perdón, Suzanne.
Mediante la incorporación de este personaje que es sencillamente una villana, se humaniza inmediatamente a los personajes de moral ambigua (Red, obviamente, pero también directa o indirectamente, gente como Caputo o Pensatucky), haciéndolos más viables en el largo plazo. Además, si la temporada 1 el arco principal fue el de Piper, sin lugar a dudas el arco principal de la temporada 2 es el de Vee, con claros, clarísimos primer, segundo y tercer actos.
El tercer punto es tramposo, y tal vez no el completamente realizado, y tiene que ver con las caracterizaciones de los personajes masculinos: si es cierto que Larry sigue siendo un boludo importante, pero también queda bien relegado a un tercer, lejano plano, al ya no se Piper tan protagónica, y su arco completo podría permitir, si se quiere, que se borrara al personaje por completo de la serie. Y probablemente Bennet no tiene sus mejores momentos esta temporada. Pero la ampliación del personaje de Caputo es probablemente lo que mejor que hace la serie (en parte también al transformar a Figueroa abiertamente en su adversaria), haciéndolo un personaje tridimensional, con agencia y motivaciones propias, de moral ambigua llena de matices y hasta con posibilidades heroicas. Healy es otro personaje que necesitaba recuperarse luego de cómo quedó posicionado al final de la anterior temporada, y en este caso, es discutible que tanto se logra, especialmente dado que se podría leer el arco del personaje como un calco de su historia s01.
Habría mucho, muchísimo más para decir (y de hecho lo hago en las observaciones al paso), pero ya me extendí demasiado como para ahondar en las incorporaciones, como la genial “cuarta demografía” de la cárcel que son las señoras de la tercera edad o la irritante Soso. Lo importante es que OITNB no sólo mantiene el excelente primer nivel de su temporada, sino que además lo sube en varios aspectos, y nos deja con muchas ganas de ver lo que sigue.

Algunas observaciones al paso:
  • Hay algo de lo que la serie sigue estando “presa” (perdón por la obviedad) y es de las trampas temporales, que parten de que sabemos que la estadía de Piper en la cárcel es limitada. Esto lleva a una descompresión extrema de la trama que por momentos afecta la credibilidad, supongo que aún más para aquellos que elijan no hacer binge watching y verla toda junta.
  • Donde más se nota este problema es en la historia de Dayanara y su embarazo, que parece nunca avanzar. Como ya he expresado en otro lado, no soy fan de la descompresión extrema, mucho menos cuando incluye historias de embarazos (véase también: Skyler White tiene un embarazo de dos temporadas en Breaking Bad)
  • Espero que mucho se escriba sobre Vee, sus motivaciones y modus operandi. Es fácil encasillarla como uno de esos “Personajes Batman” a lo que les sale todo milagrosamente bien, pero el psicólogo en mí lo ve de otra manera: Vee es claramente perversa en el sentido psicoanalítico del término, y al ponerse como objeto de goce de sus subordinadas maneja los hilos a la perfección.
  • Siguiendo con Vee y las cosas psi, escuché comentarios sobre como toda esta historia deja de algún modo mal paradas a las “chicas negras” como conjunto, y no estoy de acuerdo, cosa que se puede fundamentar con una lectura rápida de Psicología de las masas y análisis del yo de Freud.
  • Personajes que no salen ganando con el protagonismo reacomodado de la serie: Pensatucky, que tan central a la segunda parte de la S01 fue, Sophia que no es más que una caja de resonancia para el resto del elenco.
  • Personajes, aparte de los mencionados, que salen ganando: todo el equipo de guardias, Lorna, Nicky, Gloria y Rosa (breakout star de la temporada).
  • Hay algunos comentarios sobre ciertos toques que rozan lo sobrenatural para avanzar la trama o explicar sucesos, especialmente a raíz de (y durante) el flashback a la historia de Gloria. No coincido, creo que en los dos casos donde esto podría ser una obviedad, se trata en realidad de la clásica y no siempre bien utilizada justicia poética. 

1 comentario:

  1. I thought the second season was definitely an improvement from the first one, and I agree with most of your comments above. I thought the opening episode was brilliant. It effectively generated a "WTF is going on?" feeling in me that was both disturbing and nerve-wracking. It was also a clever way to give a good send off to the character of Alex. The Piper-free follow-up episode was excellent as well, it was a great set-up episode for the rest of the ensemble cast.

    I found most of the backstories of the characters (except maybe for Piper's flashbacks, of which we probably has enough already) very interesting. I absolutely loved how the writers misdirected the audience in Lorna and Gloria's flashbacks, where I thought they were going to jail for one thing but was wrong. I found Taystee and Suzanne's flashbacks absolutely heartbreaking. I loved the development of Poussay this season, great acting by Samira Wiley. Sister Ingalls' ego trip was a delight to watch.

    One of the highlights of the season was Alzheimer-ridden Jimmy. Her storyline was heart-warming and devastating at the same time.

    On the negative side of things, I seriously hope that they're done with Larry and he's dropped from the cast definitively. I also thought that the actresses playing Suzanne and Pennsatucky over-acted a bit this season.
    I wonder if the actor playing Bennett will be exiting the show now he has a bigger gig with Shonda Rhymes' new show starring Viola Davis, How to Get Away with Murder at ABC.
    Overall, this is television of very high quality and I look forward to the next season.

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